Seré Breve.../V
“Ya lo leí”, me dijo un amigo, encogiéndose de hombros. “La verdad, esos italianos no tienen nada que enseñarnos”. Mi escéptico camarada se refería a Gomorra (Ed. Debate, 2007), el best-seller periodístico escrito por Roberto Saviano (Nápoles, 1979), convertido también en multipremiada película recientemente estrenada en México. Y cuando él afirmaba que no teníamos nada que aprender de esos italianos –en específicos, de esos camorristas napolitanos- se refería a algo cierto. Agrego un adverbio: algo dolorosamente cierto. Cualquier sinaloense (o bajacaliforniano, michoacano, tamaulipeco, chihuahuense...) bien informado –vamos, cualquier mexicano bien informado- lee Gomorra como quien posa los ojos en un terreno conocido, en gente que hemos visto antes, en formas de vida identificables. Los tentáculos económicos, políticos y de poder que extiende la Camorra desde el centro-sur de Italia, en la región de Campania, hacia otros destinos de Europa y, de hecho, del mundo, podemos compararlos con los que vemos nosotros muy cerca: los del crimen organizado mexicano que, ay, conocemos –y padecemos- demasiado bien.
Saviano realizó una investigación tan indignada como acuciosa. Su interés es claro: hacer a la Camorra visible. No se trata solamente de levantar la voz, gritar, desahogarse. La denuncia está ahí, en cada una de las páginas, pero también está la información puntual, los nombres y apellidos, los dineros y las empresas, los contactos políticos y económicos. La denuncia de Saviano, no mal escrita y profusamente informada, dio en el blanco: luego de la publicación de Gomorra, en septiembre de 2006, el autor ha tenido que vivir oculto y bajo protección policial.
Qué puerto tan limpio...El negocio limpio
Desde las primeras páginas, Saviano deja claro que su libro no es acerca de Padrinos paternales que acarician un gato mientras ordenan la muerte de un enemigo o de violentos gángsteres carismáticos que subrayan sus órdenes blandiendo una Ak-47. En el primer capítulo de la primera parte del libro, Saviano apabulla con los datos, la información, los números.
Para entender lo que pasa en el hogar de la Camorra, hay que conocer la entrada. Y esa entrada es el puerto de Nápoles, el puente directo hacia los productos que provienen de Oriente. Un dato nada más: en Nápoles se mueve el 20% del valor de las importaciones textiles de China, pero en cuanto a cantidad, el 70% del volumen pasa por ese sitio. Algo más: el mayor armador estatal de China, Cosco, con la tercera flota más grande del orbe, opera en Nápoles asociado con la compañía suiza MSC, propietaria de la segunda flota mundial. Entre las dos, Cosco y MSC, dominan el mercado de contenedores en el puerto, calculado en más de 150 mil piezas. Según datos oficiales de la Agencia de Aduanas de Italia, el 60% de la mercancía que entra a Nápoles no es inspeccionada, un 20% de recibos arancelarios no se revisan y hay unas 50 mil falsificaciones. Cálculos conservadores indican que se evaden unos 200 millones de euros solamente en impuestos no pagados.
En ese descomunal universo de barcos entrando y saliendo, de ciudades enteras construidas de contenedores, Saviano inicia su periplo por las entrañas camorristas y por uno de sus mecanismos económicos/criminales más redituables: el contrabando. Así, Saviano busca un contacto, consigue trabajo, es contratado sin mayores averiguaciones y rápidamente es asignado a derrumbar paredes internas de un edificio que será, de esta manera, transformado en un enorme almacén. Ahí, se amontonarán cajas y cajas de ropas y utensilios: gabardinas, cazadoras, chubasqueros, paraguas, tenis, zapatillas… Escribí la palabra almacén pero esto no es preciso: se trata de lugares en donde la ropa y los objetos más diversos están unos días nada más para luego ser repartidos por toda Italia, por toda Europa. La lógica económica domina todo y la explica Saviano en prosa limpia, transparente:
“… Una parte de la mercancía podía ser introducida sin el lastre de los aranceles, los mayoristas la recibirían sin los gastos de aduana. A la competencia se le ganaba con descuentos. Mercancía de la misma calidad, pero con un 4, un 6, un 10 % de descuento. Porcentajes que ningún agente comercial habría podido ofrecer, y los porcentajes de descuento hacen crecer o morir un negocio, permiten abrir centros comerciales, tener ingresos seguros, y con ingresos seguros, los avales bancarios”.
“… Una parte de la mercancía podía ser introducida sin el lastre de los aranceles, los mayoristas la recibirían sin los gastos de aduana. A la competencia se le ganaba con descuentos. Mercancía de la misma calidad, pero con un 4, un 6, un 10 % de descuento. Porcentajes que ningún agente comercial habría podido ofrecer, y los porcentajes de descuento hacen crecer o morir un negocio, permiten abrir centros comerciales, tener ingresos seguros, y con ingresos seguros, los avales bancarios”.
Y, por supuesto, los negocios favorecidos por ese trato preferencial son los elegidos por la Camorra, los asociados a ella, los protegidos de ella. Los negocios “limpios” y la delincuencia “sucia” son uno y lo mismo en terrenos de la Camorra. Uno se alimenta de otro. El otro está conectado con el uno.
"¡Giuseppe, consígueme unos terrenos para echar este cochinero...!"
El negocio sucio
El último capítulo del libro, “Tierra de los fuegos”, cierra el círculo de manera perfecta. Para entonces, hemos pasado por más de 300 páginas entre guerras entre clanes, historias de corrupción política, relatos de rebeliones heroicas y trágicas (la de Don Peppino Diana, un sacerdote que se enfrentó a la Camorra sólo para ser asesinado por ella), análisis de la influencia económica de la mafia napolitana en la lejana Gran Bretaña, crónica del papel que juegan las mujeres en el interior de la Camorra, etcétera. Cuando llegamos al final, pareciera que nada ni nadie nos puede ya sorprender: sabemos que la Camorra mata, corrompe, absorbe, aplasta… Y envenena: y no es metáfora.
En esta última parte del libro, Saviano narra su experiencia como asistente/acompañante de un “stakeholder” de los desechos tóxicos, es decir, de un ejecutivo que directa o indirectamente, está conectado con los jefes camorristas, quienes controlan una de las industrias más redituables de Italia: el manejo de residuos. Según Saviano, ningún otro territorio del mundo occidental ha recibido mayor cantidad de residuos tóxicos, muchos de ellos vertidos ilegalmente, lo cual, por cierto, es el verdadero negocio. Siempre de acuerdo con Saviano, los clanes camorristas han ganado, sólo en los últimos cuatro años, la cantidad de 44 mil millones de euros manejando ilegalmente las miles de toneladas de desechos que han envenenado las tierras, los campos, las cañadas, las costas, el mar mismo, del centro y sur de Italia.
Investigaciones oficiales aseguran que de las dieciocho empresas legales que se encargan del manejo de residuos tóxicos solamente en Nápoles, quince de ellas tienen una relación directa con los clanes camorristas. No nos engañemos, nos pide Saviano: el manejo ilegal de estos desechos tiene implicaciones más siniestras que echar basura debajo de la alfombra. En los últimos años, en la zona de la Campania dominada por la Camorra, la mortandad debida al cáncer ha aumentado en más de un 20%. La Camorra, pues, mata incluso con sus negocios de fachada legal. Mejor dicho: mata especialmente con estos negocios “legales”.
Un bonito encuadre, pa' que vean
... the movie
Desde hace varios días está en cartelera Gomorra (Ídem, Italia, 2008), la adaptación fílmica del libro de Saviano. La película -reseñada por un servidor en el Primera Fila de REFORMA del viernes pasado- es una extraordinaria pieza fílmica cuyos aparentes defectos deben ser entendidos como desafiantes decisiones éticas y estéticas por parte del cineasta. Estamos ante una película de gángsteres que pretende enmendarle la plana a todas las películas de gángsteres.
Siguiendo el camino de Saviano, el director y sus guionistas nos muestran a la Camorra como lo que realmente es: un grupo de vulgares criminales que matarían a su propia madre por unos cuantos euros. La negativa, pues, a dar demasiadas explicaciones y el estilo sucio y directo de la cinta tiene su razón de ser: no hay nada más que entender que los camorristas son unos asesinos que pudren todo lo que tocan.
Me pregunto si funciona como debe la cinta sin saber absolutamente nada del contexto social y económico en el que se desarrollan las cinco historias que vemos en pantalla. Supongo que sí. Después de todo, los mexicanos sabemos, por desgracia, algo del mismo tema.
Comentarios
"No es el cine el que escudriña al mundo criminal para captar los comportamientos más paradigmáticos. Sucede exactamente todo lo contrario. Las nuevas generaciones de boss no tienen una trayectoria típicamente criminal; no se pasan los días en la calle imitando al chulo del barrio, ni llevan un puñal en el bolsillo, ni tienen cicatrices en la cara. Miran la tele, estudian, van a la universidad, se gradúan, viajan al extranjero y, sobre todo, se dedican al estudio de los mecanismos de inversión."
Ahora bien... ¿Competencias entre el estado de terror mejicano y el italiano, como lo dice el anónimo "recomendatore"? Cero comparación puesto que, demonios, vivimos en un mundo global, sin fronteras ya más que las impuestas por mero pretexto arancelario. Por ende, si vemos que extrañamente entre los primeros cinco estado de la república mejicana no aparece Sinaloa, y que el estado más violento es, primero Guanajuato y luego Chihuahua... Entenderemos que algo anda jodido en la brújula.
Lo medio dije entonces, lo digo ahora: no hay comparación... No, no, no... Si allá hasta tienen un cronista de lujo que se atreve a señalarlo todo... Y acá... Bah...
Acá se dicen cosas interesantes pa' seguirle...
http://www.elpais.com/articulo/cultura/exito/condeno/muerte/elpepicul/20081108elpepicul_1/Tes
No me animé a ver la película el fin pasado porque uno de mis amigos me dijo: "para que quiero gastar 200 pesos por ver algo que puedo ver todos los días en las noticias de este país -y de a gratis- y además de todo mi novia va salir mentando madres"
y como que sentí que tenía razon, pero también tienen razón tu y el Duende, la diferencia es que aquí no hay -ni nunca habrá- alguien que se aviente una película así...
se me hace que la película me la ahorraré, este país me ha regalado lindas imagenes sobre lo mismo y creo que no necesito ver mas, pero el libro, sin duda que me lo echo...
no'mas acabo con el mentado 'Ulises' de James Joyce que no esta nada trivial... jeje
perdón, ya se me fueron la cabras al monte
Saludos!
Deja leo el artículo que recomiendas.
Tyler: Pues agárralas.
Pero bueno, como decía alguien que también estimo: esa es charla de café...
Saviano dice bien en su entrevista cuando le preguntan qué le pareció la película: "Me gusta. Creo que Garrone no ha traicionado el espíritu del libro, aunque obviamente son diferentes: a mí me obsesionaba la parte de los negocios, y a él, la de la antropología".
Por ende, Garrone nos debe una película. Qué insistencia la mía...
Y lo que decía sobre los estados más violentos es porque ahora resulta que muchos sinaloenses se han sentido defraudados porque Sinaloa no apareció entre esos cinco estados más violentos de México. Somos, si mi memoria no me falla, o el ocho o el nueve.
Quizá sea un poco exagerado tu amigo; pero no le falta razón. Cuando lo leí (me lo prestaron un fin de semana y no lo terminé porque el dueño se iba de viaje), entresaqué una cita, que irremediable me hizo pensar en nuestro ilustre “pozolero”; la copié de noche, así que puede ser algo imprecisa
"Dimos instrucciones para que se compraran 100 litros de ácido muriático; hacían falta contenedores metálicos de 200 litros. Según nuestra experiencia, había que verter en cada contenedor 50 litros de ácido, y como estaba previsto suprimir a dos personas, hicimos preparar dos bidones".
Y lo dice... como quien comparte su receta para preparar panqué de naranja.
Pero lo más espeluznante, fue saber que Saviano tenía 25-26 años cuando se aventó semejante trabajito. Y el libro espanta, en tanto el rigor y frialdad con que està escrito. Vaya que tiene arrestos el hombre.
Muy buena tu reseña.
Saludos
¿Quién se aventará las respectivas versiones mexicanas de Sin City, Tropa de élite y Gomorra? No hay quién y eso sí me da tristeza.
Concuerdo; hace unos dias, ya viste lo que le pasó al pobre mormón aquel (y a su cuñado) por querer defender su comunidad de los secuestradores. Tristeza.
¿Cómo decía mi agüelita? Ah, sí: de valientes y p#%$#jos están llenos los pantiones... o algo así.
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajaja!!
que buena broma!
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pobrecito México, pobrecito...
:(
Bachelor trip!
:)
Not funny anymore...
-Zeitgeist Addendum
La primera y mas importante. Al final de la cinta revelan una estadística de que la Camorra ha matado a mas de 4000 personas -uy que mello- EN 30 AÑOS!!!
Aqui llevamos como 3000 en seis meses o algo así... jajajaja
Es triste, pero la verdad las mafias mexicanas les dicen 'quitate que ahí te voy' a las dichosas mafias italianas...
Otra cosa es que ni está tan violenta... bueno, si es violenta, pero no tan gráfica como parecía en el trailer
Y tres, como que esta medio confusa no? es decir, si uno no ha leído el libro y uno no tiene ni idea de que se va tratar el asunto, uno sale exactamente en las mismas, sin saber nada, es mas, creo que el nombre de "Camorra" como tal, jamás se menciona...
En fin, me gustó, tiene dos que tres escenas de fuerza inaudita como esa de los mocosos disparando balas al aire o aquella de Toto cuando entrega a su amiga, en lo personal, mi favorita y la mejor lograda
Pero así como pensar que es una gran película mmmmhhhhnaaaa, como que le falta.
Mucho mejor es 'Tropa de Elite' definitivamente.
Saludos
:)
En lo otro que mencionas, creo que expresaba mi duda en la reseña de REFORMA: si alguien desconoce el contexto y no ha leído el libro, ¿funciona la película? Contigo no, me dices. Curiosamente, tampoco funcionó mucho con el Exigente Duende, que sí ha leído el libro. En fin.
Tropa de Elite sí es muy diferente. Se trata de una extraordinaria película de policías y ladrones. En Gomorra no aparece la policía. De hecho, el Estado no existe.
Me alegra mucho...
...y en defensa de Toto,
no creo que sea el desalmado hijo de p que parece ser, simplemente que si un gordo de 300 kilos con fusca en mano te dice: "o estas con nosotros o de aqui no sales"
no creo que te quede de otra no?
FIN DE SPOILER
ya quisiera uno que hubiera policías de ese tipo por estos rumbos...
Sí, somos más. Además, los muertos de la Camorra se refieren a los de Nápoles nada más. Es como si compararámos los muertos de una sola ciudad, por ejemplo, Juárez que, deja ver, en lo que va del año van... mil muertos. Chin... De todos modos les ganamos.
(Y se me hace que lo mismo aplica pa'l resto del país, a la luz de los hechos recientes y no me refiero sólo a los de los últimos tres, cuatro días.)
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Volviendo al tema, yo voy a ser otro conejillo de indias, como Tyler; veré la película sin leer el libro a ver qué le pesco.