Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCLII



Viejo calavera (Bolivia-Qatar, 2016), de Kiro Russo. Elder (Julio Cézar Ticona) es un joven alcohólico y malandro que, después de que muere su padre, es regresado de La Paz hacia la precaria casa familiar en el interior de Bolivia, para trabajar en las minas, bajo el cuidado de su tío-nino Francisco (Narciso Choquecallata).
La película, interpretada por mineros de verdad, ha ganado varios premios en el circuito festivalero latinoamericano y europeo -BAFICI, Cartagena, Río de Janeiro, IndieLisboa, Locarno- pero debo confesar que no comparto las razones para ello, aunque las entiendo: hay algo morbosamente fascinante en acercarse a un modo de vida -el de los explotados mineros bolivianos- que nunca conoceremos en la realidad. 
Un cine hecho, pues, para el morbo festivalero, parafraseando al implacable mayordomo de Por meterse a redentor (Sturges, 1941). Eso sí, el trabajo fotográfico de Pablo Paniagua es notable. La película, por cierto, acaba de ser elegida por la academia cinematográfica de Bolivia para representar a su país en el Oscar 2018. (-)

Z, la ciudad perdida (The Lost City of Z, EU, 2016), de James Gray. Es más reciente largometraje de Gray es una anacrónica biopic épica (¿bio-epic?) sobre un aventurero inglés de inicios del siglo pasado que se aventuró varias veces en el Amazonas buscando la ciudad perdida del título. Ya nadie quiere hacer cine como el que hace Gray. Mi crítica en la sección Primera Fila del Reforma del viernes pasado. (***)

 Estación Zombie: Seúl (Seoulyeok, Corea del Sur, 2016), de Sang-ho Yeon. Precuela animada de la obra mayor de inspiración spielbergiana Estación Zombie: Tren a Busán que, a saber por qué, solo se estrenó en Cinemex. Mi crítica in extenso, por acá. (** 1/2)

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