El Estudiante
Soy el primero en creer que la variedad de voces y la pluralidad de propuestas cinematográficas son un bien en sí mismo. Si hay un tímido regreso al cine popular/populachero de otras épocas (Oveja Negra/Hinojosa Oscariz/2009, Conozca la Cabeza de Juan Pérez/Portes/2008, por dar un par de ejemplos), si ha habido una serie de intentos más o menos (in)dignos por ganar una parte de la taquilla nacional a través de la copia de fórmulas fílmicas probadas en Hollywood (Recién Cazado/Bueno/2009, Paradas Continuas/Loza/2009), si hay lugar hasta para un cine militante de izquierdas y prozapatista (Corazón del Tiempo/Cortés/2009), no veo por qué habría que arrugar la nariz frente a cintas como El Estudiante (México, 2009) que, a su modo, también expresa una militancia ideológica clara, pelea limpiamente por un pedazo de pastel de la taquilla mexicana y desea encajar en un tipo de cine que fue muy popular hace varias décadas en México: el melodrama regaña-jóvenes de los años 50/60 del siglo pasado.
En efecto, la opera prima de Roberto Girault, El Estudiante, es una película orgullosamente conservadora, anti-abortista, pro-abstinencia sexual, además de cursi, sentimental y chantajista. No está mal realizada –o, por lo menos, no está mucho peor que la media de lo que queda del cine postindustrial mexicano-, pero tampoco brilla de manera particular: acaso lo más logrado de su muy elemental gramática fílmica sea la escena en la que escuchamos a un par de viejos recordar cómo era el galanteo en su época mientras vemos cómo es ahora, en la actualidad, entre los jóvenes mexicanos de hoy.
La trama, a estas alturas, es bien conocida, pues Girault ha podido abrir innumerables puertas en medios de comunicación y universidades para dar entrevistas y conferencias. Qué bueno que así sea, por cierto. Bien por él y por su entusiasmo por hacer cine. Pero, decíamos, la trama es conocida y harto previsible: el anciano setentón Chano (Jorge Lavat) decide matricularse en la Universidad de Guanajuato para estudiar literatura y, de pasada, darle sabias lecciones de vida a esa Juventud Desenfrenada (Díaz Morales, 1956) que cuando no se mete drogas, fornica con el maestro y hasta, ¡horror de horrores!, quiere hacer el amor antes de casarse. Don Jorge Lavat será, pues, una suerte de versión masculina de Libertad Lamarque que le dará lecciones de (Pro)Vida a quien se deje, se molestará cuando los muchachos no traten a sus novias como damas decimonónicas y les aconsejará como apropiarse de El Quijote de la Mancha para cierto montaje teatral que, al inicio, parece muy importante pero que, al final, resultará que no lo es tanto, pues todo mundo se olvida de él.
Lo del montaje teatral quijotesco nunca mostrado es el menor de los problemas: las inconsistencias en la trama y en la construcción de los personajes son legión. Lavat encarna a un hombre de 70 años, pero tiene un par de hijas que parecen nietas. Está bien que no use las palabras “chido” o “rola” pero, ¿de verdad no las conoce? ¿En qué parte de México ha vivido en los últimos 70 años? En cuanto a los estudiantes en los que influye el generoso Chano: ¿no tienen familia? Si exceptuamos a la mamá del chavo drogadicto, nadie más aparece en el entorno de estos idealizados jóvenes universitarios que aprenderán a enamorarse a ritmo de los boleros de Agustín Lara.
Las buenas intenciones de Girault no están nunca en duda, sus edificantes mensajes moralistas tampoco y si ese es el México que él quiere ver, está en todo su derecho. No me voy a quejar de su México provincial idealizado: después de todo, Alberto Cortés en Corazón del Tiempo ha hecho algo muy similar, sólo que con signo ideológico contrario y en territorio zapatista.
El problema de El Estudiante radica en su realización muy apenitas y en la ausencia de toda complejidad dramática. Si un servidor se quedó hasta el final, fue por disciplina y porque, si iba a escribir una reseña, tenía que ver la cinta completa. Es lo menos que podía hacer.
Comentarios
Pero como tu dices, seguramente los panistas decían cosas peores de Corazón del tiempo...
2046
Pero sí tienes razón; qué churro más cursi. Ya ni las de César Costa.
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Ernesto, ese punto de que los estudiantes no tienen familia excepto el plebe mariguano, pos también en eso es igual a las películas gringas de estudiantes, así que no debería restarle puntos. Digo, nomás digo, porque no creo que la vea. Sigo esperando Oveja Negra y Conozca la Cabeza...
uno de mis mas grandes placeres culpables...
"Stifler's mom, Stifler's mom!"
jajaja
Bueno, para ser justo haber metido a los padres hubiese complicado la trama mucho más. Ya de por sí a la cinta le sobran personajes... ¿y quién quiere que una película como ésta dure una hora más para resolver una trama más complicada?
La chica de lentes se parece a la actriz de 30 rock (olvide el nombre, sorry, no soy gran fan de esa serie)
algun otro fetichista le encuentra parecido con otra chica?
Ninguno? todos? =P
se parece a Tina Fey
a mi también me lo pareció
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por otro lado, Ernesto, no es por presionarte pero estamos a poco tiempo de que acabe el 2009,
ya tienes tu película de la década?
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Optimistic, ah, a mí siempre se me ha antojado Tina Fey...
las demás ni las ví.
Joel: A mi la primera American Pie me pareció bastante divertida. Y por ahí en la segunda hay un buen gag, cuando un padre de familia, preparando una parrillada, escucha unos diálogos calenturientos por un walkie-talkie. Aunque, claro, ya todo se había hecho antes -y más gracioso- en Porky's.
Optimistic, Joel: ¿Y a quien no se le antoja Tina Fey?
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Tyler, a mi hijo no le gusta el brócoli, pero tampoco lo ha probado nunca...
voy a tener que hacer memoria, para acordarme de cual te ha gustado tanto...
la del señor oso de Herzog... la de Atonement acaso
chispas
'Avatar' costó 500 millones de dólares!!???
jar jar binks vestido de azul costó eso????
zas
yo solo le agregué lo de vestido de azul...
jo