51 Muestra Internacional de Cine/V


Los primeros minutos de Gigante (Uruguay-Argentina-Alemania-España, 2009), multipremiada opera prima del bonaerense avecindado en Montevideo Adrián Biniez, nos ubican en un estilo visual minimalista que, de tanto repetirse en todas partes, ha empezado a convertirse en un cliché tan identificable como, digamos, la infaltables explosiones en cualquier filme de acción hollywoodense.

Durante esa primera parte de la cinta, Biniez y su cinefotógrafo Arauco Hernández Holz usan la cámara fija, los encuadres funcionales, las tomas en planos medios y generales. El estilo es apto para el tema: estamos siguiendo la rutina diaria de “Jarita” (Horacio Camandule), un hombrón de cuerpo y rostro intimidantes que trabaja como guardia de seguridad en un supermercado de Montevideo. El tipo completa el gasto chambeando de sacaborrachos en un bar rockero/metalero de mala muerte, aunque es obvio, desde el inicio, que “Jarita” no mata una mosca: se hace de la vista gorda cuando una doñita se embolsa unos fideos, alguien le da un golpe en la cabeza cuando se descuida y un compañero de trabajo lo toma de punching-bag nomás de diversión...


La reseña completa de Gigante se publica hoy en la sección cultural de Reforma.

Gigante se exhibe hoy en la Cineteca Nacional a las11 y 18:15 horas.

Comentarios

Christian dijo…
Acaba en tragedia esta película Ernesto?
No, para nada. Termina como película de Kiarostami, nada trágico.
Christian dijo…
ah ok, es que leí tu reseña del Reforma y por lo que decía al final pensé que acababa en tragedia

aunque uno quisiera imaginarse que no...
Lo que sucede es que es un final abierto, como en A Través de los Olivos, de Kiarostami. No sabes realmente que va a suceder en el futuro, pero quieres creer que todo va a salir bien, porque el descomunal "Jarita" termina siendo -por lo menos desde mi perspectiva- genuinamente entrañable.
Christian dijo…
si, por la foto que pusiste, se ve buen tipo el muchacho

jeje

se ve interesante la cinta, a ver si la puedo pescar por algún lado.
Joel Meza dijo…
Oye, ¿y al final lo mata el mayordomo?

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