Revisión del western/IV
Winchester 73 (Ídem, EU, 1950), el vigésimo largometraje del gran maestro del noir y western Anthony Mann (1906-67), fue apenas el segundo filme del oeste que dirigió. En ese entonces, Mann se había hecho de una reputación como confiable artesano hollywoodense: lo mismo había realizado musicales que melodramas de época o comedias románticas para varios estudios: Republic, Paramount, Universal, RKO, MGM… Llamado por un ejecutivo de la Universal, Mann fue asignado a dirigir un oscuro western que había rechazado Fritz Lang y que iba a protagonizar James Stewart, un antiguo camarada de Mann, ya que el actor había trabajado para la compañía teatral del cineasta a mediados de los 30.
Winchester 73 no sólo es uno de los más grandes filmes de Mann, sino uno de los mejores “westerns” de los 50 –conste: estamos en la década de Más Corazón que Odio (Ford, 1956) y Río Bravo (Hawks, 1959). Además, la película representa un fascinante compendio temático y estilístico del western al estilo de Mann: escenarios naturales que representan los estados de ánimo de los personajes, criaturas dramáticas enfermas de odio y resentimiento, héroe y villano como imágenes especulares uno del otro…
La trama, escrita por Robert L. Richards y el especialista Borden Chase, gira en torno de la posesión del arma del título, un magnífico rifle Winchester 73, premio mayor de un concurso de tiro que Lin McAdam (Stewart) le gana al siniestro Frankie Wilson (Millard Mitchell) ante los ojos de -nada menos- Wyatt Earp (Will Geer). De cualquier manera, Wilson le quita a Lin el Winchester a la mala, rifle que irá a parar, posteriormente, a las manos de un traficante de armas, de un jefe indio (¡Rock Hudson!), de un cobarde colonizador, de un psicopático matarife (espléndido Dan Duryea) y, de nuevo, del propio Wilson, perseguido implacablemente –y ya no tanto por el arma- por Lin McAdam.
Winchester 73 se exhibe hoy en la Cineteca Nacional pero si no se puede ver en pantalla grande, el DVD respectivo es de colección. Aunque el sonido es estéreo 2.0 y la imagen está presentada en fullscreen 1:33:1 –no se pierde casi nada del radio original del filme, 1:37:1--, el extra que ofrece es de verdad extraordinario: el comentario en audio de James Stewart –el único que hizo para cualquier película actuada por él, hasta donde entiendo-, quien recuerda la filmación de la cinta, su relación de trabajo con Mann (y con otros directores), así como su propia trayectoria como actor en los años 50. Si no fuera Winchester 73 la obra maestra que es, sólo por escuchar los extendidos testimonios de Stewart ya vale la pena comprar la película.
Winchester 73 se exhibe hoy en la Cineteca Nacional a las 19 horas.
Comentarios