11a. Semana de Cine Nórdico
Desde el viernes pasado la Cineteca Nacional ha estado presentando su tradicional semana de cine nórdico, la décimo-primera en la cuenta de un ciclo que ya se volvió tradición. Por razones ajenas a mi voluntad no he podido darle el seguimiento que quisiera, pero finalmente pude tomar algún tiempo para revisar una de las cintas programadas, Simple Simon (I rymden finns inga, Suecia, 2010), primer largometraje de Andreas Öhman, filme que fue enviado por Suecia a competir por la nominación de Mejor Película en Idioma Extranjero en el Oscar 2011. Simple Simon pasó el primer filtro -fue una de las nueve cintas finalistas- pero no llegó a la terna oficial de cinco en la que sí estuvo Biutiful (González Iñárritu, 2010) y en la que ganó el filme a punto de estrenarse en México En un Mundo Mejor (Bier, 2010).
Así pues, Simple Simon no llegó al Oscar pero esta amable comedia romántica con discapacidad mental podría merecer un remake hollywoodense con, digamos, Joseph Gordon Levitt y Mila Kunis (que conste en actas: lo dije yo primero). El Simon del título es un muchacho que apenas acaba de salir de su adolescencia y que sufre del Síndrome de Asperger, una discapacidad mental permanente similar al autismo aunque con mejores capacidades de socialización. Simon (Bill Skarsgard, hijo del gran Stellan, hermano del ascendente Alexander) tiene un hermano mayor, de 23 años, Sam (Martin Wallström), quien ha tomado la responsabilidad de cuidarlo y ver por él, pues los padres de ambos ya están agotados. Simon se siente más a gusto con Sam y él es genuinamente devoto de su hermano menor, pero la novia de Sam, Frida (Sofie Hamilton), no resiste más las extravagancias de Simon -los interrumpe cuando hacen el amor, entra al baño cuando ella está en la regadera, ve siempre la misma película (2001: Odisea del Espacio/Kubrick/1968)- y abandona el departamento, dejando solos a los dos hermanos. Viendo la depresión de Sam, el lógico Simon -que odia cualquier forma que no sea el círculo y que todo lo ve en forma de teoremas- decide buscar a la novia perfecta de su hermano, así que se lanza a interrogar a cuanta muchacha se encuentra en la calle con un cuestionario formado por 13 preguntas -claro: número primo tenía que ser.
Aunque la cinta sigue la fórmula de la comedia romántica clásica y el buen humor campea de principio a fin, también es cierto que el guión escrito por el propio cineasta en colaboración con Jonathan Sjöberg logra transmitir, aunque sea de manera bastante amable y simpática, las insalvables dificultades que enfrenta cualquier individuo con Asperger y, también, el constante estrés de la familia que tiene que hacerse cargo y cuidar de él. No es fácil entender para Simon lo que sucede a su alrededor -su voz en off nos explica cómo los "normales" lo confunden continuamente-, pero tampoco resulta sencillo para todos quienes lo rodean lidiar con él. De todas formas, el asunto nunca llega demasiado lejos en este terreno: no estamos ante un serio drama sobre la vida de un discapacitado mental sino una generosa comedia que le desea lo mejor a todos los personajes que aparecen en ella. Por eso mismo y por el eficaz reparto sin tacha, por la dinámica puesta en imágenes de Öhman y hasta por la brevísima duración de apenas 80 minutos, Simple Simon termina resultando un noble y ligero encanto.
Simple Simon se exhibe hoy en la Cineteca a las 16:30 y 20:30 horas.
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