Retrospectiva Ferzan Özpetek/III
Ya en anteriores entradas, aquí y acá, habíamos señalado la característica central del cine del turco avecindado en Italia Ferzan Özpetek: a través de las convenciones de un género enormemente popular -el melodrama familiar/matrimonial-, vehícular un provocador discurso sobre la diversidad sexual y su ocultamiento/apertura. En su octavo y más reciente largometraje, Una Familia Muy Normal (Mine Vaganti, Italia, 2010), el tema sigue siendo el mismo. Sólo que está vez el melodrama es sustituido por una divertida -a ratos genuinamente hilarante- comedia de enredos familiares.
Estamos en Lecce, una pequeña ciudad en el tacón de la bota italiana. Tomasso (Riccardo Scamarcio), el hijo menor de la familia Cantone, dedicada durante medio siglo a fabricar una pasta que se vende en todo el mundo, regresa a la casa paterna después de haber estudiado economía en Roma. Antes de la tradicional cena familiar, en la que el patriarca Vincenzo (Ennio Fantastichini) va a ceder la dirección de la empresa al hermano mayor Antonio (Alessandro Preziosi) y al propio Tomasso, este último se sincera con Antonio y le avisa que hará un triple anuncio traumático por la noche: él no estudió economía sino literatura, no quiere administrar la empresa sino escribir una novela y, pa' completar el gasto, le dice también que es gay y que tiene un novio en Roma. Antonio toma con admirable tranquilidad la confesión de Tomasso, pero el problema es que él también tiene su propio secreto y, de hecho, le ganará el jalón a la hora de las confesiones.
Özpetek ha dedicado esta película a su padre, así que uno puede intuir que algo de este retrato satírico de la familia Cantone proviene de los propios recuerdos del cineasta turco -el guión es del propio Özpetek, escrito con Iván Cotroneo- y, acaso, también, por lo mismo, la amabilidad, más que la furia, domina en la narrativa del filme. La homosexualidad enclosetada en Lecce -pero autoasumida en Roma- por parte de Tomasso es el menor de los secretos de los Cantone: además del "detallito" que Antonio revelará, el patriarca Vincenzo tiene una amante de planta, una tía es alcohólica y la propia abuela (Ilaria Occhini) también tiene algo enterrado en su memoria.
A diferencia del resto del cine de Özpetek, el tono de Una Familia Muy Normal, decíamos líneas arriba, es el de una desbordada comedia de enredos. Y una muy efectiva, por cierto, no sólo por la perfecta dirección de actores y los vivaces diálogos escritos por Özpetek/Cotroneo, sino por el perfecto timing de la puesta en imágenes, en especial en cierta secuencia en la que el novio de Tomasso, Marco (Carmine Recano), llega a Lecce acompañado de un trío de glamorosos gays des-enclosetados, lo que desencadena una serie de piezas cómicas desternillantes.
En el desenlace, cierto funeral terminará reuniendo a toda la familia, aunque no es claro si esta reconciliación terminará siendo, en realidad, duradera. Özpetek opta, de hecho, por la fantasía pura, en la que todos los personajes, muertos y vivos, comparten un mismo espacio de comunidad, alegría, canto y baile. En otras circunstancias, este desliz realista-magicoso me hubiera resultado chocante. No sé por qué pero en las manos de Özpetek, el final me pareció merecido para los personajes. Aunque sea un final de fantasía.
Una Familia Muy Normal se exhibe hoy jueves a las 18:30 horas.
Comentarios
Momo
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Chin, tengo que conseguir estas películas; cada reseña me convence más de ello.