Cuéntamela otra vez.../VI

En sus mejores trabajos en la pantalla, Joaquin Phoenix ha sabido combinar un aire rudo, torcido y hasta amenazante, con una buena dosis de vulnerabilidad viril. Sean delincuentes, estrellas musicales o emperadores romanos, las criaturas de Phoenix parecen desear más o menos lo mismo: ser amadas.
Esto es mucho más claro en su nuevo (y supuestamente, último) papel cinematográfico, el del depresivo hijito de mami Leonard Kraditor, pues en esta ocasión Phoenix ha renunciado a toda máscara de dureza para entregarnos el conmovedor retrato de un solitario hombre de tendencias suicidas que aún vive con sus padres y que llena sus días tomando fotos de paisajes en donde no hay gente. Leonard no es exactamente el mejor partido del barrio, por más que a ratos tenga sus momentos de alegría y exaltación, así que resulta hasta cierto punto inexplicable que la guapa Sandra Cohen (Vinessa Shaw), hija de una familia de dinero, se fije en él. Algo es cierto: la muchacha quiere cuidarlo. Lo malo es que Leonard quiere cuidar a alguien más: a la despampanante vecina rubia Michelle (Gwyneth Paltrow), liada insensatamente con un tipo casado y mucho mayor que ella (Elias Koteas).
Amantes (Two Lovers, EU, 2008), cuarto largometraje del neoyorkino James Gray, significa un aparente cambio de registro en una filmografía dominada por tramas dramático-policial-familiares, como los títulos de sus anteriores cintas, Furia de Perros (1994), La Traición (2000) y Dueños de la Noche (2007), lo indican. Sin embargo, como el Scorsese de La Edad de la Inocencia (1993), Gray no ha hecho más que mudar de escenarios para venir a contar la misma historia: la de alguien asfixiado por una serie de responsabilidades con su familia, su entorno, su barrio.
Y aunque el guión está basado, sin darle crédito, en el relato Noches Blancas de Fedor Dostoyevski y en la notable adaptación fílmica homónima de Visconti, Noches Blancas (Le Notti Bianche, Francia-Italia, 1957), la verdad es que Amantes le pertenece, en gran medida, a Gray. Es cierto: lo que vemos es un triángulo –o más bien, polígono- amoroso bastante convencional, pero Gray filma la trama con la misma estilizada urgencia de sus filmes policiales. La otra parte de la cinta le pertenece al dizque retirado Joaquin Phoenix quien, en la toma final, logra cambiar, él solo, el sentido de toda la cinta con esa desesperada/desesperante mirada al vacío. No es un logro menor para Phoenix, tomando en cuenta que está encarnando un papel que interpretara, varias décadas atrás, Marcello Mastroianni en la ya mencionada cinta de Visconti.
Cuando Visconti dirigió Noches Blancas, su quinto largometraje, el aristócrata vuelto cineasta ya era considerado como una de las figuras indisputadas del cine, el teatro y hasta la ópera de continente europeo. En su haber tenía ya la precursora del neorrealismo Obsesión (1943), la obra maestra neorrealista La Terra Trema (1948), la sátira social Bellísima (1951) y el drama amoroso/sociopolítico Senso (1954), además de realizar varios montajes teatrales legendarios –por ejemplo, el Como Gustéis shakespeariano con escenarios y vestuarios diseñados por Salvador Dalí- y algunos montajes operísticos en La Scala de Milán con la mismísima Maria Callas.
Noches Blancas es una cinta atípica de Visconti por varias razones: fue filmada por completo en estudios, en apenas siete semanas y con un presupuesto relativamente bajo. Con esta cinta, Visconti le quería demostrar a los productores italianos que podía hacer cine como el que más, constreñido a los tiempos y dineros de la tambaleante industria fílmica italiana. El asunto es que, con todo y que la crítica europea y el prestigiado Festival de Venecia habían demostrado admiración por su cine, la realidad es que la taquilla no lo había tratado bien: ninguna de sus películas había sido un éxito económico y en algunas de ellas, como La Terra Trema, incluso había perdido dinero propio.
El resultado de esta apuesta personal de Visconti es notable. Es cierto que Noches Blancas carece del esplendor de buena parte del cine que haría posteriormente, pero su proverbial elegancia narrativa está ahí, incólume, especialmente en un par de transiciones retrospectivas, cuando la abandonada e ingenua jovencita Natalia (Maria Schell) le narra sus cuitas amorosas al solidario y solitario Mario (Mastroianni) que, al irla escuchando a lo largo de varias noches, se va enamorando inevitablemente de ella.
El guión, escrito por el propio Visconti y Suso Cecchi D’Amico, es bastante fiel al cuento largo (¿o novela corta?) de Dostoyevski, que narra los varios encuentros nocturnos y las mutuas confesiones amorosas entre un solitario empleado y una muchacha que espera/desespera por un antiguo huésped, quien le prometió volver en un año para declararle su amor. El escenario que pensó Visconti para estos encuentros nocturnos en Noches Blancas es una ciudad anónima cruzada por canales (¿Venecia?), con edificios aún derruidos por la guerra y una vida nocturna despierta, agitada, como se puede ver en la extraordinaria secuencia en la que Mario y Natalia llegan a un bar a bailar al ritmo rocanrolero de moda (secuencia que, por cierto, saquea descaradamente Gray en Amantes, con todo y el desaforado baile de Joaquin Phoenix, ecos del que realiza en Noches Blancas un desatado Mastroianni).
Gray le agrega un elemento central a su adaptación: la presencia de otra mujer que significa, para el personaje protagónico, la posibilidad de una felicidad alterna. Ni en el texto de Dostoyevski ni en la cinta de Visconti hay salida alguna para ese pobre hombre vencido por un fantasma –encarnado por un oscuro Jean Marais en Noches Blancas-, que es adorado tercamente por la desesperante e ilusionada jovencita. Sin embargo, el giro argumental de Gray es, propongo, más terrible que el contenido en el relato original y en la adaptación de Visconti. Al final de cuentas, en Noches Blancas podemos pensar que el Mario de Mastroianni, abatido, abandonado, solitario, tiene la posibilidad de encontrar amor. O, por lo menos, queremos pensar en ello. El Leonard de Phoenix, pensado por Gray, no tiene esa puerta abierta. Esa mirada perdida del desenlace lo dice todo.

Comentarios

Ah miren... Otra película que se estrena criminalmente tarde. Insisto, no sé qué juego juegan las distribuidoras nacionales, retrasando las películas el tiempo suficiente como para que la legión de piratas ya tengan no los VCD sino los clones a todo lo que da en las calles... (y qué decir de las descargas y los streaming y, bueno, en su "justa" medida los posibles encargos del DVD en tiendas del otro laredo o de plano sus pases por cable o PPV).

Supongo que es un juego "comercialmente" sustancioso. Digo, andamos en crisis pues... ¿No será así?
Pinche película chingona. La acabo de ver hace un par de horas. Entra seguro a mis 10 del año.

Y no la estrenaron taaan tarde, en EUA también se estrenó este año, hace algunos meses.
Unknown dijo…
Odio que suceda esto; juro que ayer ví en Cinemex la pelicula de In-sectos (Gug) para estrenarse el viernes. por lo visto la retiraron de ultimo momento; mil perdones. Seguirá la reseña en el cajón.
Sí, bueno, desde hace rato está en DVD de Región 1, como el anuncio de amazon que está a la derecha (pásele, pásele) lo señala.

V: Sí, yo también tenía idea que se estrenaba. Me habían avisado el lunes. Pero de último minuto, que siempre no. Bueno, se quedará la reseña ahí otro año... O de plano la publico aquí en una de esas.
Medio off-topic.

¿Qué carajos con el suplemento Primera Fila del Reforma? Va de mal en peor. Esta semana ni siquiera hubo Diezm.

Al rato les van a pedir reseñas de 1 párrafo, o peor, de 140 caracteres.
Christian dijo…
sicierto Paxton, además la reseña de Rafael estuvo mas bien frugal no?

siendo la película esa de Wes Anderson que parece que la ha ido bien, yo hubiera esperado algo mas sustancioso....
Christian dijo…
en cambio estrenaron 'Parque Vía' y ni una reseñita del Sr. Diezmartinez en el Reforma!

chale
Paxton, Tyler: Tenía asignadas dos reseñas, pero ninguna se publicó porque no se estrenaron las películas respectivas. Ni modo: suele suceder de vez en cuando. En cuanto a Parque Vía, la reseña la publicaré aquí sin falta.
Christian dijo…
esa de 'Parque Vía' esta loquísima

esperaré tu reseña con ansia Ernesto.
Sepa. Yo a ese tipo ni lo leo.
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Espero tu reseña de Parque Vía, Ernesto.
Joel Meza dijo…
... la reseña de Rafael estuvo más bien frugal...
Hace rato que no lo leo y, según recuerdo, precisamente por eso.

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