El Día que la Tierra se Detuvo (1951)


No he visto el refrito El Día que la Tierra se Detuvo (Derrickson, 2008) y, para ser francos, no creo que lo haga -tengo muchos pendientes por revisar este fin de año y, además, su calificación de 39 en el metacritic no es para alentar a nadie la ida al cine. Más aún: la cinta original homónima, que ya había visto alguna vez por televisión, no es de mis películas favoritas de esa época. Me refiero, por supuesto, a El Día que la Tierra se Detuvo (The Day the Earth Stood Still, EU, 1951), de Robert Wise, filme que los usuarios de la Internet Movie Database han colocado en el top-250 de la historia del cine (para ser exactos, en el lugar 197).

Como no tenía buenos recuerdos de este clásico de la ciencia ficción, me di a la tarea de volver a verlo en la espléndida edición de Región 4 que está disponible para su venta y renta en México. Después de verlo, reafirmé mi juicio anterior. Recordaba claramente que el largometraje número 13 del versátil artesano Robert Wise me había parecido más ingenuo que emocionante y, ahora, años después, volví a tener la misma impresión. No se trata de los avejentados efectos especiales –si ese fuera el caso, Metrópolis (Lang, 1927) ya hubiera perdido toda vigencia-, sino de un pomposo discurso pacifista que no tiene matices de ninguna especie. Es decir, no hay humor por ningún lado; no hay acción en ninguna parte; no hay escalofríos de ningún tipo.

La trama está basada muy vagamente en el cuento El Amo Ha Muerto, de Harry Bates, publicado en 1940 en la revista “Astounding Stories”. En el relato original –que puede ser leído en español en la antología “Vinieron del Espacio Exterior”, Ediciones Martínez Roca- el extraterrestre que llega a la Tierra a dar el Ultimátum a la Tierra –el título con el que este filme fue conocido en España, por cierto- tiene un papel muy secundario. Los protagonistas son, en realidad, un curioso periodista/fotógrafo y el enorme robot Gnut, que ha llegado acompañando al misterioso alien de forma humana Klaatu que, en el relato, ya descansa en un mausoleo construido ex profeso.

El guión de la cinta de 1951, escrito por Edmund H. North, retoma la anécdota de un extraterrestre, Klaatu (Michael Rennie), que llega a nuestro planeta acompañado de un robot llamado Gort –a saber por qué le cambiaron el nombre. Por lo demás, la historia es otra y no exactamente mejor. La nota ominosa con la que termina el cuento se diluye aquí porque Klaatu es una especie de Cristo interplanetario –de hecho, se hace llamar Mr. Carpenter: Señor Carpintero- que está dispuesto a cargar con las indignidades de la malagradecida raza humana, dispuesta a echar balazo y a perseguir a todo aquél que sea diferente, a todo aquél que se sospeche que es distinto.

El cuento fue escrito en 1940, en el inicio de la Segunda Guerra Mundial, y la cinta fue estrenada en 1951, en plena Guerra Fría, con la paranoia macartista desatada y una guerra verdadera, la de Corea, peleada en el Lejano Oriente. Eso explica la importancia con la que fue recibida la película en su momento: aunque de forma ingenua, la cinta tiene ambiciones políticas y alegóricas que eran extrañas en el cine hollywoodense de ciencia ficción de la segunda posguerra.

Y hay algo más que explica su importancia: la sólida narrativa atmosférica de Wise, la emblemática banda sonora de Bernard Herrman y la presencia de ese gran platillo volador circular con todo y extraterrestre y robot incluidos, marcarían una imborrable influencia en una generación de niños y jóvenes cinéfilos que, algunos años después, seguirían su propia ruta, convertidos en cineastas. Steven Spieberg tenía, en 1951, cinco años.


PS. Para una reseña del remake, Juan Carlos Romero, de El perro café, ya se sacrificó por nosotros. Su crítica, aquí.

Comentarios

Anónimo dijo…
Bueno! Parece que esta peli promete, ya tengo un par de recomendaciones para este fin de semana, incluyendo esta!

Por cierto, me ha resultado muy interesante su blog, ya pertenece a mis favoritos!

Saludos,

Orlando.
Gracias y saludos hasta la Argentina.
Joel Meza dijo…
"... no hay humor por ningún lado; no hay acción en ninguna parte; no hay escalofríos de ningún tipo."
Haz de cuenta, Ernesto, haz de cuenta. Excepto que el robot no tiene nombre.
(¿Y cuántas veces tenemos que volver a ver a Keanu Reeves salir todo pelón y lleno de baba de una incubadora gigante?)
¿Refrito? ¿Qué es eso?

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Una lástima que no te haya gustado, Ernesto. De mis favoritas de la década.
¿Sí? ¿De ciencia-ficción de los 50? Yo la he visto, con esta, tres veces. Y no mejora cada que vez que la veo. Me quedó con Invasion of Body Snatchers, de lejos. Pero acepto que The Day... ha sido mucho más influyente, en especial en la iconografía extraterrestre.
Sí, la de Siegel está allá arribota por supuesto. Pero ésta se le acerca un poco. Nada mal.
Otra más, también superior: La Cosa del Otro Mundo, de Hawks, de 1951.
Pero esta fue la que trajo al mundo ROBOT MONSTER. Uta, qué película. Hay que reseñarla. Que se aviente a verla, estudiarla y reseñarla Joel.
Ah... Y The Blob. Era pachanguera mi estimado: una gelatina marca diablo que se anda comiendo al mundo a ritmo de un hit de radio.
Sicierto. McQueen de mozo sabadero.
Ana A. dijo…
Sigo sin entender para que hacer remakes...habiendo tantas buenas historias alrededor...
Lo siento chicos pero Keanu Reeves puede salir pelón, lleno de baba y de una incubadora gigante todas las veces que quiera...ufff!!!
Ana: los remakes son muy viejos. Es una larguísima tradición que inició cuando la industria fílmica se consolidó como industria, propiamente dicha. En la actualidad, en la medida que hay mucho dinero invertido en los llamados blockbusters, pues los remakes y las secuelas "suenan" buen negocio: por lo menos hay gente que va a ir al cine porque sabe de qué se trata.
Joel Meza dijo…
Ana, se me acaba de quitar el hambre...
Duende, pos nomás me falta ver la original, porque la nueva ya y sí habrá breve reseña. Es más:
"El Día que la Tierra de detuvo. Incluyendo la película. Fin."
Mmm... Hablo de Robot Monster Joel... Es de Phil Tucker, del 1953. El día que a la tierra le pasó algo. Usted la reseña, yo le aplaudo y Diezm se rasca la cabeza diciendo, acá impostado: ¿Uh?
Christian dijo…
Como que Keanu Reeves lleva actuando de Neo casi casi desde 'Bill & Ted' no?

jeje
Joel Meza dijo…
(Ah, esa Robot Monster. "Deja" la consigo.)
Alguna vez alguien me lo explicó, pero ya se me olvidó: ¿Qué tiene que ver Bowie con Klaatu (o Gort)?
The man who felt to earth... Es como un regreso de Klaatu... Algo así. También me lo contaron hace mucho.
marichuy dijo…
Meteré mi cuchara, Ernesto

Por favor, no poner en las misma linea a Mr. David Bowie con el Keanu Reeves; más respeto, que hay niveles.

Yo tengo una idea muy arraigada: si Keanu -que es guapetón, eso que ni qué- es "el héroe de la película apá", hay 90% de probabilidades de que ésta sea un churrazo.

Saludos
Marichuy: ¿Regla Keanu = Churro? Mmmm.... Puede ser. Deja reviso con cuidado su filmografía. Aunque, a bote pronto, recuerdo dos o tres cintas que me gustan y en dondé él aparece.
Joel Meza dijo…
Ejem, que conste: me cuidé de no ponerlos ni siquiera juntos en el mismo comentario.
¡Klaatu Barada Nikto!
Mmm... Hablamos de Klaatu pre-Keanu. Y no, no llega a tanto eso de Keanu = churro.
Ana A. dijo…
Yo tampoco creo en esa regla de Keanu, si estoy de acuerdo que ha hecho churros, pero no todos, es más a mi me parece que Point Break es muy buena.


Diezma, un anuncio: Podemos descansar en paz nuestra búsqueda ha terminado, los datos que dio el Duende sobre la película que taanto busqué son los correctos. Me impresionó. Ahora buscaré el soundtrack...GRACIAS!
Christian dijo…
el Duende se redime!!!!

Nunca dudé de ti Duende jeje!
Anónimo dijo…
Ernesto.
Perdona por no darte gracias antes por la referencia. Por cierto, deja nomás sentarme, hacer memoria y te mando el evangelio según el perro café con lo peor y mejor del año.
No tienes nada qué agradecer, Juan Carlos.

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