Cine en televisión para el jueves 3 de enero
Hamlet (Ídem, EU, 2000), de Michael Almereyda. Dirigida por el cineasta independiente Michael Almereyda -cuya obra permanece casi totalmente inédita en México- este Hamlet es uno de los filmes más originales -y logrados- que se hayan realizado sobre una obra de Shakespeare en la última década.
¿La trama?: usted ya la conoce. Sin embargo, recordemos juntos la historia con el fin de hacer notar la perfecta adaptación de la obra al Nueva York de fin de siglo. Algo está podrido en Dannish Co., una megacompañía de telecomunicaciones cuyo dueño ha muerto de improviso dejando en su lugar a su hermano menor, Claudius (Kyle McLachlan). Éste, además, se ha casado con la viuda de su hermano, Gertrude (Diane Venora), ante la indolente mirada de Hamlet (Ethan Hawke), el joven heredero del emporio. El padre de Hamlet (Sam Shepard) se le aparece a él en el Castillo Real de Elsinore -perdón: en el Hotel Elsinore de Nueva York- y le informa que en realidad ha sido asesinado por su maléfico hermano, así que empuja al joven indeciso a actuar. Hamlet, mientras tanto, parece interesarse en Ofelia (Julia Stiles), la hija del consejero de Claudius, Polonius (Bill Murray), y hermana del joven y agresivo Laertes (Liev Schreiber), quien buscará vengarse cuando su padre y hermana caigan en desgracia debido a los acontecimientos desatados por Hamlet.
Aunque los diálogos de la obra shakespeariana son respetados en su esencia -es decir, las palabras en inglés isabelino se dejan escuchar hasta en los labios de Bill Murray-, la obra ha sido recortada en una tercera parte y, en lugar de las tres horas que debería durar -como el Hamlet de Kenneth Brannagh, mucho más fiel pero menos arriesgado-, el filme se cierra en dos horas justas.
Con todo, el espíritu de la tragedia permanece intacto, aunque corregido de manera brillante en el personaje del joven heredero encarnado por Hawke: su Hamlet es el típico muchacho del nuevo siglo que se aburre, solo y su alma, en cualquiera de los grandes conglomerados urbanos. Este Hamlet es indolente, indeciso, egoísta, atrapado no "en palabras" -como en la obra original-sino en las imágenes que crea, atesora, trabaja y vuelve a trabajar. Por ejemplo, el Hamlet de Hawke le sugiere a su tío su crimen a través de un vídeo editado en su computadora (en lugar de la pieza teatral que monta Hamlet en la obra) y recita el famoso "ser o no ser" frente a una pequeña cámara de video y en el pasillo del cine de "acción" de un Blockbuster. Su vida ha sido siempre pasiva, viviendo del recuerdo de su padre y nutriéndose indiscriminadamente de las imágenes que lo rodean.
Almereyda logró, pues, adaptar de una manera inteligente, atractiva y demandante un texto shakespeariano, respetándolo en esencia pero dotándolo de una sensibilidad propia de la época que vivimos. No es pequeño el logro.
Cinemax este; jueves 3, 17:15, tiempo del centro de México.
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