¿Tú le crees a los cineastas? ¡Yo tampoco!... again

Acabo de renovar mi suscripción a Sight and Sound (ya lo escribí por ahí y lo repito: en mi opinión, la mejor revista de cine que existe, y por mucho) y con la renovación anual me ha llegado, de obsequio, un par de cintas clásicas editadas por el British Film Institute: Obsesión (1943), la opera prima de Visconti sobre la novela hard-boiled El Cartero Siempre Llama Dos Veces, y La Fortaleza Escondida (Kurosawa, 1958), el gran filme de aventuras feudales, princesas escondidas y samuráis valerosos.

Revisando, precisamente, los extras de este último DVD, me encuentro con George Lucas, entrevistado acerca de su admiración por Kurosawa y la influencia recibida por él. Como se sabe, de La Fortaleza Escondida tomó Lucas la historia general del primer capítulo de Star Wars (bueno, el capítulo IV, en la nueva numeración). En la susodicha entrevista, Lucas acepta que los dos vagos y borrachines que aparecen en La Fortaleza Escondida -y a través de los cuales seguimos la historia de la cinta- fueron los modelos para crear los inolvidables C-3PO y R2-DT, pero de lo demás -que estamos ante la historia de una princesa derrocada, que hay un viejo jedi (oh, pues, samurái) que la protege, etcétera- dice que es una coincidencia que las películas se parezcan tanto. Ajá.

Como cuando declaró, hace algún tiempo que, en realidad, el cine que siempre ha querido hacer es más cercano a su memorable opera prima THX 1138 (1971) y que la saga Star Wars ha sido un largo desvío en el camino. Otra vez: ajá.