Cine en televisión para el martes 1 de enero


Frágiles (España-GB, 2005), de Jaume Balagueró. En su cuarto largometraje, el catalán Jaume Balagueró (La Secta/1999, La Séptima Víctima/2002) sigue fiel a la temática y al estilo que lo han internacionalizado: cintas de suspenso/misterios/fantasmas notablemente fotografiadas por Xavi Giménez en colores deslavados grisáceo-azulosos; un experto manejo del encuadre, ideal para mostrar de improviso una sombra acechando o una figura amenazante; un tono narrativo que privilegia una atmósfera que se queda, la mayor parte de las veces, en la mera sugerencia del horror y no en la demostración gráfica del mismo.

Por supuesto, para los fans de la sangre derramada, las trepanaciones en primer plano o las torturas en big close-up, este tipo de cine –y en especial Frágiles- podrá resultar una suerte de nembutal fílmico: personajes que van descubriendo la verdad lentamente, muchos diálogos y pocos sustos, dosis pequeñas de hemoglobina salpicada y un desenlace que funciona como prólogo para otra nueva historia de fantasmas, acaso más amigables.

La enfermera Amy Nicholls (Calista Flockhart, estragada) llega a la británica Isla de Wight para hacerse cargo del turno de noche de un hospital infantil que está a punto de ser cerrado. Una de las niñas internadas es la solitaria Maggie (Yasmin Murphy), que está tan enferma que el amable médico de planta (Richard Roxburgh) dice de ella que “sólo podemos hacer que esté lo mejor posible”. Sin embargo, Maggie no es una niña difícil sólo por su condición terminal: según ella, ve a una “niña mecánica” que la aterroriza por las noches y que le ha causado una fractura múltiple del fémur a otro niño. Por supuesto, nadie está dispuesto a creer en Maggie… sólo Amy, quien tiene un pasado traumático que la obliga a centrar su atención en la niña en peligro.

Balagueró juega en la cuerda floja de principio a fin: entre lo genuinamente inquietante y lo cínicamente repetitivo, entre la elegancia de un estilo visual sin tache y la autoindulgencia de quien empieza a estancarse peligrosamente, entre un cierre del tercer acto que parece haberse manufacturado en Hollywood y un epílogo inusualmente inteligente y delicado, acaso el mejor momento de una cinta que nos deja la esperanza de que el futuro fílmico de Balagueró no está para nada perdido.

PS. Inexplicablemente, a pesar de que la cinta estuvo programada para estrenarse en México desde hace meses, nunca llegó a la cartelera. Ahora llega a la televisión de paga.


Movie City; Ma 1, 19 horas (señal este) y 22 horas (señal oeste).

Comentarios

Christian dijo…
Si es cierto, yo hasta llegué a ver cortos de esta cinta en el cine. Es como de una niña que sufre de la misma enfermedad que Samuel L. Jackson en la de Unbreakable.

A veces me da la impresión que esto del cine en México se maneja en un lugar oscuro y secreto tipo Inquisición donde algunos señores dictaminan cuales películas se exhiben, cuales no, también les ponen esos nefastos títulos traducidos del inglés y retrasan por años algún estreno, como The Host, por ejemplo jejeje

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