Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXLVII



Verónica (México, 2017), de Carlos Algara y Alejandro Martínez Beltrán. La opera prima de The Visualistas -así aparecen en los créditos de la cinta- es un meritorio thriller psicológico deudor lo mismo de Bergman que de Polanski con una impecable puesta en imágenes. Mi crítica en la sección Primera Fila del Reforma del viernes pasado. (**)

En el nombre de mi hija (Au nom de ma fille, Francia-Alemania, 2016), de Vincent Garenq. Sólido thriller procedimental centrado en la búsqueda de justicia de parte de un padre que ha perdido a su hija. Mi crítica in extenso por acá. (**)

Mar (Argentina-Chile, 2014), de Dominga Sotomayor. El mar del título no es el océano -aunque la cinta fue filmada en Villa Gesell, Argentina- sino el nombre de cariño de Martín (Lisandro Rodríguez), un treintón que visita ese balneario acompañado de su pareja Eli (Vanina Montes). Los dos no tienen que mucho qué decirse y menos aún cuando aparece la extrovertida mamá de él (Andrea Strenitz) a poner las cosas patas pa'rriba en unos días que se suponían eran de descanso y reconciliación.
Como en su cinta anterior, la muy superior De jueves a domingo (2012), la película está centrada en la incomunicación de una pareja destinada al fracaso. La precisa cámara de Nicolás Ibieta mutila a sus personajes perpetuamente pasmados cuyas estólidas cuitas no terminan de cuajar dramáticamente. Por lo que ha dicho la cineasta, la película fue realizada en apenas ocho días y en ella dominó la improvisación. Y eso se nota. ( *3/4)

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