Pídala cantando/XL



Uno de los lectores habituales de este blog -@elcastillo en twitter- me preguntó si había escrito algo sobre Irreversible, el discutido filme de Gaspar Noé. Aquí está lo que escribí hace unos 8 años:


Unos meses después de que en Cannes dividiera al público (una parte, escandalizada, se salió a vomitar, mientras la otra parte se quedó pegada a sus asientos, fascinada) además de dividir a la crítica en todos los lugares en donde se ha estrenado, ha llegado a las salas nacionales Irreversible (Ídem, Francia, 2002), el discutidísimo y escandaloso segundo largometraje del cineasta francoargentino Gaspar Noé.
            Se trata de una provocadora película que busca, como dirían los clásicos, “espantar a la burguesía”. Es decir, provocar la angustia, el enojo, la indignación, el asco, del dócil cinéfilo que entra a la sala de cine con el único fin de entretenerse y pasar bien el rato (lo cual, por supuesto, aclaro, no es ningún crimen). Sin embargo, si usted busca lo anterior -eso de divertirse y pasar un buen rato- más le vale que entre a ver cualquier otra cosa.
Y es que Irreversible es una de las cintas más violentas, crudas e inquietantes que se hayan realizado en mucho tiempo, por lo menos en el contexto del cine "de arte" y/o festivalero. Piense usted en alguna película que muestre una terrible violación femenina y/o masculina (digamos, Frenesí, Perros de Paja o Amarga Pesadilla) y eleve la sordidez y la crueldad  de esos filmes a la “ene” potencia: todavía se va a quedar corto. Ahora piense en alguna secuencia con una violencia gráfica insoportablemente realista, casi rozando con las míticas “snuff-movies”. Pues aun así no encuentro un paralelo a una de las secuencias iniciales de Irreversible: la imagen de un tipo rompiéndole la cabeza a otro con un extinguidor hasta que el cráneo de la víctima queda convertido en una masa informe.
En estricto sentido, se trata sólo de dos escenas shocking, pero la forma en la que Noé las muestra (el asesinato en un tugurio gay sadomasoca con una cámara embarrándose en la jeta de todos y tomando muy de cerca la cabeza destrozada; la violación en una sola toma de 10 minutos, desde un emplazamiento a ras del suelo, cual rata asomándose por una coladera) hace imposible que las borremos de la mente, aun mucho tiempo después de haber salido del cine. No sólo se trata de la violencia en sí misma: es la forma en la que Noé la muestra, la manera en la que se regodea en ella, su negativa a banalizarla, la que la hace mucho más inquietante.
Irreversible está ubicada en una noche en el París contemporáneo. Una joven pareja, Marcus y Alexandra (Vincent Cassel y Monica Bellucci, marido y mujer en la vida real), salen a una fiesta acompañados del exnovio de ella, el estirado filósofo Pierre (Albert Dupontel). En el transcurso de esa noche, Pierre empieza a portarse como un pesado (les hace preguntas acerca de su vida sexual, se burla de Marcus al que llama simio), mientras Marcus se emborracha, se droga y se comporta… como un simio. Harta de los dos, Alex sale de la fiesta sola. Para su desgracia, en un túnel peatonal es violada y golpeada con brutalidad inusitada por un padrote apodado “el Tenia”. Cuando Marcus y Pierre ven a Alex en estado de coma, se dan a la tarea de buscar al culpable, terminando en un sórdido antro gay, el Rectum.
Pero he aquí el truco que tanto ha molestado y/o fascinado al público y a la crítica en todo el mundo: la película está contada en 12 secuencias en orden cronológico inverso. Es decir, la cinta está narrada desde el desenlace hacia el inicio: primero vemos los créditos finales, luego a dos tipos esposados (que luego sabremos que son Marcus y Pierre) saliendo de un bar de homosexuales, después la violentísima secuencia en donde un enloquecido Marcus busca a un tal “tenia” mientras Pierre trata de calmarlo, luego a estos dos interrogando a un travesti que les da la clave de dónde está “el tenia” y así sucesivamente, hasta llegar a las secuencias iniciales (que aquí son finales) en donde vemos a un agradable Marcus y a una bellísima Alex compartir la cama, desnudos, disfrutando de una felicidad que sabemos que se les escapará de las manos esa misma noche, cuando salgan a la calle.
“El tiempo lo destruye todo”, es el comentario final que aparece en letras rojas color sangre en la última imagen que vemos en pantalla. La cinta nos deja mudos y desolados, pues nos entrega primero los terribles efectos (un asesinato y una violación) de una causa indeterminada, azarosa. Pequeñas decisiones aparecen aquí como los dispositivos que hacen marchar la destrucción de todo lo bello que nos rodea. Así, el tiempo, en efecto, lo destruye todo. Hasta la esperanza.
¿Recomiendo ver esta película? Honestamente, no puedo decir que me haya gustado (no, no disfruté esa terrible violación de una de las mujeres más bellas del orbe, la señora Bellucci) y si usted no es afecto a la violencia, mejor es que no se arriesgue. Pero debo confesar que he visto Irreversible dos veces y aún estoy preguntándome sobre mucho de lo que vi en la pantalla grande. Tal vez esto es lo que la hace a tan fascinante: revuelve el estómago y el pensamiento a la vez, algo no muy común que digamos en el cine de ayer, de hoy o de mañana.

Comentarios

elcastillo dijo…
Muchas gracias! Contrario a como muchos dicen, no creo que Noé sea un provocador, para eso tenemos a Von Trier, pero es que Noé no ve otra forma de hacer su cine sin tener un elemento que los demás simples mortales traten de grotesco, no lo puede evitar. Ese elemento está en todos sus filmes. Desde Carne donde casi casi sin aviso alguno un animal es matado realmente y los chorros de sangre no son pintura, la mera realidad.

Irreversible junto a Enter The Void (igual de Noé) son de mis filmes favoritos; tiene semejanza con el temprano cine de Haneke y si quizá, de von Trier pero el francés es más crudo más real y es de los elementos que me gustan. Además de la escena de violación, el concepto final y la última secuencia en la que termina el filme me dejó pasmado la primera vez que la vi y me es imposible borrar de la mente. Sin duda algo muy original y llamativo, por no decir provocador.
elcastillo dijo…
y es argentino, me falló ese detalle. pero de que vive allá y su cine lo hizo allá es indiscutible.
Joel Meza dijo…
No he tenido oportunidad de verla desde que leí originalmente esta reseña. Además no sé si, cuando finalmente lo haga, pueda mantener la vista en la pantalla todo el tiempo. Por tu descripción de las escenas violentas, creo que terminaría desviando los ojos. Ya me ha pasado antes (por ejemplo, en American History X no pude sostener la mirada en la escena donde Edward Norton pisotea la cabeza de su víctima, así que hasta la fecha no sé qué es lo que se muestra en pantalla en el momento del pisotón).
Creo que veré muchas otras películas pendientes, seguramente varias de ellas con Mónica Bellucci, antes de buscar ésta.
Anónimo dijo…
¿Y ya vimos enter the void?
Ronnie83 dijo…
Ésta película la vi hace poco, y la verdad es que tengo que decir lo mismo que dijo usted, no sé si me gustó, pero si me dejó pensando creo que la crudeza o lo que más me impactó a mi (además de la cabeza destrozada) fue el ver cómo todo estaba bien antes de lo acontecido en el antro y el pasillo donde fue violada Alex y el pensar que todo puede cambiar con cualquier mala decisión.
Saludos, ésta es la primera vez que escribo pero soy un asiduo lector desde hace mas de 1 año, descubrí el sitio gracias a un primo que me lo recomendó y, aunque no siempre estoy de acuerdo en todas sus reseñas, siempre respeto su punto de vista y me parece interesante.
Christian dijo…
De alguna manera me recuerda a The Wrong Man, cinta de Hitch donde sin tanta violencia vemos lo mismo: el universo a nuestro alrededor puede cambiar sin nosotros esperarlo y todo se puede ir al caño en dos patadas.

Esa me dejó muy perturbado y sin tanta "masacreishon" a cuadro.

saludos
Christian dijo…
ah y repito:

Vincent Cassel es la onda!

"¿cómo le hiciste para pasar el salón de los lasers?"

"ah! los lasers..."

jo
No dudo en su capacidad para generar imágenes perdurables por fuertes, pero hay algo de Noé que siempre me molesta: su clarísima voluntad de epatar. Pereciera que sus proyectos los concibe en función sólo de eso, y eso es realmente lo que me irrita, mucho más tal vez que sus imágenes.
Darkcritic dijo…
No puedo decir que me gusto este filme pero no niego que tiene sus muy buenos atributos. En mi opinión la violencia excesiva se sintió a momentos innecesaria y poco adecuada. La estructura narrativa me gusto, hubo algo en ese "gimmick" en reversa que creo me puso mas tenso que si se hubiera editado al contrario. Lo que si odiaba a momentos fue el uso de la cámara. Al rededor de toda la cinta (Pero en especial al inicio) la cámara se mueve tanto que me dieron nauseas y tuve que pausar la cinta unos minutos. Ese movimiento innecesario que busca marear al espectador era realmente irritante. No es una película que visitaría gustosamente en el futuro pero si se da la oportunidad y no tengo nada que vomitar en el estomago le daré otra oportunidad.
Champy dijo…
Yo si puedo decir con toda certeza que me gustó un chingo...la ví por elección, a pesar de saber previamente todo lo que le sucedería a la bella Moniquita...

La controversía generada es natural, consecuencia obvia de lo que resultó la obra del buen Noé.

Todos estamos en nuestro humano derecho de opinar, así como él ejerció el suyo de libertad.

Al costo que fuere

Hay voces por todos lados que gritan que pudo haber sido de tal modo, que hubiera y que hubiera y que hubiera...pero así fue, así lo decidió.

Creo que cumple, que logra.

A mi por ésto me gusta el Cine.

Irreversible logró mucho en mi.

2046
elcastillo: Enter the Void... Ya es hora de que la vea.

Joel: No te culpo.

Duque: No. Ya mero llego a ese pendiente.

Ronnie 83: Bienvenido a los comentarios.

Tyler: Excelente apunte. En efecto, en el fondo, tratan de más o menos lo mismo.

Don José: ¿Y lo hará porque no puede hacer otro tipo de cine o porque busca esa reacción de parte del público?

Darkcritic: Aquí sí el gimmick tiene todo el sentido del mundo, en efecto.

Champy: Lo cierto es que Noé hace el cine que quiere. No es poca cosa.

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