Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCLXIII



Safari (Ídem, Austria, 2016), de Ulrich Siedl. El más reciente largometraje de Siedl nos presenta, sin comentario alguno en off, sin editorializar nada, sin necesidad de subrayar lo obvio, a un grupo de cazadores austriacos en algún país africano.
Como de costumbre en el cine documental de Seidl, las tomas estáticas de las personas, acomodadas como en una suerte de anacrónico tableau, se alternan con la acción cotidiana, en exteriores, de esta variopinta galería de individuos -hombre, mujeres, viejos, jóvenes, de mediana edad-, que muy articuladamente racionalizan su gusto por matar animales -hablan de la naturaleza de la muerte, de que la cacería ayuda a eliminar animales enfermos, de que lo que gastan apoya el desarrollo de los países africanos- o, de plano, expresan francamente que no están haciendo nada mal, nada fuera de la ley y que, hombre, no tienen porque disculparse con nadie.
Perversamente, Seidl va de menos a más. Al principio vemos cómo los cazadores matan a algún animal, atestiguamos su emoción y vemos cómo se toman la foto bien orgullosos. Nada del otro mundo, por más que podamos sentir rechazo por lo que hacen. Pero después viene lo mejor. O, más bien, lo peor: ¿qué sucede luego que cazan al animal? Le quitan la piel, claro. Pero antes hay que destazar a la presa. ¿Y qué tal si la pieza "capturada" -o sea, cazada- es, digamos, un animalito particularmente simpático? Prepare su estómago. (** 1/2)

Elevador (México, 2013), de Adrián Ortiz Maciel. La opera prima documental del egresado del CCC Ortiz Maciel -estrenada nomás con cuatro años de retraso- se ubica en el Conjunto Urbano Presidente Miguel Alemán, construido por el arquitecto Mario Pani en pleno sexenio alemanista. Sesenta años después de su edificación, el citado multifamiliar, el más antiguo de América Latina, está habitado por ancianos burócratas jubilados y sus hijos o nietos, quienes heredaron esos departamentos de dos pisos que, en su momento, llegaron a ser un ejemplo del desarrollismo nacional de mediados del siglo pasado. El optimismo del noticiero de los años cincuenta que vemos al inicio ("Nace una ciudad") contrasta,  por supuesto, con las condiciones muy traqueteadas de los edificios y de sus habitantes el día de hoy.
De todas formas, Ortiz Maciel no está interesado en hacer una crítica de los sueños truncos del "milagro mexicano" sino en algo más simple y, al mismo tiempo, más valioso. Elevador se concentra en presentarnos un mosaico de la vida urbana clasemediera chilanga a través de los encuentros, las pláticas, las reflexiones, las confesiones, de nueve elevadoristas -y la gente a quien ellos sirven- que trabajan en el citado multifamiliar. Hay de todo: desde la jovencita que no terminó la prepa por estar embarazada, hasta la doña que se entretiene leyendo mientras sube y baja entre los pisos, pasando por el exempleado bancario convertido en escritor/dibujante/filósofo ("La libertad cuesta") o el encantador anciano que trabaja por las noches y que cuando hay poco tráfico en el elevador, se suelta moviendo el esqueleto a un ritmo que, a lo lejos, parece algún ritmo tropical.
La cámara de Hatuey Viveros permanece fija dentro del diminuto elevador -tampoco puede moverse mucho, la verdad sea dicha-, atestiguando pláticas, chismes y bromas entre los pasajeros y el elevadorista respectivo. A veces, la cámara, insólitamente, se coloca a ras de suelo y se nos muestra los pies y zapatos de las personas como única imagen dentro del encuadre, pero si hay pillow-shots a la Ozu, ¿por qué no puede haber feet-shots a la Viveros? (** 1/2)

Una bella luz interior (Un beau soleil interieur, Francia, 2017), de Claire Denis. El más reciente largometraje de Denis es una comedia -la primera en la filmografía de la directora- centrada en una artista plástica parisina (Juliette Binoche, tan encantadora como irritante) que parece salir todos los días en busca del amor perfecto. No parece una película de autora sino de actriz, pero esto no es un defecto sino una característica. Mi crítica en la sección Primera Fila del Reforma del viernes pasado. (***)

Detroit: Zona de conflicto (Detroit, EU, 2017), de Kathryn Bigelow. Inexplicable el ninguneo universal -por lo menos hasta el momento- a este trepidante thriller urbano que recrea los disturbios raciales/sociales en Detroit en julio de 1967. Esta es la gran película del año en la que aparece John Boyega, no la que todo mundo fue a ver este fin de semana. Mi crítica, in extenso, próximamente. (*** 1/2) 

Star Wars: Los últimos jedi (Star Wars: The Last Jedi, EU, 2017), de Rian Johnson. ¿La mejor cinta de la saga desde El imperio contraataca (Kershner, 1980), como dicen los críticos gringos? ¿La peor de toda la serie, como dicen algunos colegas nacionales? La segunda parte de esta nueva saga me parece fatalmente dispareja, llena de diálogos inanes y repetitivos, con una subtrama francamente inútil y un desperdicio de buenos actores (Laura Dern) o magníficas presencias (Benicio del Toro) en una historia muy derivativa. Igual, mentiría que no me entretuve, sobre todo en la última hora. Mi crítica in extenso, acá(* 1/2) 


Comentarios

Joel Meza dijo…
Voto por Detroit.
... Espera...
Champy dijo…
Pos yo no he visto Detroit...no me ha llegado, pero Una bella luz interior es una delicia.

En momentos la quieres abrazar y al instante matarla, maldita condición humana.

2046
Travsam dijo…
De esas veces que el cine frances te hace pensar que es el niño incomprendido del cine internacional, a veces no sabes que es lo que realmente te quiere contar, sin principio ni fin y a veces quieres agarrar a la pantalla del cuello al final de la pelicula y decir, ¿de que rayos me hablaste con la pelicula de la Binoche?

PS Ocho entregas de Star Wars y sigo esperando Space Balls 2: En busca de mas dinero.
Christian dijo…
También ya vi Star Wars.

Ya lo dije en twitter, en letterboxd y lo repito acá, es de llamar de atención que pasen los años y la estrella (o una de ellas, al menos) siga siendo el Halcón Milenario. En cuanto sale en escena destruyendo navecitas enemigas y esquivando caminos laberínticos, uno se emociona como cuando era chamaco.

Algo similar a como cuando en la última del parque jurásico sale nuestro viejo conocido el Tiranosauro Rex...
Unknown dijo…
Thanks! Your review of Star Wars was perfect. It's refreshing to see a professional critic understand what the fans are angry about!
Joel Meza dijo…
Ernest, the voice of a new generation!
Wait, that's Pepsi...

Entradas populares