Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCCVIII



Somos Mari Pepa (México, 2013), de Samuel Kishi Leopo. Una fresca cinta juvenil que logra convertir sus carencias en virtudes. Al verla por segunda vez, creció en mi apreciación. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.

Caballo Dinero (Cavalo Dinheiro, Portugal, 2014), de Pedro Costa. La anécdota es bien conocida: en el primer día de la filmación de Los Olvidados (1950), Gabriel Figueroa tenía lista la primera toma, un perfect-shot como los que acostumbraba hacer para Emilio Fernández. Podemos imaginar el encuadre: contrapicado, nubes al fondo, luz perfecta... Dicen que Buñuel vio a través de la cámara y, luego, dirigió el aparato hacia otra parte: un terreno baldío, polvoriento y lleno de basura. El aragonés no había contratado a Figueroa para que embelleciera la miseria, sino porque el cinefotógrafo era un operador eficiente, rápido y talentoso. Al final de cuentas, Buñuel terminaría imponiéndose sobre Figueroa.
Recordé esta anécdota al ver el más reciente largometraje del portugués Pedro Costa, el elogiadísimo Caballo Dinero: la estetización de la pobreza y la locura en la que deambula su protagonista, Ventura (en su quinta aparición para Costa), es digna de admirarse. Más aún: la belleza de la fotografía de Leonardo Simoes no está a discusión, con esa iluminación de manchas casi milagrosa. El problema es que más allá de la belleza del encuadre -y dejando de lado la discusión ética si es válido explotar estéticamente la miseria- la película, en sí, con su radical estetización y su apuesta dramática post-narrativa, me ha dejado completamente frío.
Caballo Dinero es un filme que uno puede admirar, sin lugar a dudas, pero difícilmente entusiasma. No a mí, por lo menos. Pero, claro, en este aspecto puede que yo esté en la minoría: hay colegas muy respetables -y otros no tanto- que deliran ante el cine de Costa -algunos, incluso, sin haberlo visto. El equivalente pretencioso de los fan-boys de Star Wars. 

Las Analfabetas (Chile, 2013), de Moisés Sepúlveda. Sobre una exitosa obra de teatro homónima montada en Chile en 2010, Las Analfabetas nos presenta la historia de una mujer madura, Ximena (la infalible Paulina García). que oculta su analfabetismo con una careta defensiva de soledad, desconfianza y agresivo sarcasmo. La hija de un amiga, la joven profesora sin empleo Jackeline (Valentina Muhr), le enseñará a leer y, en el proceso, las dos entablarán una amistad que derribará barreras sociales, de edad y de forma de ver el mundo. 
La historia parece de telefilme femenino, pero los diálogos son muy vivaces y las justas actuaciones de García y Muhr -actrices de la pieza original- elevan esta cinta que, al final de cuentas, no es más que un ejercicio teatral bien adaptado a la pantalla grande. 


Comentarios

Joel Meza dijo…
¿Qué pasó con Ghibli?
Joel: Con el retiro de Miyazaki ha habido una reorganización de la compañía y no hay, por lo pronto, ningún largometraje en producción -ni en preproducción, por lo menos la última vez que leí. Y como una cinta animada de Ghibli o Pixar tarda de dos a tres años en hacerse... Pos significa que no hay Ghibli por buen rato.

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