Los Muppets
Literalmente, se habían quedado en el siglo pasado. La última cinta de los personajes creados por Jim Henson (1936-1990) fue Los Muppets en el Espacio (Hill, 1999) y la original serie televisiva –vista por este cuarentón en la ya lejana infancia, en el desaparecido Canal 13 de Imevisión- es aún más vieja: de 1976 a 1981. Así que la apuesta por revivir a la René René (rebautizada ahora como Kermit, por su nombre en inglés), la Cochinita Pibil (Miss Piggy, pues) y demás compañeros parecía arriesgada. ¿Cómo presentar a todos estos entrañables personajes con la idea de captar nuevas audiencias sin alienar al nostálgico páter-familias?
La respuesta fue simple: no alejarse demasiado de las raíces de la serie televisiva setentera (es decir, buen humor, números musicales graciosos, invitados especiales dispuestos al cotorreo) ni de la película original también llamada Los Muppets (Frawley, 1978). Hasta cierto punto, el relanzamiento 2011 de estos personajes, Los Muppets (The Muppets, EU, 2011) resulta ser una suerte de remake no confesado de aquella película original a la que Jorge Ayala Blanco describió, en su momento (Falaces Fenómenos Fílmicos, Ed. Posada, 1988, p. 210), como una “irrecuperable fantasía de comedia musical clásica”.
Véase si no: si en la versión de 1978, René y compañía –por mis pistolas me niego a llamarla Kermit- salían de sus pantanos y bosques para conquistar la fama y la fortuna en plena depresión económica, en la versión 2011 René y camaradas tendrán que recuperar esa fama y esa fortuna que el tiempo les arrebató, pero ahora en una nueva depresión económica y con un maléfico capitalista petrolero como villano (Chris Cooper).
Así, la típica road-movie en la que René y el nuevo muppet solovino Walter van en buscan de todo el reparto original, se transforma rápidamente en un musical clásico de los años 30-40 del tipo “montemos un espectáculo” -fórmula desarrollada en las antiquísimas Broadway Melody (1929-1940)- con digresiones “realistas” en las que los patiños humanos y noviecitos santos Gary (el guionista/productor Jason Segel) y Mary (Amy Adams, perfecta) cantan y bailan en plena calle, bajo la lluvia o en algún cafetín, al estilo Donen/Kelly de Un Día en Nueva York (1949).
Por desgracia, como vi la película en su versión en español, no sé qué tan exitosas serán las canciones compuestas para esta cinta –tengo la impresión que no mucho-, aunque los números musicales están montados/editados con suficiente solvencia. Además, no podía faltar el golpe maestro en el desenlace apoteósico: el insuperable “maná-maná” entonado y cantado por todo el reparto… y por la gente que salía del cine, como quien esto escribe.
Comentarios
Joel: Papiparibi..
Joel: Yo tampoco. Formidable como se lanza -esa es la palabra- en sus personajes. En The Fighter era un espectáculo verla así, echada pa' delante y malhablada.
Maestro, le faltó comentar el genial corto de Pixar que viene incluida con la película. Fue una agradable sorpresa ver Toy Story de nuevo...
Neurotic: Sí, no hicieron grandes cambios. Y qué bueno.
Heb: Sí, me dio gusto ver a los personajes aunque, la verdad, el corto no me pareció nada del otro mundo.
J Luis: Exacto.