Megamente
A la casa Dreamworks la espía la competencia o son ellos, los ejecutivos de Dreamworks, quienes espían a los contrarios. Hace años, Dreamworks produjo HormiguitaZ (Darnell y Johnson, 1998), acerca de una hormiga que no quiere ser una más del montón y a esta cinta le siguió, meses después, Bichos (Lasseter y Stanton, 1998) de Pixar que, más allá de ser el remake inconfesado de ¡Three Amigos! (Landis, 1986), básicamente era la misma historia de una hormiguita que se rebelaba para no ser como las demás.
Y, ahora, la historia se repite: Universal estrena hace meses Mi Villano Favorito (Coffin y Renaud, 2010), acerca de un maloso que en realidad tiene corazón de oro y Dreamworks le sigue con Megamente (Megamind, EU, 2010) que tiene, qué remedio, más o menos la misma historia.
La novedad –si podemos llamarla así- es que Megamente juega con las convenciones de los súper-héroes y súper-villanos provenientes de otros planetas, entregando una parodia del mundo de Supermán que es más chistosa como idea que como película.
El Megamente del título (voz en inglés de Will Ferrell y en español de Juan Alfonso Carralero) llegó a la Tierra, como bebé, al mismo tiempo que otro súper-bebé que luego será llamado Metro Man (Brad Pitt en el original, Marco Antonio Regil en español), quien se convertirá en el héroe por default de Metro City. La rivalidad entre los dos es inmediata, constante, total, aunque quien sale perdiendo siempre es Megamente. Contra todo pronóstico, Megamente logra por fin derrotar en definitiva a su archienemigo, lo que lo lleva a la depresión. Si El Guasón no es nada sin Batman, ¿qué va a ser de Megamente sin Metro Man? Así pues, Megamente, con la invaluable ayuda de Servil, su fiel piraña alienígena, produce un nuevo súper-héroe, Titán (voz en inglés de Jonah Hill y en español de Abraham Vega), para que sea su nuevo enemigo. Pero el tiro le saldrá a Megamente por la culata.
No sé si las famosas voces originales –a las que habría que agregar la de Tina Fey como una clon de Luisa Lane- le den un extra a Megamente en inglés, pero la versión nacional que yo vi, con las voces en español, apenas si aguanta el palomazo decembrino. Hay algunos detalles que, uno sospecha, funcionan en la versión original –por ejemplo, la imitación de la voz de Marlon Brando cuando el Megamente de Will Ferrell se convierte en una especie de Jor El-, pero ,en general, la cinta es un ejercicio tan amable como derivativo. Sirve para acabarse un vaso de palomitas con los hijos/sobrinos y para nada más. Y para eso, se me hace que más valdría rentar Mi Villano Favorito. Sale más barato.
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(GULLIVEEEEEEER!!!)