El trailer
El investigador, crítico y ensayista Andy Medhurst propuso, hace algún tiempo, una "semiótica del trailer" ("The Big Tease", Sight and Sound, julio 1998, pp. 24-26), es decir, una descripción y un análisis de los inevitables (a menos que se llame uno Joel Meza) trailers o, como decíamos antes en México, "los cortos". En primera instancia, el trailer, por su brevedad, depende de una edición clásicamente eisensteniana (es decir, de un montaje entendido como el medio para producir un impacto a través de la colisión de imágenes): no hay propuesta narrativa alguna sino una serie de shots que vemos, en ocasiones, en fracciones de segundo.
En segundo lugar, el trailer debe saber vender a sus estrellas, debe mostrarlas. Vamos: el avance de una película en la que aparece Will Smith debe contener la imagen de Will Smith. Si no hay estrellas, entonces deben aparecer, de forma prominente, el nombre del autor literario en el que está basado el filme (John Grisham, Stephen King...) o del director (Martin Scorsese, Woody Allen, Clint Eastwood...) o, si de plano no hay mucho de qué presumir, de los productores ("De la gente que hizo posible que existieran basuras como..."). Ah, claro, si hay Oscares involucrados, no hay que dejar de mencionarlos.
Y en tercera instancia, un trailer debe aclarar de qué película se trata. A qué genero pertenece. Si es horror, comedia, chick-flick, drama de juzgado, filme bélico... En ocasiones, aclara Medhurst, el trailer es el mejor medio para engañar al respetable. O si no engañar, para vender un filme que no es exactamente el que uno se imaginó: para subrayar ciertos elementos genéricos y obviar otros. El ejemplo más reciente es Gran Torino, de Eastwood: uno ve el trailer y piensa que es El Regreso de Harry el Sucio. En realidad, se trata de muchas cosas: un thriller urbano, una hilarante comedia de costumbres, un conmovedor melodrama de crecimiento no precisamente juvenil. Pero entiendo por qué se hizo así el trailer: es más fácil vender la nostalgia por Harry el Sucio.
Los trailers de cintas de arte (what-ever-that-means) son, dice Medhurst, diferentes: tienen generalmente otro ritmo, se basan no en las estrellas sino en los autores fílmicos (es decir, en el director), mencionan los festivales en los que ha ganado y, en ocasiones, aclaran que la película en cuestión sólo es para gente "exigente" que sabe entender el arte. Medhurst menciona que así fue como se vendía, en los trailers, el cine de Antonioni.
Algunos ejemplos:
Un trailer de cine de arte.
El trailer de una película de género (pero también de autor fílmico) que, espero, sea la cinta de horror del año:
El trailer de Gran Torino (cine de autor/estrella)
Y el trailer típico del cine de acción a la hollywoodense (mínimo contexto narrativo, avalancha de imágenes, voz masculina autoritaria en off):
Una última duda: ¿por qué en los trailers la voz en off siempre es masculina, autoritaria? ¿Será porque la voz en off es una suerte de Dios fílmico que siempre tiene que ser hombre?
Comentarios
http://www.youtube.com/watch?v=_2wY7Cq2qHU
Muy diferente a todos los demás.
http://www.youtube.com/watch?v=yXbFuNQwTbs
¿Ya nadie les dice cortos a los cortos en el cine?
http://www.youtube.com/watch?v=IiJLJd7cH1c
Hoy, en cambio, esas películas alborotadoras de hormonas cinéfila cometen el gran pecado de poner en macrosegundos lo mejor de la película...
Luego uno sale desilusionado con la película (ejemplo: Monstruos VS Aliens).
http://www.youtube.com/watch?v=sfout_rgPSA
Y una nueva versión de Mary Poppins (ahora es Scary Mary):
http://www.youtube.com/watch?v=2T5_0AGdFic&NR=1
Y bueno, hay otros por el estilo... Pero mis preferidos son estos dos. Salut.
Saludos santos Ernesto! Je
el de la peli de sam raimi es obra maestra, no? intensísimo, aterrador.
abrazo