FICCM 2011/IX y último
El FICCM 2011 termina hoy, aunque los premios fueron anunciados desde el viernes. Como al momento de escribir estas líneas no tengo ningún boletín oficial, daré por buena esta nota periodística en la que se anuncian a los ganadores: A Tiro de Piedra (2010), de Sebastián Hiriart, Mejor Película de la sección mexicana, y La Boca del Lobo (2009), de Pietro Marcello, Mejor Película de la selección internacional.
Yo escribí que aquí daríamos cuenta de una veintena de filmes del FICCM y con los dos siguientes he cumplido la cuota -me quedaron pendientes unos cuatro o cinco más, de los cuales escribiré más tarde, si aparecen en algún otro lado o, de plano, en El Cine que No Vimos. A partir de mañana pasaremos a revisar una media docena de cintas de Ambulante 2011, incluyendo la nueva película de Everardo González.
Volvamos, pues, al FICCM. A las 13 horas, en Cinemark Reforma 222 y dentro de la sección "Cine Contemporáneo del Mundo", se exhibe Aplauso (Applaus, Dinamarca, 2009), segundo largometraje -primero de ficción- de Martin Zandvliet.
La película en sí no pasa de ser un convencional pero intenso melodrama sobre una actriz alcohólica y narcisista que quiere recuperar el cariño de sus dos hijitos, a cuya custodia renunció hace casi dos años. Los inútiles esfuerzos de la mujer están contrapunteados con escenas reales del montaje de ¿Quién Teme a Virginia Woolf?, en donde la actriz -la de la película y la verdadera- está consiguiendo un gran éxito de público y crítica como la feroz Martha.
La actriz de marras es la extraordinaria Paprika Steen, justicieramente ganadora de varios premios por encarnar a esta desequilibrada mujer aun guapa, carismática, impredecible, que vuelve loco a su exmarido (Michael Falch), pero mantiene a la expectativa a sus perfectos hijitos. El director Zandvliet sabe que lo único que puede salvar a su cinta del olvido es la señora Steen, así que ella aparece en el 95% de los encuadres, en muchas ocasiones en primer plano. La decisión da dividendos: como espectador, uno se siente en el centro del remolino existencial/interpretativo de la egoísta actriz adicta al alcohol y a sí misma.
La señora Steen aparece también en un papel secundario pero clave en Alting bliver godt igen (Dinamarca-Suecia-Francia, 2010), cuarto largometraje de Christoffer Boe. La película se exhibirá a las 16 horas también en Cinemark Reforma 222.
Steen es la equilibrada hermana mayor del guionista paranoico Jakob Falk (Jens Albinus, muy en su papel), quien hitchcockianamente se ve involucrado en una trama de corrupción, espionaje y peligrosos secretos militares. La narración avanza de manera confusa: al inicio pareciera que las dos líneas son asincrónicas -por un lado tenemos al histérico y cada vez más acorralado Jakob, por el otro a un joven soldado danés de origen árabe (Igor Radosavljevic) que acaba de regresar de Afganistán- pero luego empezamos a sospechar que Boeff no está jugando limpio.
La película sostiene la emoción y el suspenso hasta un desenlace que, para mi gusto, echa a perder mucho de lo que Boeff -autor él mismo del guión- había logrado. Vamos: creo que no era necesario explicar todo. En este tipo de filmes, aprecio más los cabos sueltos que el intento de hacer encajar cada elemento visual/dramático de la cinta.
De todas formas, se trata de un espléndido filme que ojalá alguien distribuya comercialmente en el país. Everything Will BeFine -título internacional en inglés- lo merece. Por cierto: con esta película de Boeff suman tres vistas en las últimas dos semanas cuyos protagonistas confunden la realidad con la fantasía: El Cisne Negro (Aronofsky, 2010), Accidente (Cheang, 2009) y, ahora, Everything Will Be Fine.
Yo escribí que aquí daríamos cuenta de una veintena de filmes del FICCM y con los dos siguientes he cumplido la cuota -me quedaron pendientes unos cuatro o cinco más, de los cuales escribiré más tarde, si aparecen en algún otro lado o, de plano, en El Cine que No Vimos. A partir de mañana pasaremos a revisar una media docena de cintas de Ambulante 2011, incluyendo la nueva película de Everardo González.
Volvamos, pues, al FICCM. A las 13 horas, en Cinemark Reforma 222 y dentro de la sección "Cine Contemporáneo del Mundo", se exhibe Aplauso (Applaus, Dinamarca, 2009), segundo largometraje -primero de ficción- de Martin Zandvliet.
La película en sí no pasa de ser un convencional pero intenso melodrama sobre una actriz alcohólica y narcisista que quiere recuperar el cariño de sus dos hijitos, a cuya custodia renunció hace casi dos años. Los inútiles esfuerzos de la mujer están contrapunteados con escenas reales del montaje de ¿Quién Teme a Virginia Woolf?, en donde la actriz -la de la película y la verdadera- está consiguiendo un gran éxito de público y crítica como la feroz Martha.
La actriz de marras es la extraordinaria Paprika Steen, justicieramente ganadora de varios premios por encarnar a esta desequilibrada mujer aun guapa, carismática, impredecible, que vuelve loco a su exmarido (Michael Falch), pero mantiene a la expectativa a sus perfectos hijitos. El director Zandvliet sabe que lo único que puede salvar a su cinta del olvido es la señora Steen, así que ella aparece en el 95% de los encuadres, en muchas ocasiones en primer plano. La decisión da dividendos: como espectador, uno se siente en el centro del remolino existencial/interpretativo de la egoísta actriz adicta al alcohol y a sí misma.
La señora Steen aparece también en un papel secundario pero clave en Alting bliver godt igen (Dinamarca-Suecia-Francia, 2010), cuarto largometraje de Christoffer Boe. La película se exhibirá a las 16 horas también en Cinemark Reforma 222.
Steen es la equilibrada hermana mayor del guionista paranoico Jakob Falk (Jens Albinus, muy en su papel), quien hitchcockianamente se ve involucrado en una trama de corrupción, espionaje y peligrosos secretos militares. La narración avanza de manera confusa: al inicio pareciera que las dos líneas son asincrónicas -por un lado tenemos al histérico y cada vez más acorralado Jakob, por el otro a un joven soldado danés de origen árabe (Igor Radosavljevic) que acaba de regresar de Afganistán- pero luego empezamos a sospechar que Boeff no está jugando limpio.
La película sostiene la emoción y el suspenso hasta un desenlace que, para mi gusto, echa a perder mucho de lo que Boeff -autor él mismo del guión- había logrado. Vamos: creo que no era necesario explicar todo. En este tipo de filmes, aprecio más los cabos sueltos que el intento de hacer encajar cada elemento visual/dramático de la cinta.
De todas formas, se trata de un espléndido filme que ojalá alguien distribuya comercialmente en el país. Everything Will BeFine -título internacional en inglés- lo merece. Por cierto: con esta película de Boeff suman tres vistas en las últimas dos semanas cuyos protagonistas confunden la realidad con la fantasía: El Cisne Negro (Aronofsky, 2010), Accidente (Cheang, 2009) y, ahora, Everything Will Be Fine.
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