Solo ante el peligro/III
Ante el estreno de Hulk, el Hombre Increíble (Leterrièr, 2008), rescato mi reseña de hace cinco años de Hulk (Lee, 2003), publicada en REFORMA. En su momento, me sentí solo ante el peligro: fui uno de los pocos a los que les gustó la cinta del taiwanés. Acabo de volver a verla -es la tercera vez que lo hago- y no le cambiaría gran cosa a lo que está escrito a continuación, y como sigue:
Un científico militar obsesionado con su trabajo llega al extremo de experimentar consigo mismo y con su propio hijo. Un hosco general es incapaz de tener una relación emocional saludable con su bella hija. Esta última parece condenada a ser atraída por hombres “emocionalmente distantes”, incapaces de mostrar amor y sentimientos. Y, para acabarla, por ahí anda un joven científico, rígido y seco, que descubre que tiene una debilidad que no puede controlar y, peor aún, que no desea controlarla, pues cuando se abandona en ella se siente libre y poderoso. Como quien dice, estamos ante un grupito de criaturas neuróticas, adictas, reprimidas e irascibles: ¡mándelas a un diván!
Los cuatro personajes descritos son los protagonistas de Hulk (The Hulk, EU, 2003), el más reciente cómic de la casa Marvel adaptado al cine. Dirigido por el camaleónico Ang Lee y con un sólido argumento escrito por James Schamus, Hulk debe anotarse por derecho propio entre las más interesantes comic-movies de los últimos años, al lado de Batman (Burton, 1989) y El Hombre Araña (Raimi, 2002). Y es que al igual que las cintas sobre Bruce Wayne o Peter Parker, la crónica del pobre diablo Bruce Banner convertido en un monstruo verde, vale no sólo por sus efectos especiales o sus secuencias de acción, sino por el complejísimo entramado de relaciones que existen entre sus personajes.
El original Hulk (creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1962) era producto de la experimentación científica y de un valiente acto heroico/suicida, pues Bruce Banner era afectado por radiación gamma al salvar a un muchacho de una muerte segura. En contraste, la aparición del Hulk ideado por Schamus y Ang Lee no se debe tanto a los rayos gamma. De hecho, éstos sólo nos descubren el verdadero origen del problema: el abuso físico/emocional al que estuvo expuesto Banner cuando era un bebé, manipulado por su enloquecido padre científico. Después de 30 años de haber desaparecido, el “Papito Querido” vuelve para exigirle a su traumatizado retoño que sea su instrumento de venganza en contra de todos aquellos que lo hicieron a un lado. En un delirante discurso que parece haber sido dictado por Osama después de haber leído a Nietzsche, Banner senior se descubre como el gran villano del filme –y, por lo mismo, como su personaje más interesante.
Lee trata de hacer compaginar lo mejor posible los problemas existenciales de sus personajes con las demandas de una pop-corn movie que no puede renunciar a serlo. Por un lado, el taiwanés le imprime a su narrativa un dinamismo contagioso: a la pantalla dividida en varios cuadros (herramienta ya usada en Macabras Historias de Horror/Romero, 1982), Lee le agrega una impresionante variedad de transiciones (disolvencias digitales, barridos, uso discreto del zoom, cortinas) que transmiten la sensación de estar frente a las enormes páginas de un cómic que pasan rápidamente frente a nuestros ojos. Y, por otra parte, Lee le ofrece el suficiente espacio a sus cuatro actores principales para que encarnen con justicia a sus respectivos personajes. El que menos se hace notar es, por supuesto, el australiano Eric Bana como Bruce Banner, pero esto no es culpa de él: no puede competir con el Hulk digital, con la mirada triste-triste de Jennifer Connelly, con un rabioso y carismático general Ross (Sam Elliott) y, ni se diga, con un desatado Nick Nolte encarnando al peor papá malvado desde Darth Vader. La duda es: ¿cómo le van a hacer en Hulk 2 sin el señor Nolte?
Los cuatro personajes descritos son los protagonistas de Hulk (The Hulk, EU, 2003), el más reciente cómic de la casa Marvel adaptado al cine. Dirigido por el camaleónico Ang Lee y con un sólido argumento escrito por James Schamus, Hulk debe anotarse por derecho propio entre las más interesantes comic-movies de los últimos años, al lado de Batman (Burton, 1989) y El Hombre Araña (Raimi, 2002). Y es que al igual que las cintas sobre Bruce Wayne o Peter Parker, la crónica del pobre diablo Bruce Banner convertido en un monstruo verde, vale no sólo por sus efectos especiales o sus secuencias de acción, sino por el complejísimo entramado de relaciones que existen entre sus personajes.
El original Hulk (creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1962) era producto de la experimentación científica y de un valiente acto heroico/suicida, pues Bruce Banner era afectado por radiación gamma al salvar a un muchacho de una muerte segura. En contraste, la aparición del Hulk ideado por Schamus y Ang Lee no se debe tanto a los rayos gamma. De hecho, éstos sólo nos descubren el verdadero origen del problema: el abuso físico/emocional al que estuvo expuesto Banner cuando era un bebé, manipulado por su enloquecido padre científico. Después de 30 años de haber desaparecido, el “Papito Querido” vuelve para exigirle a su traumatizado retoño que sea su instrumento de venganza en contra de todos aquellos que lo hicieron a un lado. En un delirante discurso que parece haber sido dictado por Osama después de haber leído a Nietzsche, Banner senior se descubre como el gran villano del filme –y, por lo mismo, como su personaje más interesante.
Lee trata de hacer compaginar lo mejor posible los problemas existenciales de sus personajes con las demandas de una pop-corn movie que no puede renunciar a serlo. Por un lado, el taiwanés le imprime a su narrativa un dinamismo contagioso: a la pantalla dividida en varios cuadros (herramienta ya usada en Macabras Historias de Horror/Romero, 1982), Lee le agrega una impresionante variedad de transiciones (disolvencias digitales, barridos, uso discreto del zoom, cortinas) que transmiten la sensación de estar frente a las enormes páginas de un cómic que pasan rápidamente frente a nuestros ojos. Y, por otra parte, Lee le ofrece el suficiente espacio a sus cuatro actores principales para que encarnen con justicia a sus respectivos personajes. El que menos se hace notar es, por supuesto, el australiano Eric Bana como Bruce Banner, pero esto no es culpa de él: no puede competir con el Hulk digital, con la mirada triste-triste de Jennifer Connelly, con un rabioso y carismático general Ross (Sam Elliott) y, ni se diga, con un desatado Nick Nolte encarnando al peor papá malvado desde Darth Vader. La duda es: ¿cómo le van a hacer en Hulk 2 sin el señor Nolte?
Comentarios
Unas semanas más para que se desocupen las salas y la veo.
A veces a sí pasa, nomás a uno le gustan películas que para los demás resultan punto menos que un bodrio [a mi me pasó con "La vie en Rose", que me gustó mucho; pese a que las críticas unánimemente la hicieron pedazos]. Y tu no estás solo con Hulk -ni creo que te importaría estarlo-, a ti y a Joel los acompaña mi amigo Luis Bernardo, quien venera a Ang Les como su Dios personal.
Saludos
PS Ya vi tu reseña de "Persépolis" en Primera fila y me gustó, pero lo que me dejó con el ojo cuadrado fue que el resto de la sección de cine, es casi como la apología de "Sex & the City"(¡!)
Josafat: el lirismo de Lee está pasado de moda. Pero peor para la moda.
Paxton: Oh, pues. Si exceptuamos a Bana, yo prefiero todo el reparto de la cinta de Lee.
Marichuy: Yo no (digo, yo no la hice pedazos: realmente me gustó). Sex and the City salió en chorrocientas mil salas y Persépolis en muy pocas, así que se "merecía" el espacio. Pero la nota principal de ese Primera Fila fue para Persépolis, de cualquier forma.
¿"Unánimamente"? ¿Y la de Coria?
Feliz día del padre.
Ernesto. Tu reseña no la leí.
Saludos
PS Y a propósito de "Sex & the City", déjame soltar tantito veneno, en el blog de una amiga me encontré esta joyita:
http://www.youtube.com/watch?v=LMLITlAA0QM
Gracias por las felicitaciones aquí.
Recuerdo que la historia no me desagradó en lo más mínimo, y creo que en todo caso quien se robó la película fue el padre (Nick Nolte). Lo que si creo es que el dichoso Hulk nunca convenció a nadie, lucía demasiado ficticio, irreal, sobrecomputarizado...
Quizá esto último fue lo que a mucha gente decepcionó y se olvidaron que detrás del "mounstro digital" había algo más y diferente...
Pero debo decir que me divirtio mas esta Hulk, que Iron Man...
Y en cuanto a Hulk... como personaje es francamente aburrido. Es un monstruo que no quiere serlo, que tiene sentimientos de culpa por ello. Nunca me ha gustado gran cosa el personaje. Pero, igual, yo no soy gran fan de los cómics...
Acaso por eso me gustó tanto Transformers, por el grado de realismo que alcanzaron con esos robots digitalizados, simple y sencillamente increibles...
Hace poco vi The Golden Compass y la verdad fue una injusticia que esta cinta haya ganado el oscar a los mejores efectos visuales. En este terreno Transformers es claramente superior... que conste que no defiendo a Micheal Bay, aunque en el juicio puede influir el hecho de que fui fan de las caricaturas en los 80´s...
Con esto último me acordé de que en el 94 reclamé airadamente que Forest Gump le ganara el oscar en esta misma categoría a The Mask...
Siempre chilla por algo... por su tio, por mary jane, por su tia, por su trabajo, por su falta de dinero, por Harry, por Dr.Ock, por su traje, por su poder, porque no tiene poder, porque recupero su poder y ya no le gusta otra vez porque tiene que alejarse de mary jane, por la escuela, porque no duerme, porque a nadie le gusto la tercera parte....
Eso en las peliculas, en el comic era diferente. Creo que asi, tan extremista, me quedo con Hulk
Que gusto da a veces no tener nada que hacer y perderse navegando.... sin querer queriendo vine a dar aqui contigo y precisamente a esta entrada donde hasta vengo a descubrir que salgo a colación.
Bueno, el gusto es porque despues de leerte me he sentido menos solo que de costumbre, a mi me encantó la versión que Lee hace de Hulk, aqui mi COMADRE ya te dijo que yo venero al Taiwanes y pue pa'que más que la verdad.
Veo que Paxtón gozar destrozando todo, pero cada par de ojos ve lo que quiere ver, no hay de otra.
Saludos y mucho gusto.
Ya te había comentado aqui mismo -como anónimo- que cuando vi Hulk 2003 me pareció muy interesante...
Pues esta semana renté en el BB de la esquina las dos cintas en cuestión y las revisé en la comodidad de mi casa...
Fíjate que la película nueva no me gustó gran cosa. Es muy ligera y convencional. Me resultó medianamente entretenida hasta eso. Abusa de la fantasía y de la acción, y termina siendo en extremo estridente... Ahora si que quien sabe cómo quería Mr. Norton que quedara el corte final de la cinta...
La persecución por las favelas me remitió irremediablemente a las notables y más emocionantes Tropa de Elite y The Bourne Ultimatum. Además, aunque ya lo habíamos platicado aquí, el Hulk digital esta super chafa, digo, se espera más después de 5 años de avances en CGIs. Lo que si de plano me pareció ridículo es aquella escena donde Bruce aparece, sabrá Dios como, en la selva ¡Guatemalteca!, y luego cruza México y USA así como así... hubiera sido razonable que llegara a una selva si, pero la amazónica. Mira que cruzar medio continente, no, no, no...
Hulk 2003 esta claramente en otra dimensión. Es una película seria, con estilo, con suficiente profundidad argumental y dramática, muy original y arriesgada, tridimensional si me permites. Es una adaptación hecha por adultos para adultos -pensantes claro esta-, algo así como lo que ahora es The Dark Knight pero sin el éxito económico...
Te diría que no me molestó Eric Bana, al contrario. Nick Nolte esta soberbio, y en efecto, se roba la película. Hasta creo que la acción esta mejor concebida en esta cinta que en la nueva. Lástima que el Hulk digital se vea tan irreal...
Créeme que no estas tan solo ante el peligro...
Saludos
FABIO