Cuéntamela otra vez/XXIV



Ante el estreno -y, al parecer, rampante éxito económico- de Nosotros los Nobles (México, 2013), opera prima de Gaz Alazaraki "inspirada" en la obra teatral de Alfonso Torrado que Luis y Janet Alcoriza adaptaron para El Gran Calavera (México, 1949), me di a la tarea de revisar el tercer largometraje -segundo mexicano- del cineasta hispano-mexicano Luis Buñuel. La película está disponible en un DVD nacional ascético pero, por lo menos, visible.
Aunque el propio Buñuel no le dedica más de diez líneas en su tan releída autobiografía "Mi Último Suspiro" ("No creo que presente el menor interés", dice él con respecto a la película), El Gran Calavera fue un necesario punto de inflexión para el aragonés que, después del fracaso taquillero y crítico de su opera prima mexicana Gran Casino (1947), había estado viviendo en México de prestado, mantenido por el dinero materno que venía de ultramar. En la banca y desesperado, Buñuel recibió la visita del productor Óscar Dancingers, quien le propuso dirigir El Gran Calavera, un proyecto personal de Fernando Soler. Inicialmente, Don Fernando iba a ser el realizador pero dándose cuenta que le iba a resultar complicado dirigir y protagonizar al mismo tiempo, el gran actor le pidió a Dancingers buscar un cineasta "honrado y dócil". Ese fue, precisamente, Luis Buñuel.
Don Luis, por cierto, no tiene más que palabras de elogio para Fernando Soler, pues en el también muy releído libro de entrevistas "Prohibido Mirar al Interior" (José de la Colina y Tomás Pérez Turrent, Ed. Joaquín Mortiz/Planeta), el aragonés dice que, gracias a que Soler era un actor tan completo y disciplinado, no tenía que dirigirlo gran cosa, por lo que se entretuvo experimentando con la cámara manejada por Ezequiel Carrasco -hay varias tomas tan elegantes como fluidas a lo largo de la película- e ideando algún shot ingenioso como el inicial, cuando conocemos al ricachón depresivo/borrachales Ramiro de la Mata (Soler), durmiendo la mona junto con varios teporochos en alguna celda de la Ciudad de México. Los zapatos elegantes de Don Ramiro -lo primero que vemos en la película- no sólo contrastan con el calzado zarrapastroso de sus compañeros de botiquín, sino que Buñuel se anima, incluso, a coronar la escena inicial con cierto gag de raigambre chaplinesca. 
La película fue dirigida por Buñuel en apenas 18 días, sin problemas de ningún tipo y el posterior éxito económico del filme animó a Óscar Dancigers a producirle a Don Luis "una verdadera película". Esta cinta se llamó, por supuesto, Los Olvidados (1950).
En cuanto a El Gran Calavera, la película sigue siendo una muy disfrutable comedia familiar que, fuera de la toma inicial ya mencionada o el engolado monólogo de un personaje que suelta algún latinajo, no hay evidencias del auteur Buñuel en acción. De cualquier forma, el filme se deja ver con gusto por su funcional limpieza estilística, por el ingenio de los diálogos escrito por el matrimonio Alcoriza ("-¡Esto es vivir!" "-¡Y beber!") y por un eficaz cuadro de actores, comandados por Fernando y Andrés Soler. Este último, por cierto y como era su costumbre, logra robarse varias escenas impunemente, como cuando explica su baquetona filosofía de vida, a la que ha bautizado como "Quietismo" o cuando expresa, indignado, su asombro porque tiene que chambear ("¡Trabajar un hombre digno, como yo!").
La historia, como recordará, está centrada en una lección que su hermano psiquiatra Gregorio (Francisco Jambrina) le quiere dar a Ramiro, quien después de la muerte de su esposa y para lidiar con su depresión, se ha dado a la pachanga, desatendiendo su salud, su negocio y sus hijos. El plan es hacerle creer, después de una de sus muchas intoxicaciones alcohólicas, que toda la familia ha quedado en la ruina, de tal manera que desde hace un año su hermano vividor Ladislao (Andrés Soler) trabaja como carpintero, la hipocondriaca esposa de este llamada Milagros (Maruja Griffel) cose y lava ajeno, el hijito ni-ni Eduardo (Gustavo Rojo) es bolero y la hijita casadera Virginia (Rosario Granados) no sale de la cocina. Sin embargo, al darse cuenta del engaño, Ramiro sigue de cualquier manera con la charada, ahora para darle una lección a todos sus parientes chupasangres que, en el camino, descubrirán no sólo la importancia del trabajo, sino que volverán a funcionar como una auténtica familia y, en el caso de Virginia, se encontrará con su verdadero amor en la figura del luchón proletario Pablo (Rubén Rojo). 



Una historia muy similar es la que está en el corazón de Nosotros los Nobles, dirigida por Gary "Gaz" Alazkari. El guión, escrito por el propio cineasta debutante en colaboración con Patricio Saiz y Adrián Zurita, nos presenta al millonario constructor Germán Noble (Gonzalo Vega, nunca llenando los enormes zapatos de Don Fernando Soler) que, harto de la vida inútil/disipada de su tres hijitos nini, el mirrey Javi (Luis Gerardo Méndez), el hipster Charlie (Juan Pablo Gil) y la insoportable princesa  Barbie (guapa Karla Souza), les hace creer que están siendo perseguidos por la policía y que han quedado en la miseria, por lo que ahora van a aprender a amar a Dios en tierra de indios. O sea, van a tener que chambear: Javi como conductor de un pesero "pidata", Charlie como oficinista  acosado por su jefa madurona y Barbie como suculenta mesera en minifalda de cierta cantina en la que trabaja como cocinero su luchón/resentido amor proletario, Lucho "el debilucho" (Ianis Guerrero).
En cuanto a la puesta en imágenes se refiere, Nosotros los Nobles está años luz de la emblemática fluidez buñueliana, aunque habría que aceptar que tampoco tiene demasiados baches narrativos. Eso sí, habría que reprocharle un tufillo aleccionador/regañón en contra del papá (in)Noble que nunca se dio cuenta de los problemas de sus hijitos (que si la dislexia de Javi, que si la bulimia de Barbie, que si la... la... bueno, la mera hueva de Charlie) y una severa deficiencia en la descripción de los tres  ninis protagónicos, pues mientras el Javi de Luis Gerardo Méndez y la Barbie de la eficaz señorita Souza tienen un adecuado arco de transformación, el Charlie de Juan Pablo Gil aparece desdibujado, incompleto, acaso incluso superfluo en el contexto de todo el filme. 
Lo mismo pasa con el disparejo cuadro actoral: mientras Vega, Méndez y Carlos Gascón -como un falso español nacido en Cholula- hacen más o menos bien su chamba, y Gil y Guerrero aparecen perdidos, la única que aprovecha la oportunidad de lucimiento -en más de un sentido- es la señorita Souza, hilarante con su acento y pose de reinita fresa desdeñosa/desdeñante venida a menos, con todo y sus one-liners políticas-paranoicas ("¿Por qué nos están quitando todo, como en Venezuela?", "Ahora resulta que estamos en Cuba", y les faltó una en la que dijera: ¿"Qué, siempre sí ganó el Peje?").
Por lo demás, los mejores gags están casi todos en el excelente trailer que nos vendía una película mucho más divertida y aguda que, al final de cuentas, nos queda a deber. De cualquier forma, no me queda más que felicitar al joven Alazraki por el aparente éxito económico de su cinta. Esto es algo bueno para el negocio del cine en México. Y, además, en una de esas, con todo el dinero que se está embolsando, no hay que descartar que Alazraki haga luego "una verdadera película". No digo que sea como Los Olvidados -eso nomás lo hace González Iñárritu, ya sabemos. Pero con un filme más redondo que Nosotros los Nobles me daría por bien servido.

Comentarios

marichuy dijo…
Debo confesar que la fui a ver más por morbo que por otra cosa. El trailer la vende muy bien, como dices. Y sí, no es la gran cosa. Y también hay que reconocer que cargar con el peso de la comparación con el film de Luis Buñuel actúa como estigma en su contra. Con todo, la disfruté y me carcajeé sin problema. Y ya que estamos en las comparaciones, y a riesgo de ser jitomateada, diré que “Nosotros los Nobles” me pareció mucho más soportable que “Silver Linings Playbook” (por momentos me costaba no cabecear y al final casi la odié). Por cierto, el actor español que la hace de poblano trepador, quien para sentirse “más” se hace pasar por... español, me hizo reír mucho porque me recordó a una que otra compañera de la Facultad.

Concretando: como no esperaba gran cosa de “Nosotros los Nobles”, no puedo decirme decepcionada. Sólo me molestó un poco el tonito, no sé si moralino o regañón, del final por parte del personaje por de Gonzalo Vega. Pero en general, creo, desquita el precio del boleto mejor que otros films en cartelera.

Saludos
Pedro dijo…
Yo si iba con altas espectativas,por el trailer y sobre todo por los comentarios de algunos cinéfilos tuiteros, por eso salí algo decepcionado. Para mí la salvan algunos chistes pero no creo que funcione narrativamente (ese chantaje del poblano-vuelto-español del final se me hace algo sacado de la manga) además creo que tiene suficiente material para por lo menos unas diez entradas de "el cliché que yo ya vi". Algunas partes me parecieron geniunamente telenovezcas y en fin. De todos modos creo que es mejor que muchas películas de la misma índole y pienso también que la señorita Souza es lo mejor de la cinta. "¿Qué es esto? ¿Tailandia?".

pD. Por cierto, me quedé esperando la crítica de Después de Lucía.
Anónimo dijo…
Dana

Pues si te mereces mas que una jitomateada; con todo respeto, como osas comparar esta nacada que no es nada mas que otro intento fallido de remake a falta de creatividad real. Solo le dan esa importancia porque el tipo que la dirigio tiene ese apellido y su papi tiene palancas... Karla Souza buena actuacion? por favor, de cuando aca hacerla de fresa telenovelera es aplaudible. Conste no la he visto, la verdad ni quien quisiera. El unico que tiene mi respeto es el Sr. Gonzalo Vega, y ni lo pelan, en fin. Mexico es el pais del reves.
Christian dijo…
El hijo mirrey también funciona muy bien, "ay papá ¿por qué estas vestido como Jacinto?" LOL!
Marichuy: Estoy contigo. Esta cinta de Alazraki no me encabritó como SLP.

Pedro: La cinta nunca llega a ser tan lograda como el trailer.

Dana: Es comparable una con otra porque se trata de un remake. El hacerla de fresa telenovelera puede ser aplaudible cuando el personaje y la interpretación funcionan como una parodia de esas fresas telenovelera. Y ahora que lo pienso, ¿por qué estoy gastando palabras si ni siquiera has visto la película?

Joel Meza dijo…
País al revés, en efecto: le sacamos la vuelta a las películas nacionales y hasta hablamos mal de ellas... sin haberlas visto.
Joel Meza dijo…
A propósito y con todo respeto, hay gente que sí tiene gracia para usar el "con todo respeto":
http://www.youtube.com/watch?v=Af-Id_fuXFA
Unknown dijo…
Te diré, éste tema de que con decir "con todo respeto", o "sin afán de ofender",basta para eximir de insultos, muchas veces precede a escuchar las más ingeniosas ofensas.

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