Morelia 2012/VII



Chicas en Conflicto (Damsels in Distress, EU, 2012) es el más reciente largometraje de Whit Stillman. Hasta donde entiendo, la cinta la distribuye la Fox, así que pronto la veremos en pantallas comerciales. El propio Stillman, en un muy decente español, presentó la película ante el público, diciendo que se trataba de una comedia de costumbres clásica fusionada con Colegio de Animales (Landis, 1978). Yo más bien diría que se trata de una versión de Chicas Pesadas (Waters, 2004) escrita y filmada por Woody Allen.
Como sea, se trata de una comedia juvenil/universitaria/femenina con una maravillosa Greta Gerwig, quien encarna a la lideresa de un trío de jovencitas preocupadas por aliviar la depresión y evitar el suicidio de sus compañeros universitarios. La llegada de una nueva estudiante al grupo (Analeigh Tipton) cambiará el equilibrio de poder en el grupo de amigas. Se podría decir que está sobre-dialogada pero tratándose de Stillman no podría ser de otra manera. Además, los diálogos son ingeniosos. Y termina con un número musical. ¿Qué más se puede pedir?
A propósito de peticiones. Hacia la mitad de El Santos vs. la Tetona Mendoza (México, 2012), yo ya estaba pidiendo que mejor se acabara. Aclaro: la cinta aguanta sin mayor problema el palomazo y, sobre todo al inicio, sí provoca en el espectador las más francas risotadas. Pero también es cierto que el relajo, la vulgaridad rampante y las constantes escenas escatológicas llegan a cansar. 
El guión, creo, es el principal responsable para que esta esperada película basada en los personajes de Jis y Trino no pase de ser una relajienta puntada más o menos aceptable. La historia inicia bien, hay algunos momentos inspirados (el vídeo-clip que se graba para rescatar a los zombies de Sahuayo es hilarante) pero hacia la mitad, la película se estanca, se vuelve repetitiva y de plano se agota. Ya habrá tiempo para volver a ella porque se estrena comercialmente a fines de este mes pero, repito, en lo personal esperaba que la película fuera más consistentemente divertida.
Terminé de ver la competencia de largometraje mexicano con No Hay Nadie Allá Afuera (México, 2012) y Rezeta (México, 2011). En el primer caso, se trata de un ejercicio de estilo muy bien realizado pero completamente intrascendente. En el segundo, un dramedy romántico-amoroso bien ejecutado: no tiene grandes cosas qué decir pero las dice bien y con soltura.
En No Hay Nadie Allá Afuera, el cineasta debutante Haroldo Fajardo nos muestra con un control digno de mejor causa -buena foto en blanco y negro, cámara fija con dos escasos movimientos en todo el filme- las reuniones de una banda de punk-rock que se termina separando. No pasa gran cosa y lo poco que sucede es, insisto, intrascendente. Pero, bueno, Fajardo sabe cómo colocar la cámara y tiene sentido del espacio fílmico. Por lo menos.
Es bastante mejor Rezeta, que podrá tener una historia muy convencional -chica conoce a chico, se enamoran, viven juntos, truenan finalmente- pero tiene algo qué decir y lo dice con seguridad y buen humor. La Rezeta del título es una guapísima modelo albanesa (Rezeta Velui), quien llega a trabajar y a vivir a México durante una temporada. La muchacha se encama con un fotógrafo -le va muy bien-, luego con un pesado pseudointelectual -le va muy mal- y, finalmente, se une a Alex (Roger Mendoza), quien había sido su amigo/camarada/guía en la Ciudad de México.
La amistad entre los dos se convierte en amor pero, Woody Allen obliga, ya sabemos que cualquier relación amorosa de este tipo está destinada a los problemas, al azote, al fracaso. Velui y Mendoza hacen una magnífica pareja y el guión escrito por el propio cineasta Luis Fernando Frias de la Parra brilla por el sentido del humor. Una de las mejores cuatro cintas nacionales que vi en la competencia. Las otras: Halley, No Quiero Dormir Sola y Fogo. Entre estas tres y, en menor medida, Rezeta, podría estar la ganadora.
Morelos (Mëxico, 2012) se exhibió fuera de concurso, así que no puede ganar ningún premio. Aunque si estuviera en competencia, tampoco sería candidata a ganar nada: fue de lo peor que vi en Morelia 2012. El más reciente largometraje de Antonio Serrano -cuyo Hidalgo, la Historia Jamás Contada (2010), parece una obra mayor en comparación- es una mera sucesión de estampitas histórico-rolleras-telenoveleras que puede presumir, cuando mucho, de buen nivel de producción -locaciones, diseño de producción, una buena cantidad de extras- y nada más. Se trata de una cinta apresurada, que no logra establecer con seriedad al personaje, a sus circunstancias ni a su época. A ratos, me parecía estar viendo los retazos de una telenovela histórica de Televisa, con el añadido de que, digamos, cualquier episodio de El Vuelo del Águila era, de lejos, más interesante. 

Comentarios

Joel Meza dijo…
El tiempo y su propio trabajo le están dando su justa dimensión a Antonio Serrano. Ninguna de sus obras me ha parecido buena, sino francamente malas. Bueno, pa´qué digo: en realidá sólo le aguanté dos.
Joel: Haz hecho bien. Digo, en aguantar tan poco a Serrano.

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