¿Y con qué se come?/IX
Sául Bass, un lector y comentador en este blog (@sabassbo en twitter) me ha preguntado qué diferencia hay entre un clásico y un filme "de culto" o cult-movie. Una película clásica deja una estela: es un ejemplo inalcanzable que muchos cineastas quieres seguir, aunque sepan que no podrán nunca siquiera rozarla. Además, académicamente, el canon -creado por archivistas, historiadores, críticos y cineastas- ya la ha aceptado como clásica y dificilmente su estatus cambiará en mucho tiempo.
El cine "de culto" es diferente. Mientras que el término "clásico" proviene de la academia y sus vigilantes -repito: archivistas, historiadores, críticos y cineastas-, una cult-movie nace a partir del culto obsesivo de un grupo de espectadores que hacen suya una película en particular, más allá de lo que diga el canon. Umberto Eco, en un famoso ensayo sobre Casablanca (Curtiz, 1942) -un caso raro, aunque no único, de la fusión entre lo clásico y lo "de culto"- afirma que una cult-movie es, por definición, una cinta profundamente imperfecta que, sin embargo, a pesar de esas imperfecciones e incluso por ellas mismas, es adorada a tal grado que sus fanáticos pueden citar parrafadas enteras de los diálogos, visten como sus actores/personajes preferidos y se convierten en los máximos defensores de esa cinta que, muy probablemente, fue despreciada por el gran público en el momento del estreno.
Esos cultistas -o "culteros" dice un buen amigo, despectivamente- pueden convertir en éxitos perennes películas como The Rocky Horror Picture Show (Sharman, 1975) -que se mantuvo durante años exhibiéndose en cines de Nueva York y Chicago-, la saga de zombies de George A. Romero -hay que ver las filas de voluntarios para aparecer como zombie en cualquier nueva cinta de muertos vivientes de Romero- o el cine de Jodorowsky -que, al parecer, pasará de mano en mano, en DVDs legales y/o piratas, hasta el fin de los tiempos.
Los cultistas pueden tener también algo de influencia en el canon: hay que recordar que Blade Runner (Scott, 1982) fracasó rotundamente en su estreno comercial. No fue hasta después, cuando fue tomada como objeto de culto por muchos académicos y/o aficionados al cine de ciencia ficción, que la cinta empezó a aparecer en el canon fílmico de los 80. Así, pues, treinta años después y luego de no-sé-cuántas-versiones más -la del director, con voz en off, sin voz en off, con escenas nuevas, con o sin el unicornio de papel-, Blade Runner ya está en el canon con la pequeña ayuda de estos apasionados cultistas -porque, la verdad, "culteros" se lee gacho.
Comentarios
Ahora, no todas las de Santo son de culto; es un error muy común darle ese mote a la filmografía de Santo, cuándo muchas de las películas que la conforman ni son tan populares ni son tan mencionadas. Más bien son recordadas en el imaginario colectivo per se.
Un buen ejemplo de cómo erroneamente el imaginario colectivo dotó a la filmografía de éste personaje con el calificativo de "de culto" es "Las Momias de Guanajuato". Todo mundo la cita cómo "Santo Contra las Momias de Guanajuato"; y es notorio que toda esa gente ni siquiera la ha visto (aunque sí la pondera cómo "de culto") porque si fuera así, sabrían que la película ni siquiera se llama así, que los protagonistas son Blue Demon y Mil Mascaras y que Santo en realidad es un personaje secundario. Y así sucede con varias de Santo, no es que realmente sean "de culto" por la película en sí; sino por esa percepción que se tiene de ese cine: "Santo = de culto".
Y qué decir de el curioso culto que tienen películas como El Séptimo Sello, Casablanca, El Halcón Maltés, Psicosis y, claro, el Ciudadano Kane. Esta última hasta tiene un cine que siempre la pasa los jueves y que se llena con gente cuya mayor gracia es recitar los diálogos de los personajes.
Ahora bien, como bien dice Xavier Mendik:
"Over the last decade, critics and theorists have made a number of advances in reclaiming those popular European texts and auteurs previously dismissed as examples of “trash” or “bad” cinema."
La afamada "popularización", gracias a los rescates en formato casero de ese cine "thrash" o "malote" de toda la vida, que en un inicio los críticos y demás notable desdeñó por estar más ocupados analizando a las nuevas olas, cines, tendencias y demás... Ahora tiene un nuevo auge que lo hace curiosamente parte de ese mencionado canon y, por ende, hasta clásico.
Por ende... ¿No está buey Eco al decir que la cult-movie es una película profundamente imperfecta y solo por eso es de culto?
Diría cierto cineasta que escuché en una conferencia: a un cineasta le gusta tener éxito en taquilla, pero le gustaría aún más enterarse que su película se convirtió en una cinta de culto... Obviamente algunos espinados por la observación le preguntaron la razón. Él, sonriente, dijo simplemente que porque la taquilla es buena, paga las deudas y da ganancias inmediatas que pueden aún cobrarse a la vuelta de un año de su estreno; pero las películas de culto alcanzan para mantener la vida de un director y hasta a su familia. Y ese público, a diferencia del de cine clásico, siempre querrá la copia de la película original, no la pirata o el archivo descargado.
Me quedo más con esa definición que con la de Eco.
No entiendo la obsesion de Scott de seguir modificando "Blade Runner" ad infinitum. Algun dia estara feliz con un corte?
Duende: Sé que la definición es porosa y aunque hay clásicos que también son de culto -Kane, Psicosis, El Halcón Maltés-, creo que es más común lo otro. Es decir, el culto nace a partir de algunos filmes lejanos de la "perfección" -por decirlo de alguna manera. Y, bueno, también están los cultos al cine "trash", a la primera obra de Waters, a los zombies de Fulci, al cine kitsch de Ed Wood (o Juan Orol) que, dificilmente podemos decir que sean clásicos -por lo menos en el sentido canónico/académico del término. Pero, bueno, las separaciones en estos terrenos son tan tenues... Ah, otra cult-movie (o filme-maudit) que, a su modo, es también un clásico irrepetible: Freaks, de Browning.
Saúl: Esa es un buena distinción. Clásico, el Scarface de Hawks. Cult-movie, el de De Palma. En incontables ocasiones he descubierto que la mayoría de la gente no sabe que existe el filme de Hawks. Cuando empiezo a hablar de Scarface y digo: "por supuesto, me refiero al Scarface clásico", no falta quien diga: "Por eso, el de Al Pacino...". Es decir, para mucha gente, el filme de De Palma ya es un clásico. Confusión de términos, por supuesto. Y un pecado de lesa cinefilia.
En todas sale el unicornio de papel. El que no sale en la versión original es el unicornio de carne y hueso. ¿Cómo te fuiste a confundir? Cultero.