La Segunda Muerte
Desde el pasado fin de semana se está presentando en la Cineteca Nacional, el Cinematógrafo del Chopo y otras sedes, el XIII Macabro Film Festival, dedicado al cine
fantástico y/o de horror, con todo y lo vago que pueden resultar este tipo de
etiquetas. Dentro de la Sección Oficial de Largometraje, se encuentra en
competencia La Segunda Muerte
(Argentina, 2012), opera prima de
Santiago Fernández Calvete.
Comercialmente hablando, se
ve poco cine argentino en México y más aún
si este es de horror y/o fantástico. De hecho, haciendo memoria, en los
últimos meses he podido ver apenas un par de cintas argentinas que entran en
esta definición genérica: El Desierto
(Behl, 2013), un sólido ejercicio post-apocalíptico zombiesco; y Leones (López, 2012), una hipnótica road-movie a pata, casi mágica en su
planteamiento y ejecución.
Frente
a estos dos filmes mencionados, La
Segunda Muerte se presenta como un meritorio ejercicio de estilo en el
terreno del thriller religioso. La
puesta en imágenes, con la fotografía grisácea y deslavada de Darío Sabina,
encaja a la perfección con el tipo de vida y la clase de gente que vive en
Pueblo Chico, algún pequeño villorrio en el interior argentino en donde ocurren
los acontecimientos del filme.
Cierto día, la
policía Alba Aiello (Agustina Lecuona) encuentra el cadáver quemado de un
habitante del lugar en medio del camino. Luego aparece otro más, que resulta
ser el hermano. Y después, otros miembros de la familia también mueren de la
misma forma. La forense acepta dar un veredicto increíble, milagroso: todas las
muertes se deben a una combustión espontánea. En esos mismos días ha llegado a
Pueblo Chico un niño de 11 años apodado “El Mago” (Tomás Curullo Lizzio), quien
es capaz de ver el pasado de cualquier persona solo al tocar una foto de ella.
“El Mago” resultará ser de utilidad para resolver el caso de la familia
incinerada, aunque él mismo tiene su propio misterio sin resolver.
El guion
escrito por el propio cineasta debutante nos va dirigiendo hacia una solución
insólita –que no apuntaré aquí, por supuesto- aunque, finalmente, el enigma de
las muertes de todos los familiares se resuelve de una forma relativamente más
convencional. Aunque, eso sí, Fernández Calvete no desperdicia ni siquiera el
último fotograma para sorprendernos con una postrer revelación que cambia el
sentido de buena parte de lo que hemos visto. Un buen ejercicio genérico y una muy decente cinta en competencia.
La Segunda Muerte se exhibe hoy en el Cinematógrafo del Chopo a las 19:30 horas.
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