Pídala Cantando/LVI
El lector habitual Christian Guisa me pidió que rescatara este texto, publicado en el fenecido sitio de cinevertigo.com, para prepararse ahora que vaya a ver otro gran western: El Llanero Solitario... Servido.
El
sheriff John T. Chance (John Wayne) tiene que evitar que Joe Burdette (Claude
Akins), quien ha asesinado a mansalva a un pacífico ciudadano, sea liberado por
los esbirros de su poderoso hermanito Nathan (John Russell). Chance es ayudado
solamente por un anciano cojo (Walter Brennan), un alguacil alcohólico (Dean
Martin) y un joven e impetuoso pistolero (Ricki Nelson). Además, Chance tendrá
que resolver sus problemas sentimentales con una guapa y sexi tahúra (Angie
Dickinson).
Río Bravo (Ídem, EU, 1959) es, ni dudarlo, una de las películas del oeste más memorables de todos los tiempos. Dirigido por el maestro
Howard Hawks, estamos ante un formidable western lleno de acción, buen humor y riquísimos personajes típicamente hawksianos. Es notable, por ejemplo, cómo Hawks maneja al viejo
Duke, quien recibe varias lecciones de buen
comportamiento por parte del jovencito Nelson. Por si fuera poco, el Duke se ve obligado a
enfrentarse por primera vez a una mujer activa e independiente encarnada por la
Dickinson, la futura mujer policía.
En la película abundan las grandes escenas pero, entre todos ellas, destaca el prólogo, una pequeña obra
maestra de lenguaje fílmico en estado puro. En éste, Hawks narra sólo con imágenes,
acompañadas por la excelente música de Dimitri Tiomkin, el momento en el que
Joe asesina a su indefensa victima para luego ser capturado por Chance con la
ayuda de su inesperado aliado, el paria borrachín Dude (es decir, Martin). Esta
secuencia es una perfecta coreografía de movimientos, miradas, balazos y
golpes.
Todo el reparto esta a la altura
del mito que cada uno de los actores personifica. Brillan un Dean Martin maduro
e irreconocible, un anciano Walter Brennan inolvidable y, por supuesto, el Duke encarnando
a uno de sus personajes emblemáticos. Ver a John Wayne caminar por las calles
del pueblo con una carabina en la mano y las pistolas colgando en sus caderas
es un espectáculo cinefílico imposible de olvidar. Y es que el Duke nació para esto precisamente, para encarnar al duro sheriff de los violentos pueblos del lejano oeste y en esta
cinta, dirigida por el especialista Hawks, el viejo vaquero alcanza un nivel
mítico apenas comparable con algún otro filme del mismo Hawks (Río Rojo, 1948)
o del otro gran maestro Ford (Más Corazón que Odio/1956).
A estas alturas del juego, Hawks ya era un maestro reconocido y
experimentado, y aquí -en las escasas pero
explosivas escenas de acción, en los vivaces diálogos, en el manejo de las
típicas rivalidades de su héroes y villanos- demuestra toda la dimensión de su talento. Río Bravo es el punto más alto de muchos de los involucrados en la cinta y una
pieza maestra del género. Un filme excepcional que hay que volver a ver de vez en cuando, para recordar de qué se trata el buen cine.
Comentarios
Me extrañó que no hubieras escrito nada acerca del excelente número musical entre Martin, Nelson y Brennan, así como la siniestra partitura a lo largo de la película. Ya me dieron ganas de verla otra vez.
Y me acordé porque hace unos días alguien en Letterboxd puso:
"People should be seeing Rio Bravo, not the fuckin' Lone Ranger"
Estoy 283% de acuerdo con esa persona.
je
Gracias por rescatar la reseña Ernesto.
junto con la de Guepardo y de paso también esa del Villano Favorito 2 y Kick Ass 2 y todas esas.
Y ya avisé en la casa que ni crean que voy a ver Iron Man 4, Avengers 2, Thor 2, Hulk 85, Spider Man 2, Wolverine 3, Superman 2 y La Liga de la Justicia 1 el proximo año.
Estoy hasta el copete de super heroes. Ya no aguanto ese cine. Prefiero Fast And Furious 7, ese si...
jeje
Tengo ganas de ver mostros contra transformers.
XD
bueno, mostros vs robotechs o mostros vs mazinger z's o lo que sea...
:P