11a. Semana del Cine Alemán/I
Un poco atrasados, pero más vale tarde que nunca. En los próximos días, en este blog, daremos cuenta de varias de las cintas germanas programadas en la 11a. Semana -que no es una, sino varias- del Cine Alemán, organizada por el Instituto Goethe, en colaboración con la Cineteca Nacional y CONACULTA. Como en anteriores ocasiones, la elección de los filmes exhibidos es más que pertinente: un clásico rescatado -Berlín, Sinfonía de una Gran Ciudad (Ruttmann, 1927)-, autores consolidados al lado de cineastas debutantes/prometedores, varios documentales valiosos y una retrospectiva de un director que debería ser más conocido en México: Andreas Dresen, de quien ya vimos y reseñamos en este espacio, hace tres años, el sólido melodrama geriátrico Entre Nubes (2008).
Y, por cierto, a propósito de viejos: Lo que Queda (Was Bleibt, Alemania, 2012), el más reciente largometraje de Hans-Christian Schmid (Réquiem, 2006), tiene en su centro dramático un anciano matrimonio: él, Günther Heidtmann (Ernst Stotzner), es un exitoso editor que ha decidido vender su firma para escribir un libro sobre los sumerios que ha tenido pendiente durante décadas; ella, Gitte (Corina Harfouch), que ha sufrido durante años ataques maniaco-depresivos para desgaste emocional del marido y de sus dos hijos, ha decidido, por su parte, dejar de tomar todos sus medicamentos y optar por la medicina alternativa. Al parecer, en los últimos dos meses, ha dado resultado, aunque Günther y los dos hijos no están muy convencidos.
La familia Heidtmann se ha reunido un fin de semana en la modernista y espaciosa casa paterna en Recklinghausen para escuchar al devoto patriarca hacer su gran anuncio, aunque desde el inicio es evidente que todos los demás tienen otras cosas qué decir/ocultar: la mamá que, como ya vimos, quiere tomar la vida por los cuernos sin necesidad de medicinas; el hijo mayor Marko (Lars Eidinger), que vive en Berlín y que es un escritor por derecho propio, no le ha dicho a los demás que se ha separado de su esposa Tine (Eva Mekbach); y el hijo menor, el dentista Jakob (Sebastian Zimmler), que ha vivido a expensas del dinero que le ha prestado su papá, está quebrado, pues su consultorio nomás no levanta, para consternación de su guapa novia estudiante Ella (Picco von Grotte), que viene de Berlín a visitarlo cada fin de semana.
Muy pronto las soterradas dinámicas familiares harán explosión de manera más que explícita: el resentimiento del hermano menor por el mayor, pues Jakob es que se ha quedado cerca de casa a lidiar con la enfermedad de la mamá; el nuevo rostro del revitalizado Günther, quien parece haberse cansado de los arranques de Gitte; el orgullo de sí misma que muestra Gitte, harta de que la traten con pincitas y que hablen de ella como si no estuviera en el mismo cuarto; la pragmática -¿o comodina?- actitud de Marko, acostumbrado a callar o a escurrir el bulto para no "provocar problemas" aunque, cuando se decide a hablar, resulta que los demás le reprochan lo insensible que es.
La cámara de Bogumil Godfrejow nunca está fija: siempre en movimiento, sea a la distancia, sea en súbitos acercamientos, captura los choques y encuentros entre los personajes, como en esa notable escena en la que Marko, Günther y Gitte cantan la versión alemana de "Tu te laisses aller", de Charles Aznavour, una melosa canción de desamor, que muy pronto resonará como un réquiem a un matrimonio y a una familia a punto del desastre. En este sentido, los actores, sin excepción alguna, le hacen un gran servicio al guión de Bernd Lange, pues encarnan con una justeza admirable una historia y unos diálogos que no tienen nada de particular, nada de excepcionales... hasta que el filme termina y uno se queda ahí, rumiando, sobre esos personajes que se nos parecen tanto.
Lo que Queda se exhibe hoy miércoles en Cinépolis Perisur a las 14:15, 17:55 y 21:40 horas.
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