Sé lo que viste el fin de semana pasado.../XXVII
CARTELERA AL 28 DE MARZO
Jumper (Ídem, EU, 2008), de Doug Liman. Una de las firmes candidatas a lo peor del año. La cinta, más que fallida, es inane. No trata de nada, a no de ser de un tiesísimo Hayden Christiansen que se teletransporta de un lado a otro, seguido por un enmuniado Samuel L. Jakcson, con ridículo pelo teñido de blanco. Todos los actores –si exceptuamos a Christiansen- merecen algo mejor… y nosotros también. Mi reseña, aquí.
Nunca Podría Ser Tuya (I Could Never Be Your Woman, EU, 2007), de Amy Heckerling. Nunca estrenada comercialmente en los Estados Unidos –injustamente, pues vemos cosas mucho peores cada fin de semana: véase Jumper-, estamos ante la puesta al día de un par de fórmulas de comedias femeninas setenteras: la de 40 Kilates (Katselas, 1973), en la que una mujer cuarentona se lía con un veinteañero; y la de La Chica del Adiós (Ross, 1977), en la que una mujer divorciada con hijita precoz se topa con un extrovertido actor que será el esperado hombre de sus sueños. La comedia funciona de forma intermitentemente –Michelle Pfeiffer es la cuarentona guapa, Paul Rudd es el simpático actor veinteañero- pero no merecía el ninguneo de haber sido mandada al formato casero en el país del norte. Mi reseña, aquí.
Conversando con la Otra (Conversartions with Other Women, EU-GB, 2005), de Hans Canosa. Una tragicomedia romántica que irrita e interesa en partes iguales: dos antiguos enamorados y amantes (Helena Bonham-Carter y Aaron Eckhart) se encuentran en una boda y rememoran su pasado y las oportunidades perdidas. El asunto sería muy convencional si no fuera por la puesta en imágenes de Canosa: toda la película, de principio a fin, está mostrada en una pantalla dividida en la cual vemos a los anónimos Hombre y Mujer en sus respectivos e independientes encuadres. Incluso, en algunas ocasiones ella pasa al “panel” en donde está él (o viceversa), pero las dos cámaras siguen rodando la misma acción, sólo que ahora desde ángulos distintos. No estoy muy seguro que toda esta parafernalia formal se justifique, pero no deja de ser interesante. Mi reseña en REFORMA. Y otra reseña, aquí.
Antes que el Diablo Sepa que Has Muerto (Before the Devil Knows You’re Dead, EU, 2007), de Sidney Lumet. ¿Quién iba a decir que a sus 83 años, el veteranísimo Sidney Lumet haría no sólo su mejor filme en muchos años sino el más cruel, el más nihilista, el más violento, el más sexual/sensual de toda su filmografía? Como el anciano Hitchcock de Frenesí (1972), estamos ante la obra de un hombre que podrá será octogenario, pero que filma como si tuviera 25 primaveras. La trama tiene inexorables aires fatalistas, pues está centrada en un asalto planeado por dos traicioneros y manipuladores hermanos (Philip Seymour Hoffman y Ethan Hawke), golpe que terminará mal y trágicamente para todos los involucrados. Mi reseña en REFORMA.
Lujuria y Traición (Se, Jie, China-Hong Kong-Taiwán-EU, 2007), de Ang Lee. El versátil Lee acomete ahora con seguridad y elegancia un thriller erótico y de espionaje que homenajea al Hitchcock de Tuyo es Mi Corazón (1946) al mismo tiempo que permanece fiel a sus obsesiones de siempre: a sus personajes acorralados por lo que ocultan, por lo que esconden, por lo que mienten. La impecable fotografía es de Rodrigo Prieto y el gran Tony Leung y la bellísima debutante Wei Tang encarnan con justeza su papel de presa y depredador que, incluso desnudos y en la cama, siempre están en guardia. Mi reseña en REFORMA.
Nunca Podría Ser Tuya (I Could Never Be Your Woman, EU, 2007), de Amy Heckerling. Nunca estrenada comercialmente en los Estados Unidos –injustamente, pues vemos cosas mucho peores cada fin de semana: véase Jumper-, estamos ante la puesta al día de un par de fórmulas de comedias femeninas setenteras: la de 40 Kilates (Katselas, 1973), en la que una mujer cuarentona se lía con un veinteañero; y la de La Chica del Adiós (Ross, 1977), en la que una mujer divorciada con hijita precoz se topa con un extrovertido actor que será el esperado hombre de sus sueños. La comedia funciona de forma intermitentemente –Michelle Pfeiffer es la cuarentona guapa, Paul Rudd es el simpático actor veinteañero- pero no merecía el ninguneo de haber sido mandada al formato casero en el país del norte. Mi reseña, aquí.
Conversando con la Otra (Conversartions with Other Women, EU-GB, 2005), de Hans Canosa. Una tragicomedia romántica que irrita e interesa en partes iguales: dos antiguos enamorados y amantes (Helena Bonham-Carter y Aaron Eckhart) se encuentran en una boda y rememoran su pasado y las oportunidades perdidas. El asunto sería muy convencional si no fuera por la puesta en imágenes de Canosa: toda la película, de principio a fin, está mostrada en una pantalla dividida en la cual vemos a los anónimos Hombre y Mujer en sus respectivos e independientes encuadres. Incluso, en algunas ocasiones ella pasa al “panel” en donde está él (o viceversa), pero las dos cámaras siguen rodando la misma acción, sólo que ahora desde ángulos distintos. No estoy muy seguro que toda esta parafernalia formal se justifique, pero no deja de ser interesante. Mi reseña en REFORMA. Y otra reseña, aquí.
Antes que el Diablo Sepa que Has Muerto (Before the Devil Knows You’re Dead, EU, 2007), de Sidney Lumet. ¿Quién iba a decir que a sus 83 años, el veteranísimo Sidney Lumet haría no sólo su mejor filme en muchos años sino el más cruel, el más nihilista, el más violento, el más sexual/sensual de toda su filmografía? Como el anciano Hitchcock de Frenesí (1972), estamos ante la obra de un hombre que podrá será octogenario, pero que filma como si tuviera 25 primaveras. La trama tiene inexorables aires fatalistas, pues está centrada en un asalto planeado por dos traicioneros y manipuladores hermanos (Philip Seymour Hoffman y Ethan Hawke), golpe que terminará mal y trágicamente para todos los involucrados. Mi reseña en REFORMA.
Lujuria y Traición (Se, Jie, China-Hong Kong-Taiwán-EU, 2007), de Ang Lee. El versátil Lee acomete ahora con seguridad y elegancia un thriller erótico y de espionaje que homenajea al Hitchcock de Tuyo es Mi Corazón (1946) al mismo tiempo que permanece fiel a sus obsesiones de siempre: a sus personajes acorralados por lo que ocultan, por lo que esconden, por lo que mienten. La impecable fotografía es de Rodrigo Prieto y el gran Tony Leung y la bellísima debutante Wei Tang encarnan con justeza su papel de presa y depredador que, incluso desnudos y en la cama, siempre están en guardia. Mi reseña en REFORMA.
Comentarios
Mm, bueno el de Capadocia aunque 60 minutos de 1 capítulo me parece excesivo.
Buenos estrenos creo yo, especialmente el de Lumet.
Una parte de la magia de las series es que su duración sea inamovible.
P.D. No te recomiendo expresamente "Greek"; capaz de que sales con eso de "es que no me relaciono con eso" jejeje.
(ni modo, no lo pude resistir; mejor que no pase la censura PG-13 del blog)
no pude ver ninguna pelicula este fin de semana, de las que reseñaste en el reforma (que si no es descortes decirlo, esta semana te ablandaste, dandole 3 estrellas a todas)
Lust Caution ya salio en dvd, mejor la compro. La reseña que me hace salivar por ver la cinta es la de "Conversaciones con la otra". Muy muy buena reseña. Ya se me antoja irma ahorita a verla...
Por ultimo, por fin comentaste de Across the Universe. Y le diste buena calificación. Que feliz me hace eso. Disfrute muchisimo esa cinta.
Saludos
No fuera un Harrison Ford o un Robert De Niro porque le seguirían dando papeles en comedias románticas, familiares, cintas de acción convencionales, y mamadas por el estilo.
Triste pero cierto...
En cuanto a Across the Universe, yo también la disfruté bastante, con todo y sus fallas.
Y la mejor y mas ojeta escena que he visto en algún tiempo, es cuando el viejo ex-amigo de Albert Finney le dice: "el mundo es un lugar maligno Charles..." y luego le da esa tarjeta de presentación...
Sidney Lumet es un maestrazo.
Pero Marisa Tomei, sí, sí.