Cine en televisión para el viernes 7 de diciembre


Tocando al Viento (Brassed Off, GB-EU, 1996), de Mark Herman. El cine británico de las últimas dos décadas ha desarrollado una veta bien conocida: melodramas familiares y comedias costumbristas que explotan dramáticamente las dificultades económicas de sus clases medias y bajas en la época de la gran reconversión económica tatcheriana. Sean a través de las combatientes criaturas de Ken Loach (Riff-Raff/1991, Lluvia de Piedras/1993), de los desempleados obreros ingleses de The Full Monty (Cattaneo/1997), o de los huelguistas que ayudan a cumplir el sueño de un niño bailarín en Billy Elliot (Daldry/2000), todos estos filmes comparten el mismo objetivo: desnudar la fría política neoliberal que destruyó hogares, familias, estilos de vida y ciudades enteras en aras del eficientismo económico tan caro a la Señora Tatcher y discípulos que la acompañan.
Entre este grupo de películas siempre se olvida mencionar la emotiva y melancólica comedia Tocando al Viento, dirigida y escrita por Mark Herman. La cinta está ambientada en una pequeña comunidad minera de Yorkshire, Inglaterra, a principios de los 90, cuando el conservador gobierno de los "tories" continúa arremetiendo contra las "anticuadas" compañías mineras y sus "anacrónicos" empleados. Diez años de lucha en contra del cierre de la mina ha bajado gran parte del ánimo combativo de los mineros, quienes gastan la poca energía y la mínima esperanza que les queda en la banda de música de viento que dirige el digno y solemne Danny (Pete Postlethwaite). Con una votación clave en suspenso, que va a decidir si la minera sigue abierta o no, los miembros de la banda se van por los bellos caminos ingleses para participar en un concurso que los llevaría a tocar en el célebre Albert Hall.
La realización de Herman no es particularmente notable. Su puesta en imágenes apenas si puede catalogarse como funcional y hasta se le podría reprochar un exceso de convencionalismo en las escenas en donde la banda toca sus piezas: típicos movimientos de grúa que rodean a la banda, cortes rápidos para tener una visión lo más completa posible de todos sus miembros, close-ups a los rostros concentrados de los músicos, director desatado (Jim Carter) o sereno (Postlethwaite) llevando la batuta...
En todo caso, es en el terreno de la historia y de la dirección de actores en donde Tocando el Viento tiene mucho qué ofrecer. A diferencia de The Full Monty y, sobre todo, de Billy Elliot, el discurso dramático del filme es menos complaciente, más realista. Ni un baile al desnudo como forma extrema de recuperar la dignidad (The Full Monty), ni la salida del barrio a través del talento artístico (Billy Elliot) tendrán estos personajes al finalizar el filme: sólo el gusto de haber tocado en el Albert Hall y haberse desahogado frente a su auditorio. Nada más, nada menos.
Por supuesto, el reparto es magnífico: Postlethwaite, Carter y un espléndido Stephen Tompkinson son el centro dramático y moral del filme, mientras un muy joven Ewan McGregor y una guapa Tara Fitzgerald representan la inevitable pareja romántica en una blanda historia de amor que, la verdad, es lo único que sale sobrando en esta película.

Cinema Golden Choice; viernes 7, 19:35 horas, tiempo del centro de México.

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