Guadalajara 2009/Día dos
El día dos en Guadalajara 2009 empezó con el mejor cine que vi durante toda la jornada. Se trata del cortometraje animado cuadro por cuadro con marionetas Jaulas (México, 2009), de Juan José Medina. En cinco minutos de duración, el artista plástico y ocasional cineasta Medina narra la surreal historia de un anciano que lleva prisioneras, en las pequeñas jaulas del título, a media docena de cabezas aladas que los créditos finales identifican como querubines. Una circunstancia fortuita hará que uno de estos seres escape, lo que provocará que las relaciones de poder cambien por completo. La historia es dificil de olvidar y sólo podría haberse realizado en forma animada. La técnica, por cierto, es impresionante. No he visto la mayoría de los cortos mexicanos pero no creo que haya algo mejor.
No lo es, en todo caso, el siguiente corto que vi, Nebraska (México, 2009), de Adrián Ortiz Maciel. En 30 minutos vemos un recalentado rulfiano decentemente realizado y no mal tramado, pero nada más. En un solitario pueblo polvoriento, una madre espera paciente el regreso del hijo pródigo que se fue a trabajar al otro lado, a la Nebraska del título. El muchacho regresará, sólo para develar algunos misterios (un embarazo, una desaparición) y para hacer más fuertes los lazos entre él, su callado hermano y su dura madre enteca.
Finalmente, el plato fuerte de la mañana: Corazón del Tiempo (México-España, 2008), quinto largometraje de Alberto Cortés quien, aunque es mejor conocido por sus historias de amores y desamores urbanos (Amor a la Vuelta de la Esquina/1985, Ciudad de Ciegos/1991), tiene una larguísima y prolífica trayectoria documental en el terreno del corto y mediometraje. Por lo mismo, Corazón del Tiempo no es una película tan atípica como podría parecer en un inicio.
Ubicada en la selva lacandona, en el municipio autónomo zapatista de Esperanza de San Pedro, la trama escrita por el propio cineasta y Hermann Bellinghausen, nos muestra las tribulaciones de la joven indígena Sonia (guapa Rocío Barrios) que, a punto de casarse con un buen muchacho del lugar, se enamora de un soldado zapatista. El problema es que la familia del novio de Sonia ya dio la dote -una vaca perjuiciosa- y que el soldado empieza a relajar sus obligaciones y su disciplina por ir a noviar con la muchacha.
La cinta me provocó reacciones encontradas. Por un lado, compré sin objeciones el lirismo puro, ingenuo, juguetón, de la historia amorosa de los dos muchachos. La música que escuchamos, por ejemplo, comenta y subraya la acción de una forma tan clásica y directa que nomás falta que alguien se suelte bailando y cantando, como en una película musical. Por el otro, sin embargo, el amateurismo de los actores -todos ellos son no profesionales- hace que el filme sea muy disparejo. Mientras que la señorita Barrios domina sin problemas la pantalla, muchos de los que la rodean no cumplen tan bien con ese cometido. No ayuda tampoco que algunos de los diálogos sean demasiado didácticos. Y una última objeción: Sonia no está de acuerdo con las tradiciones, desafía a sus mayores al romper el compromiso matrimonial y tampoco parece dispuesta a correr la misma suerte de su adorado miliciano zapatista, pues si se quiere casar con él tiene que seguirlo, como lo dictan las reglas de la lucha armada. Es decir, debe ir tras él, cual María Félix chiapaneca detrás de su Pedro Armendáriz zapatista. La bronca es que toda la sana rebeldía de Sonia acaba aquí: desafía las pedorras tradiciones añejas de su pueblo pero, al final, dobla las manos y se va de miliciana. Dicho de otra manera: Sonia cambia unas tradiciones por otras. La rebeldía, pues, tiene límites.
Y hablando de límites. El relativo fracaso del documental El Milagro del Papa (México, 2009), primer largometraje de José Luis Valle, puede atribuirse a que el cineasta y sus colaboradores no trazaron los límites debidos para acercarse a un tema realmente interesante. En 1990, en su visita a Zacatecas, Juan Pablo II beso la frente y tocó la cabeza de un niño enfermo de leucemia. El escuincle, milagrosamente, se recuperó, creció y ahora, 20 años después, es un hombrón aniñado, barbado, que vende chorizos y toma cerveza en cantidades industriales. La historia, en sí, es interesante -me recuerda aquel chiste de La Vida de Brian (Jones, 1979) del leproso malagradecido que le reprocha a Jesús que lo curara-, pero Valle se desvía del tema y su mirada transmite un insoportable aire de superioridad. Es claro, por lo que vemos en pantalla, que el caso del niño salvado no fue más que una mezcla de fervor religioso y oportunismo eclesiástico/político/económico. Pero no creo que sea de buen gusto burlarse de la fe y la simpleza de la gente. Y lo dice alguien que no es creyente ni cree en milagros.
Tenía que ser casi un milagro, por cierto, que La Teta Asustada (España-Perú, 2009), segundo largometraje de Claudia Llosa, fuera mejor que su notable opera prima Madeinusa (2006). Y no, el milagro no ocurrió. De todas formas, el filme ganador del Oso de Oro y el FIPRESCI en Berlín 2009 es un dolido y lírico acercamiento a las cicatrices de la guerra, la violencia, el oprobio. Fausta (Magaly Solier, la inolvidable Madeiunsa) nació de una madre que sufrió de "teta asustada". Es decir, como la señora fue violada en la época de la guerra sucia contra Sendero Luminoso, le transmitió el miedo a su hija a través de la leche materna. Fausta ha heredado ese mal y ha tomado medidas extremas para no ser violada, como su recién fallecida mamacita. El único refugio de Fausta es el canto: sólo a través de él puede huir, aplacar el dolor, encontrar consuelo.
En Viaje Redondo (México, 2009), tercer largometraje de Gerardo Tort (De la Calle/2001, La Guerrilla y la Esperanza/2005), sus dos protagonistas buscan también consuelo. O para ser precisos, buscan a un hombre. Y eso es lo que encuentran al final. Una naca cultora de belleza (Teresa Ruiz) y una artista plástica pirrurris (espléndida Cassandra Cianguerotti) se encuentran en la carretera rumbo a Saltillo, se confrontan, se unen, se desunen, se solidarizan, se dicen mentiras, se dicen verdades, se insultan, lloran, ríen, se desnudan (yommie)... El guión fue escrito por Marina Stavenhagen y Beatriz -hermana de María- Novaro, especialista en visibles road-movies femeninas. Y eso es, nada más, Viaje Redondo. Aunque eso de visible, la verdad, está a debate: la cinta fue exhibida en formato digital y se ve realmente muy mal. Chafa, para decirlo elegantemente.
La que se ve muy bien es Rabioso Sol, Rabioso Cielo (México, 2009), la muy discutida -¡y sin ser vista!- nueva película de Julián Hernández (Mil Nubes de Paz.../2003, El Cielo Dividido/2006). Hernández y sus colaboradores parecen incapaces de producir una imagen fea o malhechota: hay stills de esta cinta que podrían estar colgados en una galería (¡la mujer desnuda de perfil, con su imagen reflejada en el espejo!) y hay escenas que están ejecutadas con un desarmante virtuosismo (la vista, en top-shot, de la salida de entre los escombros de uno de los personajes). Pero, por lo demás, el filme aburre y en serio: durante las primeras dos horas de la cinta -su duración total es de 191 minutos-, varios homosexuales se encuentran y fornican, o se ven y fornican, o van al cine y fornican, o van al baño y fornican... Ah, y los que no fornican, se masturban. No tengo nada en contra de la fornicación -de hecho, debería estar prohibida para que fuera más popular- ni contra la masturbación -un hobbie como cualquier otro, diría Woody Allen-, pero como tema fílmico el asunto cansa si no vemos casi nada más durante más de tres horas.
Llegado el momento, los dos personajes centrales, Ryo y Kieri, se unen, provocando el enojo de un barbón sin nombre que secuestra a Ryo y se lo lleva a un escenario desértico y rocoso. A rescatar a su amado irá Kieri, apoyado por una bruja/diosa/ángel que, de hecho, en una de las secuencias iniciales de la película, ya le había anunciado a Ryo, después de una cópula pasada por lluvia, que algo importante le iba a suceder: "El amor será tu guía", le aconseja. La última hora de Rabioso Sol, Rabioso Cielo, se instala en terrenos alegóricos: el barbón carga a Ryo, vuela con él hacia las profundidades de una cueva y luego desaparece en una fogata, mientras Kieri sale de los escombros cenizos y cubierto con una suerte de escamas pedregosas. Al final, parece que todo fue un sueño del alguien (¿del barbón, de Kieri, que tienen la insana costumbre de meter la cabeza en un lavabo lleno de agua?), pero no es así: el logrado encuentro amoroso entre Ryo y Kieri forma parte del infinito duelo entre el bien y el mal, entra la vida y la muerte, entre el amor y el desamor, como sugiere el encuadre final.
En cierto momento, la bruja/diosa/ángel le dice a Kieri y luego a Ryo: "no tengas miedo, no estás solo". La realidad es que sí se quedaron casi solos. O nos quedamos, mejor dicho. A la función de público a la que asistí, cuando se prendieron las luces, la sala de cine estaba semivacía.
Comentarios
A regresar a mis hobbies.
(Déjese a'i.)
También hay problemas de que inician la proyección fuera de foco (hoy pasó con los primeros 20 min de "voy a explotar").
Además, ayer quitaron bruscamente los créditos de rabioso sol, etc.
Debieran ser claros y directos: -"Tenemos un papá ratero." -"¿Qué le estás enseñando a tus hijos? A robar, nada más, nada menos. Comprar robado es ser cómplice del robo y se castiga igual. Está en el Código Penal."
Pero esa versión del anuncio terminaría con el papá diciendo: -"No se me agüiten, hijos; si fuera delito, ya estaríamos en el bote yo, su mamá, el vecino, la vecina, mi jefe en el trabajo, sus maestros y chance hasta ustedes, en el tutelar de menores. Es más, si fuera delito no venderían estas películas afuera del OXXO ni enfrente de los tacos ni las comprarían hasta los polecías. Así que se me callan y a ver la película. Par de bolsas, todo el día viendo la tele. Pa' trabajar habían de ser buenos. A ver si no los pongo a vender chicles en el crucero, malagradecidos."
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Y los del partido del color que sea, deperdicios pagados con nuestros impuestos. Por eso me meto a la sala de cine justo cuando va a empezar la película. Pa' qué hacer corajes antes de los huevos y el pollo...
"Y verán niños, también compro esta película pirata porque las mendigas distribuidoras se han empeñado en no pasar la película en nuestra plaza, sin argumentar nada de nada... Nomás no la pasan y sí la pasan o da el semanazo o la ponen en la función de la noche... Además que los DVDs están re-caros y no me voy a gastar la lana de sus colegiaturas en películas de 220 ó 190 pesos (que luego sé que bajarán a 60 pesos y al dos por uno, pero dentro de un año)... Menos rentar una película a 45 ó 30 y tantos pesos..."
Me ha dado gusto leer ésta entrada tuya en la que haces mención a RABIOSO SOL RABIOSO CIELO. Me he pasado un buen rato leyendo lo que dices de ella (lo digo con toda sinceridad, ya ves que luego se pueden tener lecturas equivocadas cuando no se utilizan - como quería Pasolini - signos que transmitan la verdadera intención del entrevistado , hablo de las conversaciones con Jean Duflot). Bueno pues me ha dado gusto leer tus comentarios al respecto de la película.
Me dio gusto también encontrarte después de 3 años (la última vez que te vi fue saliendo de la función de prensa de EL CIELO DIVIDIDO) a la entrada de EL GENERAL.
Lo único que lamento es - ya que te reventaste esos 191 minutos - que no haya sido una copia de la cual nosotros estuviéramos satisfechos. Me refiero en especifico a la parte en color cuyos últimos minutos alcancé a presenciar con absoluto desespero.
Para las siguientes funciones nos trajimos la copia que se estaba presentando en SAN DIEGO y ya estuvimos más conformes, todo esto porque me parece que pese a la película, el trabajo de Alejandro (el fotógrafo) si es en verdad muy bueno.
Bueno Ernesto un gusto escribir aquí en tu blog y gracias por el comentario.
JUlián
Por lo demás, como anoté, las dos primeras horas son, en general, estéticamente impecables. Sí noté el problema del color en la sección que mencionas pero, para serte franco, ya estaba en gran parte exhausto y ese asunto ya no era tan importante para mí.
Tengo entendido que harás una edición nueva de la cinta, de dos horas y media o algo por el estilo. Va a ser todo un reto para todo el equipo, pero creo que ya lo estarán resolviendo.
Por lo demás, independientemente de la admiración visual y, ni modo, el hastío dramático que me provocó, te deseo la mayor de las suertes. Para hacer cine en México -el cine que sea- se necesita ser un desaforado. Pero sólo los desaforados pueden tener la posibilidad de hacer gran cine.
Saludos y nos vemos en otro festival, porque tengo entendido que ya saliste de Guadalajara.