Guadalajara 2009/Día cinco


La mejor película mexicana de ficción que he visto hasta el momento ha sido exhibida fuera de concurso. Se trata de la multipremiada Los Bastardos (México-Francia-EU, 2008), segundo largometraje de Amat Escalante (Sangre, 2005). Dos trabajadores migrantes mexicanos en Los Ángeles chambean en lo que sea: haciendo hoyos, limpiando terrenos, colocando cimientos... Después de hacer un trabajito a 10 dólares la hora, pasan a otro que, seguramente, les dará más dinero. No quiero decir más sobre la cinta: baste decir que la estudiada morosidad de la primera parte se compensa con la intensidad y relampagueante violencia de la segunda. A primera vista, un mero ejercicio de estilo hanekeniano. En realidad, mucho más que eso.

Ya en el terreno del concurso, en la sección documental, vi la única película que podría quitarle el Mayahuel a Los que se Quedan (Rulfo y Hagerman, 2008). Se trata de Los Herederos (México, 2008), segundo largometraje de Eugenio Polgovsky (Trópico de Cáncer, 2004). Sin narración en off, sin letreros explicativos, sin moralina ni chantaje, sin denuncia ni militancia, Polgovsky muestra, a lo largo de 90 minutos, lo que hacen varios niños que trabajan en los campos, en las montañas, en los llanos, en los valles, de Sinaloa, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Nayarit... Al ver lo que hacen estos escuincles desde que amanece hasta que cae el Sol(recogen tomate, pepino o chile, se levantan en la madrugada a darle de comer a los animales, se abren un dedo al trabajar con un afilado cuchillo, cortan caña a machetazo limpio...), me pregunto: ¿cuánto de lo que hacen esos niños podríamos soportar nosotros, los clasemedieros que estamos sentados frente a la pantalla de cine? Y, al final, esos mismos niños todavía tienen energía para jugar, en un camino pedregoso, a las guerritas con sus perjudidas camisetas convertidas en látigo.

Frente a una obra como la de Polgovsky, el cortometraje de 12 minutos Ana Glamour (México, 2008), sobre una prostituta que regresa al circo en donde fue criada para vengarse, parece más inútil de lo que realmente es. Ni como ejercicio de estilo de algo -de lo que sea- funciona.

En contraste, Caja Negra (México, 2008), opera prima de Ariel Gordon, funciona muy bien en sus primeros minutos, cuando vemos el cadáver de un desconocido yacer en la cama de un hospital. El narrador irónico y ominiscente (voz en off de Fernando Becerril) nos cuenta rápidamente su historia y lo que vemos en pantalla, a través de la animación de In My House Animation y las fotosecuencias del propio Ariel Gordon, provoca entusiasmo: ¿estaremos, finalmente, ante la gran película mexicana de ficción de Guadalajara 2009? No, no lo creo. Después de ese largo pero brillante prólogo, la cinta pierde terreno, por más que la premisa -un organizador de cierta asociación secreta (¿el Yunque?) prepara a un padre de familia desahuaciado para que asesine a cierto excandidato presidencial un 2 de julio de 2007- no deja de ser interesante. Aunque debo decir que en esta apreciación estuve solo: a la salida del cine, en el típico cafecito con varios de mis colegas, a todos les gustó en mayor o en menor grado. Total: no sería la primera vez que el equivocado soy yo.

En la que sí hubo consenso fue en esa aburrición pretenciosa que es El Árbol (México, 2009), opera prima de Carlos Serrano Azcona, protegido de -nada menos- Carlos Reygadas y Jaime Rosales. En alguna ciudad de España, seguimos a un tipo separado cuya mujer no le deja ver a sus hijos. No culpo a la nunca vista esposa: el tipo pierde el empleo, se droga a plena luz del día, duerme en la calle, toma alcohol en una banca hasta que se queda jetón... La cámara lo sigue durante interminables tracking-shots hasta que termina en un puente, queriendo terminar con su miseria -y la de nosotros, de pasada. Un cura le grita: "¡Qué vas a hacer desgracio!". Una colegialas aparecen de la nada. El cura les ordena cantar para que el tipo no salte. Uno desea que las niñas se revienten con la Macarena o el Aserejé, aunque sea para despertar al respetable, pero se sueltan con otra cosa, en latin. Pantalla a negros. Fin. Bendito sea Dios.

Comentarios

Carlos Reyes dijo…
Jajajja, "asereje" y su bailecito... uy, ya me dieron ganas de ver esa pelicula, si, quiero verla.
Carlos: no bailan ni cantan el Aserejé sino otra cosa, en latin. Y créeme: no la quieres ver, por más que nomás dura 70 minutos.
Joel Meza dijo…
Si cantaran el aserejé mekai que hasta yo me tiro del puente.
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Sobre Los Herederos, no cabe duda: los niños, no importa cuán jodidos estén, se las arreglan para vivir aunque sea unos instantes de niñez.
aldo álvarez dijo…
los herederos es de lo mejor que he visto, junto con 35 rhums de claire denis y tokyo sonata de kiyoshi kurosawa.

pff yo medio le tenía fé a el arbol. a ver si alcanzo a verla. de ficción mexicana ando super desconectado, se notaba medio débil la selección pero si tengo curiosidad por ver quién gana. alguna idea, ernesto?

felicidades por tu cobertura. me ha consolado por todo lo que no he visto.
Aldo: Ya vi toda la ficción, menos una película que no pude ver porque tenía que elegir entre ella y El General. Opté por la de Almada y, al parecer, por lo que todos me han dicho -pero todos, en serio- no me equivoqué en la elección.
Después de haber visto casi todo, pues, me gustaría que ganara La Oveja Negra. Voy a Explotar, al parecer, les ha gustado a algunos. A mí, en lo personal, no me convenció tanto. Crónicas Chilangas no es mala ni tampoco Corazón del Tiempo, por más dispareja que sea. En cuanto a Bala Mordida, hay cosas que me gustaron de ella y cosas que no. Pero de eso escribo mañana.

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