Hoy en Ambulante 2008/IV
Jonestown: la Vida y la Muerte de Peoples Temple (Jonestown: The Life and Death of Peoples Temple, EU, 2006), de Stanley Nelson. El cuarto largometraje documental del especialista Stanley Nelson es una absorbente crónica del infame suicidio masivo de más de 900 personas que dirigió el célebre líder mesiánico Jim Jones en la Guyana, un 18 de noviembre de 1978. Sin voz narrativa y con la participación de más de 40 testigos –incluyendo los testimonios claves de los únicos sobrevivientes de la macabra ceremonia del “kool aid” envenenado-, Nelson nos muestra sin un ápice de sensacionalismo el lento pero seguro encumbramiento de Jones, un carismático joven de Indiana que, a pesar de ser blanco, “predicaba como negro”.
Audaz y adelantando a su época, Jones promovió desde fines de los 50 las congregaciones integradas racialmente –blancos y negros sentados unos junto a otros en la misma banca de la iglesia- hasta terminar convertido en una figura clave de la política y la religión a mediados de los 70 en la muy liberal y abierta ciudad de San Francisco. Después de que una revista destapara sus manejos poco claros dentro de su congregación –abusos sexuales incluidos, por supuesto- Jones y “su familia” volaron a Guyana en 1977, a levantar su paradisíaco experimento de “socialismo apostólico”. La utopía se derrumbaría muy poco tiempo después, cuando el congresista Leo Ryan visitara la comunidad “perfecta” para terminar acribillado a los pies de su avión.
La historia es más o menos conocida y Nelson no presenta nada que no sepa nadie que haya leído, por ejemplo, el número respectivo que El Sumario del Crimen le dedicó a Jones. Lo notable del documental, en todo caso, es la seriedad con la que el cineasta se acerca al tema, lo articulado que resultan los testimonios de los muchos participantes y el rescate del audio del suicidio colectivo, editado paralelamente a los dichos de los sobrevivientes: escuchar la voz de Jones dando indicaciones de cómo proceder al suicidio (quién va primero, quién después, cómo deben colocarse todos) detiene el aliento. Porque lo terrible no es lo que ordena. Lo terrible es que 909 personas lo obedecieron.
Jonestown… se exhibe hoy en Cinépolis Diana.
Audaz y adelantando a su época, Jones promovió desde fines de los 50 las congregaciones integradas racialmente –blancos y negros sentados unos junto a otros en la misma banca de la iglesia- hasta terminar convertido en una figura clave de la política y la religión a mediados de los 70 en la muy liberal y abierta ciudad de San Francisco. Después de que una revista destapara sus manejos poco claros dentro de su congregación –abusos sexuales incluidos, por supuesto- Jones y “su familia” volaron a Guyana en 1977, a levantar su paradisíaco experimento de “socialismo apostólico”. La utopía se derrumbaría muy poco tiempo después, cuando el congresista Leo Ryan visitara la comunidad “perfecta” para terminar acribillado a los pies de su avión.
La historia es más o menos conocida y Nelson no presenta nada que no sepa nadie que haya leído, por ejemplo, el número respectivo que El Sumario del Crimen le dedicó a Jones. Lo notable del documental, en todo caso, es la seriedad con la que el cineasta se acerca al tema, lo articulado que resultan los testimonios de los muchos participantes y el rescate del audio del suicidio colectivo, editado paralelamente a los dichos de los sobrevivientes: escuchar la voz de Jones dando indicaciones de cómo proceder al suicidio (quién va primero, quién después, cómo deben colocarse todos) detiene el aliento. Porque lo terrible no es lo que ordena. Lo terrible es que 909 personas lo obedecieron.
Jonestown… se exhibe hoy en Cinépolis Diana.
Comentarios
Despues vi la pelicula y hasta me toco hacer un papel acerca de Jonestown para una clase de Psicologia.
Estoy de acuerdo contigo en que el documental no ofrece nada nuevo. Pero es tremendamente sensible, no juzga, recolecta y hasta aveces parece entender a los involucrados (todavia no se si podria considerarlos victimas).
WOW!!! Gracias por la estupenda reseña y recomendación a la vez Ernesto. Excelente documental.
El Carrizos rocks!!!
A pesar de que todo el tiempo son cabezas parlantes, la historia es tan envolvente que te atrapa y no te suelta. Personalmente, no sabia mucho de Jim Jones ni sus tratos directos con la política. Muy buena reseña, Ernesto.
Pero después de la hora de recorrido en tráfico, pus aproveche y me quede a ver el siguiente docu. El de "El espacio de la Gran Felicidad". Por favor, Ernesto, dinos tu opinión, si es que ya lo viste. A mi me fascino la mirada a ese mundo de los "anfitriones" y mas espectacular el mundo de sus "clientes". ¿Alguien mas la vio?
D-47: Qué bien que te gustó Jonestown. No he visto el documental que mencionas. Lo trataré de revisar posteriormente.