Hoy en Ambulante 2008/III
Taxi al Lado Oscuro (Taxi to the Dark Side, EU, 2007), de Alex Gibney. Veo en el noticiero matutino de hoy que la Casa Blanca defiende el uso del famoso “pocito” –es decir, la “técnica” de meter la cabeza del prisionero en una pileta de agua para provocarle el sentimiento de ahogo- como método para interrogar sospechosos. Es más, ni siquiera considera que esta práctica sea tortura.
La verdad, no sorprende esta declaración proveniente de la criminal administración Bush y menos aún después de ver el documental nominado al Oscar Taxi al Lado Oscuro, cuarto largometraje del especialista Alex Gibney (Enron: The Smartest Guys in the Room/2005), centrado en las prácticas de tortura aprobadas tácitamente por las más altas esferas gubernamentales, incluyendo Runsfeld, Cheney, Gonzáles y, por supuesto, Bush el pequeño. Esos terroristas, dicen estos criminales de guerra estadounidenses que permanecerán impunes, son "lo peor de lo peor", así que “hay que quitarse los guantes”, meterse en terrenos “sucios” y no tener miedo de transitar por el “lado oscuro” de la naturaleza humana.
El documental es más que un mero desfile de cabezas parlantes con torturados (el británico-paquistaní Moazam Begg, liberado gracias a la presión del Renio Unido), torturadores (soldados rasos Willie Brand, Damien Corsetti y Thomas Curtis, condenados en corte marcial por los abusos cometidos en Bagram, Afganistán), abogados, periodistas, militares y políticos, por más que no haya un solo testimonio que esté de más, que salga sobrando.
No falta el pietaje –no sé si exclusivo pero yo no lo había visto nunca- de los obscenos abusos cometidos en Abu Ghraib, fotos de autopsias de uno de los asesinados –el inocente taxista afgano Dilawar, que le da el título a la cinta-, escenas de las audiencias del senado dirigidas por el demócrata Carl Levin y el republicano John McCain (el interrogatorio de McCain al exProcurador/Torturador Alberto Gonzáles es antológico), además de memorandos claves que aconsejan, bajita la mano, no tener demasiados escrúpulos con los prisioneros que llegaron tras las rejas “gracias” a que fuerzas afganas e iraquíes los entregaron.
La verdad, no sorprende esta declaración proveniente de la criminal administración Bush y menos aún después de ver el documental nominado al Oscar Taxi al Lado Oscuro, cuarto largometraje del especialista Alex Gibney (Enron: The Smartest Guys in the Room/2005), centrado en las prácticas de tortura aprobadas tácitamente por las más altas esferas gubernamentales, incluyendo Runsfeld, Cheney, Gonzáles y, por supuesto, Bush el pequeño. Esos terroristas, dicen estos criminales de guerra estadounidenses que permanecerán impunes, son "lo peor de lo peor", así que “hay que quitarse los guantes”, meterse en terrenos “sucios” y no tener miedo de transitar por el “lado oscuro” de la naturaleza humana.
El documental es más que un mero desfile de cabezas parlantes con torturados (el británico-paquistaní Moazam Begg, liberado gracias a la presión del Renio Unido), torturadores (soldados rasos Willie Brand, Damien Corsetti y Thomas Curtis, condenados en corte marcial por los abusos cometidos en Bagram, Afganistán), abogados, periodistas, militares y políticos, por más que no haya un solo testimonio que esté de más, que salga sobrando.
No falta el pietaje –no sé si exclusivo pero yo no lo había visto nunca- de los obscenos abusos cometidos en Abu Ghraib, fotos de autopsias de uno de los asesinados –el inocente taxista afgano Dilawar, que le da el título a la cinta-, escenas de las audiencias del senado dirigidas por el demócrata Carl Levin y el republicano John McCain (el interrogatorio de McCain al exProcurador/Torturador Alberto Gonzáles es antológico), además de memorandos claves que aconsejan, bajita la mano, no tener demasiados escrúpulos con los prisioneros que llegaron tras las rejas “gracias” a que fuerzas afganas e iraquíes los entregaron.
Hacia el final de Taxi al Lado Oscuro emerge, dominante, la presencia de John McCain, veterano de Vietnam y prisionero de guerra durante varios años. La jugada de Gibney es maestra: quien habla en contra de la tortura (de lo moralmente incorrecta que es) no es un pacifista mechudo, barbón y con morralito en el hombro, sino un militar que fue torturado en su paso en las cárceles vietnamitas. Seguramente no fue el objetivo de Gibney al hacer este documental –después de todo, la cinta fue realizada mucho antes de la emergencia de las nominaciones del Partido Republicano a la Presidencia de la República- pero no creo que pueda existir un mejor apoyo político para McCain que ver su imagen juvenil, delgada, llorosa, mientras le pide a quienes lo rescataron que le diga a su mujer que se va poner bien. Sólo él sabe lo que vivió. Él puede hablar, con conocimiento de causa, lo que sucede cuando alguien decide tomar un taxi hacia el lado oscuro de la naturaleza humana.
Taxi al Lado Oscuro se exhibe hoy en Cinépolis Diana y mañana en Cinépolis Perisur y en la Cineteca Nacional.
Comentarios
Magnífica reseña.
Febrero ya me está empezando a resultar molesto. Entre la cartelera comercial, FICCO, Ambulante y oscares uno no se da abasto.
Deberían mover FICCO y Ambulante a marzo, que es mes muerto.
Este doc es mi favorito para que gane el oscar, SiCKO tambien es muy notable.
A ver, lo repito,
Quien sabe si los de la academia se animen a darle otro Oscar a Michael Moore y con eso darle oportunidad de subirse al estrado y decir otro de sus polémicos discursos...
I'm so there!!!
Tengo una agenda muy apretada este fin de semana. Ya tengo boletos para la función de hoy en la noche (en macropantallota!) para No Country For Old Men, mañana voy a ver esa de Atonement y el domingo solo por curiosidad me voy a echar The Bucket List, y si me queda tiempo, en DVD voy a ver Swimming Pool de Francois Ozon que no la he visto y tengo muchas ganas.
Tantas cosas que hacer y tan poco tiempo para hacerlas, diantres...
Posteriormente uno abre cualquier periodico o revisa cualquier noticiario, empieza a hacer el 'body count' del día y ese sentimiento queda completamente confirmado.
Los Coen han creado un clásico de nuestros tiempos. Una obra maestra. Completamente desoladora y árida pero uno no puede despegar los ojos de la pantalla un solo instante. Dudo ver algo mejor este año y eso que todavia me faltan las de los Cronenbergs, los Thomas Andersons, las Polleys, los Nolans, etc etc etc...
Tienes razón Ernesto, ese fatalismo se pega como sanguijuela. Grandiosa película.
PD: tengo el presentimiento de que los Coen perdieron injustamente la Palma de Oro, no creo que esa de 4 meses 30 horas y no sé que, sea superior a No Country For Old Men. Veremos.
Lo que pasa es que, como has dicho en algunas ocasiones Ernesto, el demonio nunca de ser fascinante...
Me puse furioso.
Hubo sesión de preguntas y respuestas con una de las productoras que es un bombón.
P.D. del lado oscuro: El ser humano apesta.