Morelia 2015/Ganadores



Ayer sábado se entregaron los premios de Morelia 2015, lo que marcó el fin de uno de los festivales de cine más importantes de este país -¿los otros?: Guadalajara, FICUNAM, Riviera Maya y Los Cabos.
Los resultados, contrastantes, como suele suceder. Del lado positivo: las salas llenas -con público e invitados-, excelente organización, una programación paralela impecable -clásicos hollywoodenses remasterizados, cine gótico nacional, merecido ciclo-homenaje a Fernando Méndez- y una sólida sección competitiva documental.
Del lado negativo, un prietote en el arroz. Me refiero a la muy floja competencia mexicana de ficción, común denominador en lo que va del año en cuanto a cine mexicano se refiere en los festivales nacionales. Ningún festival al que he asistido en el 2015 se salva de la chamusquina. De hecho, Morelia es el que, por lo menos, exhibió en competencia tres filmes más que decorosos: La Casa Más Grande del Mundo (2015), de Lucía Carreras y Ana V. Bojórquez; Te Prometo Anarquía (2015), de Julio Hernández Cordón; y Un Monstruo de Mil Cabezas (2015), de Rodrigo Plá.
Por lo mismo, parece una broma cruel -un mariachazo más, pues- que el jurado que presidió Laurent Cante le diera el premio principal a Yo (2015), de Matías Meyer, una de las peores cintas de la competencia, tanto estéticamente como éticamente hablando. El premio al Mejor Primer o Segundo Largometraje -¿y por qué no tercero, cuarto o quinto?- fue otro mariachazo más: El Placer es Mío (2015), de Elisa Miller. Menos mal que Cantet y compañía le dieron un mínimo premio de consolación -una mención especial- a Te Prometo Anarquía, con un muy bonito diploma incluido.
El jurado de documental, formado por los documentalistas Nicolas Philibert y Juliano Ribeiro Salgado, además de la directora ejecutiva del Lincoln Center Leslie Klaimberg, mostró más sentido común, eligiendo no solo el mejor material en competencia sino el más franca y cálidamente humano. Apostaron por un cine vivo, alegre, nunca jodidista, nunca tremendista, nada miserabilista. Es decir, apostaron por Los Reyes del Pueblo que No Existe (2015), de Betzabé García. 
En conclusión, mientras el cine documental sigue siendo la mejor carta del cine mexicano -de lo que vi, hay que aplaudir otros dos filmes: El Hombre que Vio Demasiado (2015), de Trisha Ziff, y El Paso (2015), de Everardo González-, el cine de ficción mostró una gran debilidad este año. Digámoslo así: en el 2015, no vimos en competencia en Morelia -ni en el resto de los festivales de cine nacionales- el equivalente de Güeros, Carmín Tropical, Los Insólitos Peces Gato, Club Sándwich, El Premio, Halley, Workers o La Jaula de Oro. (¿La excepción?: 600 Millas, de Ripstein hijo, que se presentó aquí como gala y también en Guadalajara, pero fuera de la competencia iberoamericana).
En fin, qué remedio: un mal año (de ficción) lo tiene cualquiera... ¿o no? Eso sí: esperemos que nomás haya sido este año.
La lista completa de los ganadores, por acá. 

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