Ambulante 2014/II
Amo del Universo (Master of Universe, Austria-Alemania, 2013), cuarto largometraje del especialista Marc Bauder, llega a las pantallas mexicanas a través de Ambulante 2014 en la mejor coyuntura cinefílica posible. Y es que el filme documental de Bauder es la perfecta pieza de acompañamiento de la excesiva e irresistible obra mayor scorsesiana El Lobo de Wall Street (2013), pues el confeso banquero que lleva la voz cantante a lo largo de todo el filme es una especie de primo hermano alemán -solo que más serio y mucho más propio- del Jordan Belfort de Leonardo DiCaprio.
Rainer Voss, otrora poderoso ejecutivo de algún banco alemán -nunca se dice cuál ni tampoco menciona a ninguno de sus clientes, por órdenes de su abogado- habla abiertamente de cómo funciona el sistema financiero y de qué manera se desligan de la realidad quienes viven y trabajan dentro de él. El camino del triunfo tiene sus reglas: cumplir con el rito de iniciación de quedarse en la chamba "una noche" o "dos noches", no hacer nunca preguntas incómodas a los jefes, no ventilar ni una sola convicción política y obedecer sin chistar.
"Es como estar en el ejército", dice el muy articulado Voss, quien señala que el huevo de la serpiente se anidó a mediados de los 80, en plena ola neoliberal, con la moda de la desregulación de los bancos y las libertades otorgadas el sistema financiero. Así pues, señala Voss, sin un Estado vigilante y atento, la economía real empezó a quedar atrás, rebasada por la especulación y las finanzas. En este ecosistema, quien puede sobrevivir son las grandes compañías, quienes tienen la misma -o hasta mejor- información que los propios bancos. Los clientes comunes y corrientes, dice Voss, no tienen la misma oportunidad. Por supuesto, cuando estos incautos ganan, lo presumen a voz en cuello y no recuerdan todas las veces que han perdido, "gracias" a sus asesores financieros. Se trata de una ruleta rusa, dice el exbanquero, y esos inversionistas privados -más o menos los mismos de los que se burla el Jordan Belfort de El Lobo de Wall Street- están destinados a perder.
Bauder nunca aparece en el encuadre. Inquiere a Voss en off, en otras ocasiones lo interrumpe, pero la mayoría de las veces lo deja hablar libremente y sin cortapisas, lo sigue mientras camina por una imponente catedral financiera de vidrio y acero -un enorme edificio vacío en el que estuvo un banco en el que alguna vez trabajó-, escribiendo fórmulas en los cristales, sentándose en desérticas salas de juntas, apuntando hacia el cableado en el que estaban conectados los servidores a través de los cuales él y los suyos tomaban decisiones en segundos.
El retrato que entrega Bauder del mundo financiero contemporáneo a través del testimonio de Voss es terrorífico: tipos como él, desconectados por completo de la sociedad, pueden decidir qué países van en picada. Primero Grecia, sigue Portugal, después España, ahí viene Italia y si la crisis global le pega a Francia -y Voss da algunas razones para no ser muy optimistas con la economía francesa- la hecatombe económica, política y social puede resultar de pronósticos reservados.
Mientras la cámara de Börres Weiffenbach se pasea por el edificio vacío y antes de que la música de Bach se escuche en un premonitorio tono de réquiem, Voss nos deja sus últimas reflexiones: aunque la solución a la crisis global no es tan complicada -basta que los bancos y financieros dejen de apostar en contra de países como Grecia o España, por ejemplo-, la realidad es que nadie ha aprendido o quiere aprender un carajo. Es una cuestión casi de semántica, dice Voss: todo mundo dice que "los mercados" son los que deciden, son los responsables, son los culpables. Pero no, nada de eso: el agente moral, como lo sabe cualquier estudiante de ética de preparatoria, no es un ente abstracto como "el mercado", sino quienes lo manejan. Y esos tienen nombre y apellido. Aunque no tengan madre.
Comentarios
Urge organizarse.
jajajaja
Si tenemos madre Ernesto, solo que una vez cruzando la puerta del banco donde laboramos, se nos olvida :P
Esplendida reseña, como siempre, Ernesto. Esta cinta haría un gran maratón de cine financiero junto Margin Call, The Inside Job y The Wolf of Wall Street
Ahora viene lo bueno:
¿Señores de Ambulante, cómo diablos se supone que veamos estas películas si solo las ponen en foros que están quien-sabe-donde y en puros horarios para ninis? :(
Ellos entraron a la Union Europea y eso les permitio endeudarse a tasas de paises ricos como Alemania y Francia, entonces esos tipos gastaron y gastaron tanto como pudieron y nadie les dijo nada, pero cuando sus buenos amigos los banqueros quisimos ir a cobrarles con que nos salieron? Con que no tenian lana por dos cosas basicamente: una, porque su gobierno es casi igual de corrupto y lleno de mierda como el nuestro y sus politicos se despachan con la cuchara grande y dos, porque lo unico que ese pais tiene para vender son alcaparras, mientras que sus cuates ricos venden BMWs, Mercedes Benz y Citroens.
Es como si ustedes sacan una tarjeta de credito, le meten todo el disponible y luego le dicen al banco: que cree Sr. Banco? que solo vendo cacahuates...
Pues asi no se puede verdad?
Claro, nosotros los banqueros pecamos de avariciosos al darle tarjetas de credito a quien vende cacahuates o prestamos de billones de euros a paises que venden alcaparras...
todos llevamos culpa jejeje
Ya. Era todo lo que queria decir
Saludos :)
Basicamente lo que hizo fue esto: como si una mama se fuera de la casa un rato y le dijera a sus hijos de 6 años y sus amiguitos, "orita vengo eh, se portan bien, no hagan desmanes" y de paso les deja la caja de chocolates atascados de azucar, ahí en la mesa....
¿Qué creen que se va a encontrar esa mamá a su regreso...?
Exacto.
jajajaja!
Solo estoy poniendo los puntos sobre las íes Ernesto.
Espero poder ver la película este miércoles y ya les comento si está acertada o un poco sesgada.