El evangelio del 2013... según Alberto Acuña Navarijo/XV
Como ha sido su costumbre, el cinéfago Alberto Acuña Navarijo @loungeymartinis pa' los cuates en twitter) ha compartido su lista de lo mejor y lo peor del año pasado, como sigue:
Lo
Mejor de 2013
10 -
Rezeta (Fernando Frías, 2012, México). Exhibida dentro de Festival
Internacional de Cine UNAM (21 de febrero – 3 de marzo).
No es slow
cinema. No es una ficción que juega a ser documental o viceversa. Tampoco
alguna road movie que invariablemente termina en el mar. Ni otro periplo azotado
a una zona rural. Es algo más simple: la fórmula boy meets girl (protagonizada por una guapa
top-model albanesa y un baterista de una banda punk), combinándola con un humor
desenfadado y agridulce. Por supuesto, terminando de verla a uno sólo le queda
preguntarse ¿por qué no se están filmando en nuestro país más películas como esta?
9 – Vic
y Flo Vieron un Oso (Vic et Flo Ont Vu Un Ours, Denis Côté, 2013, Canadá). Exhibida
dentro de Festival Internacional de Cine UNAM (21 de febrero – 3 de marzo).
Pareciera que es un drama lésbico con toda
una serie de tiempos muertos y paneos que retratan espacios vacíos, ubicado en
una cabaña en medio de la nada. O bien, un convencional estudio de personaje,
dos mujeres de edades dispares, que no saben cómo expiar sus culpas, después de
haber permanecido varios años en prisión. Pero de un minuto a otro se
convierte en una excesiva y malsana película cercana al nouvelle horreur vague con todo y un final tan enigmático como su
propio título.
8 – El
Acto de Matar (The Act of Killing, Joshua Oppenheimer, 2012,
Dinamarca-Noruega-Inglaterra-Suecia-Finlandia).Exhibida dentro de Festival
Internacional de Cine UNAM (21 de febrero – 3 de marzo).
La filmación de una delirante épica
anti-comunista (donde caben musicales extraídos del imaginario bollywoodense,
recreaciones del cine negro, y pasajes oníricos-lynchianos), para presentar al
indonesio Anwar Congo, genocida, héroe nacional, el hombre que bien podría
tener uno de vecino, y el personaje del año perteneciente a un documental. Un
macabro ensayo acerca de la maldad inherente al ser humano, pero no para
condenarla, sino para tratar de entender sus mecanismos y confrontar al
espectador.
7 –
Nada Malo Puede Suceder (Tore Tanzt, Katrin Gebbe, 2013, Alemania). Exhibida
dentro del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (19 – 29 de julio) / Exhibida
dentro de Semana de Cine Alemán (15 de agosto – 1 de septiembre).
Conforme va a avanzando este drama al
interior de un hogar cualquiera en las periferias de Hamburgo (basado en un
hecho real) el cual involucra a un paria perteneciente a un culto de punks
cristianos y una familia que lo ha adoptado, sólo para poner a prueba su fe,
creándole un infierno terrenal, las escenas se tornan cada vez más
perturbadoras y el ambiente se vuelve insoportable. Uno de los relatos más
ojetes acerca de la intolerancia y el miedo a la otredad.
6 – The
Battery (Jeremy Gardner, 2012, Estados Unidos). Exhibida dentro de Macabro –
Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México (23 de agosto –
1 de septiembre).
El inteligente (e inesperado) giro dentro del
universo zombie… en el cual, curiosamente, lo que menos existen son los muertos
vivientes. Fungiendo como hombre orquesta y con sólo seis mil dólares en la
cartera, Jeremy Gardner, va tentando el terreno, con una premisa minimalista
ambientada en parajes desolados, presentando las personalidades disímiles de
dos sobrevivientes del pandemonium, sólo para poder desembocar en una de
las secuencias con mayor nivel de claustrofobia y terror en su estado puro que
ha dado el cine de género en varios años.
5 – Big Bad Wolves (Mi Mefahed Mezeev Hara, Aharon
Keshales y Navot Papushado, 2013, Israel). Exhibida dentro de Feratum –
Festival Internacional de Cine Fantástico, Terror y Sci-Fi (3 – 6 de octubre).
Un indomable y oscurísimo thriller que manipula
todas las reglas del género y que además se da el lujo de presumir unos
desconcertantes toques de humor relacionados con temas como la pedofilia, la
brutalidad policiaca así como la relación entre judíos y árabes. En estos
momentos, Park Chan-wook, Kim Ji-woon y toda la generación sudcoreana está
muerta de envidia.
4 – De
Tal Padre, Tal Hijo (Soshite Chichi Ni Naru, Hirokazu Kore-Eda, 2013, Japón). Exhibida
dentro de Festival Internacional de Cine de Morelia (18 – 27 de octubre) / Exhibida
dentro de Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional (18 de
noviembre – 21 de diciembre).
Con esta película, Hirokazu Kore-Eda reafirmó
su posición como un Yasujiro Ozu del nuevo siglo, tal vez no emulándolo en lo
estético (este siempre será uno de los grandes exegetas del espacio
profílmico), pero sí recuperando sus preocupaciones relacionadas con los
valores y códigos éticos con los que se rige la familia prototípica japonesa.
Lo de menos es que dos matrimonios se enteren que por un error en el hospital
los niños que han criado no son suyos; lo importante es que Kore-Eda desnudó a
este cuarteto de adultos para ver qué han hecho a favor de la perfeccionista
sociedad de su país. Y el último plano, a pesar de cerrar aparentemente de forma
optimista, en realidad es totalmente devastador.
3 – Mapa
(Elías León Siminiani, 2012, España). Exhibida dentro de Distrital – Cine y
Otros Mundos (4 – 9 de junio).
El relato autobiográfico del director español
Elías León Simiani acerca de un viaje hippie-trascendental a la India para
poder olvidar un fracaso romántico es una brillante docuficción que se burla
de las convenciones del género, mientras que irónicamente debe de seguirlas al
pie de la letra para concluir la película misma. Un juego metafílmico con
varias capas para desenvolver, cuyo espíritu markeriano crea un paralelismo
lingüístico que podría entenderse del siguiente modo: si funciona el cine,
funciona la vida.
2 – Buscando
a Sugar Man (Searching for Sugar Man, Malik Bendjelloul, 2012, Suecia-Inglaterra).
Exhibida dentro de Ambulante – Gira de Documentales (8 – 21 de febrero) /
Exhibida dentro del Foro Internacional de la Cineteca Nacional (12 de abril – 23
de mayo). / Estrenada el 28 de junio.
De acuerdo, de acuerdo, es chantajista, cursi,
tramposa y el protagonista, Sixto Rodriguez, ese profeta folk para las clases
trabajadoras, no es el primer ni el último caso donde la fama sorpresiva e
injustamente nunca llegó. Sin embargo, ver a ese par de fanáticos sudafricanos
describir excitadamente el momento en que recibieron la llamada telefónica de
su héroe, la misma que desmitificó toda una serie de rumores que habían girado
a su alrededor y que les cambió la vida para siempre fue emocionante, motivo
suficiente para incluirla en esta lista.
1 – Las
Historias que Contamos (Stories We Tell, Sarah Polley, 2012, Canadá). Exhibida
dentro de Ambulante – Gira de Documentales (8 – 21 de febrero).
Coincidiendo con Mapa en interrogarse “¿en verdad habrá alguien a quien le podrá
interesar mi historia y la forma como la cuento?”, en esta entrañable
reflexión acerca de la memoria, Sarah Polley entiende perfectamente que el
relatar cualquier hito verídico (en este caso su entorno familiar lleno de
oscuros secretos, fracasos, dolor y resentimientos), automáticamente convierte
a este en una ficción que eventualmente deberá de ceñirse a ciertos mecanismos
narrativos, reafirmarse y refrendarse, para que tenga un efecto ante el
interlocutor y comience una interacción, las palabras lo envuelvan y se sienta
parte del mismo. Vaya, como se articula cualquier película o novela.
Lo
Peor de 2013
10 – Vuelve
a la Vida (Carlos Hagerman, 2010, México). Estrenada el 5 de abril.
La buena: paulatinamente los personajes outsiders y sus desgracias lumpenes han
dejado de ser los protagonistas del cine documental. ¡Vaya, ya era hora!
La mala: ahora cualquier anécdota caprichosa
e insignificante es merecedora de una película.
Al parecer la payola, consistente en tostadas
de jaiba y empanadas de camarón, hizo efecto en más de un crítico. El
comentario era exactamente el mismo: el filme los transportó a Acapulco, y se
imaginaron recostados en una hamaca con un coco fizz en la mano. Sin embargo,
se está ante un relato que a duras penas da material para un cortometraje
acerca de un mitómano profesional que lo mismo cazaba tintoreras asesinas, que
conquistaba top models extranjeras en la década de los setenta. Ya cuando se
tiene que repetir hasta cuatro veces una secuencia de aíres épicos con la que se
presenta a todos los involucrados en la película la cual dura una hora y media
(inclusive el detrás de cámaras de la misma), se sabe que ahí no existía gran
cosa que contar.
9 – Ritmo,
Traición y Muerte: La Cumbia Asesina (Christian González, 2012). DVD.
Seguramente, en estos momentos, “El Combi”, o sea Jorge Luke, debe de
estar revolcándose en su tumba. Duele escribirlo pero ya no sólo es rigor o
inspiración de lo que carece Christian González (como ya había dejado en claro
con “42
Kilómetros de Angustia” o “Rojo Orgásmico”), sino es una
mínima convicción de filmar. Lo que el –todavía– “Rey del Videohome” hizo al reversionar su masterpiece de 1991, aquella que le abrió puertas y con la que se forjó
un nombre, es el equivalente de haber prostituido a una hija por unos cuantos
billetes, permitiendo que un par de pelafustanes se la cogieran por todos
lados.
¿Dónde quedó ese espíritu arrabalero de la
versión original, el cual hasta consiguió que en su momento el mismísimo “Güero” Castro declarara que era la
película más naca y prosaica que había visto en su vida (palabras que González
siempre ha considerado más valiosas que cualquier premio festivalero)? Se
extraña muchísimo el humor negro y ojete (por ejemplo, en la secuencia del
traficante de poca monta siendo sodomizado por un transexual); las locaciones
tangibles (pasaron de ser pringosas a asépticas y falsas); la jiribilla de los
diálogos (el único que intenta recitarlos con naturalidad es Tomás Goros y de
vez en cuando le salen); la violencia y el sexo cochambroso (como ya se está
volviendo costumbre con González, esas escenas que supuestamente incomodarán a
más de uno por su carácter explícito, terminan siendo risueñas –manos femeninas
cubriendo púdicamente genitales, coitos que se llevan a cabo sin ni siquiera
bajarse la bragueta o subirse la falda–).
Pero lo que en verdad encabrona es lo que se
le hizo a “Carmen”, el personaje
estelar de la película, al trasladarla a esta década. De ser la protagonista de
más de un sueño húmedo (gracias a la combinación de cachondería, carácter
dominante, femineidad y un dejo de ingenuidad), la encarnación de Tania
Robledo la convirtió en una mujer desagradable, con la que difícilmente
alguien quisiera involucrarse. Sinceramente “Carmen”,
la prostituta barriobajera que estaba empeñada en demostrarle a cualquiera que
ella y solamente ella era “La Reina”,
no merecía esto. ¡Perdónalos Eva Garbo!
8 –
Entre la Noche y el Día (Bernardo Arellano, 2011, México). Estrenada el 18 de
enero.
Ya conocemos la formulita de cabo a rabo:
tomar a una persona común corriente para que interprete a una versión ficcional
de ellal misma (en este caso un señor con una derivación de autismo) y colocarla
en diversas viñetas esquemáticas (ya sea recolectando artículos sin valor y
guardándolos en una vieja maleta cada vez que su abusiva familia le permite
salir de casa, ya sea vagando en una zona rural, o bien, conviviendo con un
campesino bienhechor), y finalmente intentar dotar a todas secuencias de algún
discurso. Pero se supone que el problema que aqueja al cine mexicano es que un
comediante famoso haya querido dirigir su película, o que un trío de mirreyes y
lobukis hayan sido los personajes del año…
7 – Klip
(Maja Miloš, 2012, Serbia-Montenegro). Exhibida dentro del Foro Internacional
de la Cineteca Nacional (12 de abril – 23 de mayo).
Sólo existe algo peor que una pedestre
película artsploitation que se cree
más inteligente que el espectador: una película que quiere verle la cara al
público. Así, las polémicas escenas sexuales de carácter explícito y crudo que
aparecen a través de todo este relato acerca de la nihilista juventud serbia,
las cuales supuestamente son protagonizadas por menores de edad, en realidad
son realizadas por actores profesionales de cine porno. ¿Qué pasó, no que muy
transgresora? Inevitable terminar irritado acabada la función.
6 – El
Hombre Detrás de la Máscara (Gabriela Obregón, 2013). ). Exhibida dentro de
Festival Internacional de Cine de Morelia (18 – 27 de octubre).
Después de ver este auto homenaje vergonzoso y
chaquetero hecho a modo por el Hijo del Santo (donde inclusive se atreve a afirmar, ahí como
no queriendo la cosa, que es mejor que su icónico padre), uno sólo quiere
hacerle segunda al siempre estimable Pepe Navar, y gritar desde una de las
primera filas de la sala: “¡Santito,
Santito, Santito…!”.
5 –
Panorama (Juan Patricio Riveroll, 2013). Exhibida dentro de Festival
Internacional de Cine UNAM (21 de febrero – 3 de marzo).
Un anónimo hombre de mediana edad huye del
ajetreo citadino para dirigirse a algún punto indeterminado del centro del país
(sí, otra vez esa premisa), para llegar a la vieja hacienda donde vive una tía
izquierdista a quien hace varios años que no ve (Ofelia Medina de capa caída,
interpretándose a sí misma), buscando hospedaje y un trabajo temporal. Además
de eso, pues no, no ocurre mucho más. Otra película de anécdota mínima, que se
caracteriza no sólo por una improvisación desastrosa y por insertar secuencias
reales donde caben mítines zapatistas en los cuales participa la propia Medina
o marchas que desembocan en el Zócalo; sino por una manufactura bastarda que
sonrojaría a un amateur (fotografía fuera de foco, sonido directo defectuoso,
emplazamientos torpes…). Tengo entendido que la película se encuentra enlatada.
Por el bien de todos, ojalá así siga permaneciendo.
4 – Public Hearing (James N. Kienitz Wilkins, 2012,
Estados Unidos). Exhibida dentro de
Distrital – Cine y Otros Mundos (4 – 9
de junio).
Uno comprende perfectamente que cada vez
existan más documentalistas nóveles que desean desafiar las reglas y que
piensan en otras opciones para poder contar una historia, siempre más originales,
más arriesgadas, más extravagantes. Pero caray, esto fue demasiado. El
realizador registró una larga audiencia pública en la que los habitantes de un
condado neoyorkino exponían sus motivos para oponerse a que Wal Mart expandiera
una sucursal en la localidad, para posteriormente recrearla en tiempo real con
actores. Y tal cual, de eso se trata la película, escuchar a cada uno de los
participantes describiendo los inconvenientes que provocaría la apertura de una
gigantesca tienda de autoservicio, mientras vemos detalles que la cámara capta con
encuadres cerrados (un hombre sirviéndose refresco en un vaso, otro limpiando
sus lentes, los pies de una mujer…). Tan entretenida como ver el Canal del
Congreso todo un día.
3 – Tapetum
Lucidum (Pablo Chavarría, 2013, México). Exhibida dentro de Distrital – Cine y
Otros Mundos (4 – 9 de junio).
Paralelamente a Cumbres (Gabriel Nuncio),
ese emotivo road movie fraternal inspirado en el famoso caso de nota roja
ocurrido hace ocho años en la exclusiva zona residencial regiomontana que da
título a la película; ese rescate docuficcionado hacia cierta actriz cubana
prácticamente olvidada por el imaginario colectivo hecho por Laura Amelia
Guzmán e Israel Cárdenas en Carmita; y un nuevo tour hacia el
inframundo norteño, teniendo al videohome mexploitation y al cine de acción
ochentero hollywoodense como sus únicas armas, emprendido por Marcelino Calzada
en la low budget En la Ciudad de la Furia;
el jóven biólogo Pablo Chavarría agarró la cámara de video para hacer su propia
Vete
Más Lejos, Alicia. Un cine irresponsable que mal entendió aquello de la
producción independiente, grabando sobre la marcha y sin tener una idea muy
clara acerca del lenguaje fílmico lo primero que se cruzó en su camino,
tratando de integrar esas imágenes aleatorias con una trama que involucra a una
joven mujer, vendedora en una tienda de instrumentos musicales, quien desea
abandonar su rutina en un pueblo donde nunca ocurre algo, aunque sin saber cómo
tomar las riendas de su vida… o algo así, pues después del minuto cinco del tracking
shot chambón que sigue a la chica por callejuelas hasta su casa, quien esto
escribe se perdió.
2 – Los
Invisibles (Les Invisibles, Sébastien Lifshitz, 2012, Francia). Exhibida dentro
de Ambulante – Gira de Documentales (8 – 21 de febrero).
Un grupo conformado por hombres y mujeres que
fácilmente han rebasado los setenta años, es reunido por el realizador francés
Sébastien Lifshitz para que cuenten sus experiencias. Y es que resulta que a
todos los une un factor en común: durante su adolescencia hicieron públicas sus
preferencias sexuales, y para sacarle aún más ronchas a la sociedad
conservadora de la época, muchos de ellos, se convirtieron en activistas y
disidentes. Pero… ¿quiénes son estas personas, por qué precisamente ellas
fueron las elegidas en participar? ¿Por qué debemos involucrarnos con estas e
interesarnos en sus vidas? Pésimamente narrada y editada, la cinta nunca lo
explica, ni lo justifica. Y cuando hay destellos de buen cine (aquella señora
carismática que describe detalladamente cómo empezó a practicar abortos
ilegales), le sigue un chiste malo (como todos con los que ha fastidiado cada
vez que aparece a cuadro), dicho por aquel campesino bisexual que cuida cabras.
Lo dicho: ahora cualquier hijo de vecino puede recibir su documental
1 –
Matar Extraños (Nicolás Pereda y Jacob Secher Schulsinger, 2013,
México-Dinamarca). Exhibida dentro de Festival Internacional de Cine UNAM (21
de febrero – 3 de marzo).
Juro que con toda la disposición del mundo,
me decidí en darle una nueva oportunidad a Nicky Pereda. Quizá, esta vez sí
encontraría aquella epifanía anhelada hecha por nuestro petit auteur. La manera de apreciar y concebir el cine podía
cambiar en solo sesenta y tres minutos de duración. Pero... no, por desgracia nuevamente
me rendí. Ocho películas después, y la cuestionable dialéctica ofrecida por
Pereda (ya diseccionada a cabalidad por el autor de este blog en un extenso
post dedicado al realizador), continúa intacta: ese estilo desprolijo, aquella
falta de imaginación en la retórica de su lenguaje fílmico, su pereza para
escribir guiones derivativos, y la insistencia de mezclar ambiguamente la
ficción con el documental, en esta caso, dividiendo la historia de tres
jóvenes, arquetipos del revolucionario mexicano, quienes se encuentran perdidos
en algún árido paraje, con los fallidos castings para encontrar a los actores
que puedan interpretar dichos personajes. Lo siento, pero esta fue la última ocasión que le concedo el
beneficio de la duda a Pereda.
Comentarios
Yo diría que más que su prosa es bastante descriptiva, honesta y en ciertos momentos clasificadora. Recomiendo al Justiciero de la noche que gugle cinéfago y vea si coincide con crítico.
¡PÚMBALE!
Es el murciélago
que anda romántico...
¿o era el crítico irónico de prosa estereotípica?