Sé lo que viste el fin de semana pasado/CII
Delta (Ídem, Hungría-Alemania-Francia, 2008), de Kornel Mundruczó. La ganadora del FIPRESCI en Cannes 2008 es una controladísima -visualmente hablando- tragedia arquetípica, casi bíblica. Un tipo (el músico Félix Lajkó, autor de la banda sonora de la cinta, que sustituyó al actor protagónico Kajos Bertók cuando éste murió a la mitad del rodaje) regresa a su comunidad natal, ubicada en el delta del Danubio, y se encuentra que no es exactamente bienvenido, pues su distante madre (Lili Monori) vive con su violento amante (Sándor Gáspár) que se siente amenazado por la juvenil presencia del hijo pródigo. El muchacho conoce a su guapa media-hermana (Orsi Tóth) y de inmediato entra en buena migas con ella... tal vez demasiado buenas. El asunto termina en una previsible tragedia, bellamente fotografiada por la cámara de Mátyás Erdély, claramente influida por su arrobo casi malickiano por la naturaleza que rodea a esa pequeña comunidad pastoral de la Hungría profunda. Como cineasta, Mundruczó -de quien no he visto ninguno de sus tres anteriores largometrajes- sabe dónde colocar la cámara, cómo hacer los cortes precisos para provocar la máxima atención y la banda sonora que eligió (Schubert, Popol Vuh y la música original de Lajkó) no tiene desperdicio. El tipo tiene sus recursos y los sabe usar; el problema es que la historia es demasiado derivativa. Delta es la típica película de festival de prestigio: lánguida, fatalista, impecablemente filmada, pero con una trama que no podría haberme interesado menos.
Doroty Mills: el Exorcismo (Dorothy Mills, Irlanda-Francia, 2008), de Agnès Merlet. La acabamos de reseñar aquí el viernes pasado. Lo repito: acaso el prinicipal motivo para revisarla es constatar el notable trabajo actoral de la debutante Jenn Murray. Por lo demás, estamos ante una suerte de entretenida re-elaboración de The Wicker Man (Hardy, 1973) con fantasmas de pilón.
Lluvia de Hamburguesas (Cloudy with a Chance of Meatballs, EU, 2009), de Phil Lord y Chris Miller. El tercer largometraje animado digitalmente de Sony sigue el camino de sus dos anteriores cintas -Open Season: Amigos Salvajes (Allers, Culton y Stacchi, 2006) y Reyes de las Olas (Brannon y Buck, 2007)-: se trata de una película para niños, con mensaje tan obvio como edificante y con un humor simplón pero efectivo. Una película entretenida, sin duda, pero tengo la sensación que pagué de más por la versión en 3-D que vi: no encontré nada que justificara el sobreprecio. Ni siquiera la imagen animada del mismísimo Peña Nieto. Mi reseña, mañana.
Comentarios
El exorcismo sigue pendiente y a Peña Nieto ni en una dimensión.
Por lo que dices de Open Season y Surf's Up, que no ví, las voy a rentar para reirme otro rato.
(Oye, sería la cuarta de Sony ¿no?: Final Fantasy.)