007 Quantum
He visto todas y cada una de las 24 aventuras jamesbondescas –las 22 “oficiales” y las dos que no lo son- y, aunque no las recuerdo todas perfectamente –las protagonizadas por Timothy Dalton se borraron de mi disco duro en cuanto salí del cine-, me siento suficientemente seguro como para afirmar que la nueva era de Bond, inaugurada con el sólido actor inglés Daniel Craig y la espléndida Casino Royale (Cambell, 2006) es, acaso, un poco –pero sólo un poco- demasiado seria y solemne para mi gusto.
El 007 de Craig es un hombre sin sentido del humor, sin sofisticación ni mundo, sin gadgets apantalladores. Estamos ante un espía rudo, duro y violento que le vale madre qué está tomando, que no tiene amigos ni amores, y que desconfía de todo y de todos. Es el Bond más serio y solitario de toda la historia y, atendiendo el desenlace del Bond número 22, 007 Quantum (Quantum of Solace, EU-GB, 2008), es probable que así seguirá en los próximos filmes.
La cinta dirigida por Marc Forster continúa la historia de Casino Royale: en busca de quien estuvo tras el sacrificio de su enamorada Vesper Lynd (Eva Green), el 007 ha capturado al oleaginoso Mr. White (Jesper Christensen) en Siena, Italia, en donde, en presencia de la mismísima “M” (Judi Dench), Bond pretende sacarle toda la sopa acerca de la organización secreta a la que pertenece. White sonríe, tranquilo, como priísta mirando el 2009: estamos en todas partes, tenemos gente donde sea y vamos ganando de todas, todas. White demuestra que dice la verdad y la película inicia precisamente con su huída.
Así pues, Bond empezará a atar cabos y viajará a Londres, Haití, Austria, Italia, Bolivia y puntos intermedios, tras el falso ecologista y filántropo Dominic Green (perfecto Mathieu Almaric, cual hermano humanizado pero perverso del Abe Sapien de Hellboy/Del Toro/2004 y 2008), quien es el cerebro maestro que mueve los hilos de la organización, levantado y tumbando gobiernos, apoyando a la derecha o a la izquierda, respaldando dictadores feroces o democráticos liberadores, pues a Green y a sus socios no les podría interesar menos la política. Lo que quieren es dinero y poder y, ahora, van tras los recursos naturales de Bolivia, respaldados por el gorila que nunca falta en este tipo de cintas y, por desgracia, también en la realidad (el actor mexicano Joaquín Cossío, muy en su papel).
Forster es un cineasta de talento, pero no es director de películas de acción y, por lo mismo, se protege echándole demasiada crema a los tacos. Por ejemplo, la secuencia del interrogatorio de Mr. White y su posterior huída, está editada paralelamente a una festividad popular que se lleva a cabo en la plaza central de Siena. El porqué de esta elección narrativa se me escapa, por más que no esté mal montada. Lo mismo sucede luego, cuando Bond interrumpe la reunión de Green con su caterva internacional de malosos, mientras todos ellos presencian un extravagante montaje de Tosca: ¿necesitaban Forster y sus guionistas invitar a Coppola a una cinta del 007?
En otros momentos, Forster maneja mucho mejor el filme. Por ejemplo, en la tensa relación materno-filial entre “M” y el 007, que se convierte, de hecho, en la relación central de la película. Esta vez el 007 tiene dos chicas Bond (la ucraniana con rostro latino Olga Kurylenko y la despampanante inglesa Gemma Aterton) pero al espía con licencia para matar lo único que le interesa es la aprobación de su seca jefa de pelo canoso. Así, solitario –más solo que nunca, de hecho-, terminará Bond su vigésimo-segunda aventura, tirando a la nieve lo único que lo ataba a Vesper Lynd, lo único que lo ataba a un pasado que pudo haber sido diferente.
En los créditos finales llega el descanso y la esperanza para los fans jamesbondescos: me refiero a la inevitable secuencia clásica en la que Bond camina de perfil para luego, de improviso, disparar hacia nosotros mientras escuchamos su celebérrimo tema musical. A lo mejor es señal de que para el Bond 23, Craig podría estar más relajado y, ahora sí, por lo menos, aprender a pedir un trago como se debe: “shaked, not stirred”.
Comentarios
Mil veces JCVD...
A mi también se me hizo dispar en algunas partes la cinta y de hecho se queda lejos, bastante lejos de Casino Royale, pero tengo que decir algo a su favor, esa secuencia de Bond peleando con el otro maloso cuando estan enredados en las cuerdas esas no tiene porgenitora. Solo por eso vale la pena el boleto...
pd, casi me duermo en esa parte de cuando Bond agarra a toda la punta de maloras y les toma fotos y no se que tanto... o sea, que flojera! y luego los balazos como en camara lenta en la cocina, como diría Paxton, what the fuck!!??
Muy dispareja, muy dispareja
Y otra cosa, disculpenme pero perdonenme, pero la tal Olga Kury-whatever no no no, nada que ver...
Vuelve Martin Campbell vuelve!!!
Cuando demontres va salir Q !!!???
No me importa que no le dé un super coche que vuele, con que salga y le dé una pluma aunque sea...
Yo también quería ver esa, SNIFF!
Jaja. Excelente paralelismo, Ernesto.
....................
He de confesar que esperaba mucho más de este James Bond 22; está bien que elimine los gadgets, pero su sequedad de ahora lo hace parecer más que un "espía con licencia para matar"... como un vil matón.
Y del guión, no soy experta pero se me hizo medio malón, a la vez que pretencioso con esa enredosa trama del control por el agua; me parece que tiene pegotes y huecos: el encuentro sexual de Bond con la señorita inglesa, como que salió de la nada. Y en la escena final, habría sido bueno ver lo sucedido entre Bond y el traicionero novio de Vesper Lynd; de perdis –aquí sí- que el dolorido James le metiera una buena golpiza.
Y Mr. 007 será muy solitario y amargoso, pero bien que se permite ser romántico y cliché: esa escena donde se toma 6 martinis -"vesper" como los bautizó en Casino Royale-, mientras contempla la foto de su amada… uf, como de canción de José Alfredo… y no me quejo, creo que esa si me gustó…
Saludos
Es una autoparoadia y autoburla de Jean Claude hacia si mismo?
no entiendo
Marichuy: Bueno, las tramas jamesbondescas nunca se han caracterizado por la lógica. Lo del agua boliviana es puro MacGuffin. Y en cuanto a la muchacha inglesa, no me quejo. Está mejor que la ucraniana... y es más simpática (más chica Bond, en realidad).
Es obvio que este Bond es menos el 007 de antes -digamos, antes de Casino Royale- y más un nuevo Bond. Un Bond diferente. A lo mejor es cuestión de acostumbrarnos.
Tyler again: Sí, por lo que he leído es un meta-thriller en el que vemos a Van Damme vegetar en Bélgica, sin que nadie lo pele. Tiene problemas económicos, maritales y demás: hay un asalto bancario, Van Damme está presente y todo mundo espera que actúe como en película de Van Damme. Más o menos de eso trata, hasta donde sé. Dicen que está interesante. Habrá que verla.
A lo que si no le pongo pero es a bond segun craig, ya se que muchos extrañan el bond cagado y desmadroso, pero francamente para eso ya tienen las demas pelis de la saga (que son demasiadas), ya era hora de ver el bond de fleming: un asesino sociopata alcohlico, relativamente encantador, que por pura casualidad resulta ser espia. Aqui si no estoy de acuerdo contigo ernesto: creo que la proxima debe de ser mas seria, ya que en quantum hubo momentos donde la imposibilidad fisica de las proezas de bond causo flashbacks desagradables de algunos de los momentos mas penosos (aunque en su momento muy divertidos) de la saga (¿quien olvida a brosnan surfeando un tsunami en die another day?)
La tercera probablemente va a acercarse más a las anteriores (Casino Royale no estaba tan alejada ni en estructura ni en humor) y hasta puedo pensar que ahí es donde presentarán de nuevo a Moneypenny y Q (¿M reestructurando a MI6, cerrando el control en un grupo muy limitado de oficiales cercanos para enfrentar a Quantum?)
Esta vez si fui el mero día del estreno, qué te puedo decir, soy fan. Sin duda se queda lejos de Casino Royale, pero tampoco podría decir que es mala o "dispareja", más bien es extraña, atípica. Me llamó mucho la atención la "destecnologización" de Bond y la desaparición de personajes emblemáticos...
Seguramente la volveré a ver en DVD, eso si, después de haber revisado la extraordinaria Casino Royale. Parece mentira, pero se me fueron varios detalles por no haber visto en la semana -pasada- su antecesora... no creí -y no sabía- que Quantum era de plano la continuación de Casino Royale.
Por cierto, ¿cuál crees que sea la peor cinta del 007?...
Otra cosa, ¿estas en el D.F. revisando la muestra internacional de cine?
Saludos
FABIO
Casino Royale instantaneamente la catalogué como una de las mejores, aún sin llegar al final yo ya sabía que estaba ante algo chingón, nuevo y diferente, una nueva etapa en la saga del agente seductor...... sin importame sus nuevas caracteristicas aportadas al personaje, la peli en su totalidad lograba que disculparamos todo.
Ahora con esto a mi me ha hecho cobrarle muy caro todo.
Nop.
Nadita me ha gustado.
Pero Casino Royale sigue siendo de mis favoritas.
Saludos.
En fin, puedo equivocarme.
Ah... Sí, y dijo el boletero del MMCinemas que la de Cuantun no la recomienda, que está mejor Max Paint'. Que está bien sarra, bien aburrida, como esa otra, Quémese después de leerse. Ah, y que no la estrenaron. No llegó.
A la joda con el MMCinemas.
Todos: El consenso es claro: Casino Royale es mucho mejor, sin duda.
---
En la segunda de Timothy Dalton (¿Su nombre es peligro?), filmada también acá en el rancho (todas las escenas de los trailers, precisamente -trailers hechos en Kenworth Mexicali, por cierto, a especificación de la producción y los pilotos infernales), memorables, para mal, dos escenas: una en donde Bond se sube a un trailer y cierra la puerta; sin mover el encuadre la toma se corta y se nota porque el trailer se mueve un poquito en el encuadre antes de arrancar, seguramente por el doble. ¿Dalton ni siquiera pudo arrancar el trailer? Lo que me lleva a la otra ridiculez: ah, pero qué tal hacer willies con el trailer simplemente jalando el volante, cual plebe en bicicleta.