En línea: Mujeres del siglo XX
Estoy convencido que la pobreza de la distribución
fílmica en nuestro país se debe, por un lado, a una dinámica
tecnológica/económica imparable –el derrumbe de los tiempos en las distintas
ventanas de distribución, la lenta pero segura preeminencia del streaming para el consumo de contenidos
audiovisuales televisivos/cinematográficos-, pero también, por otra parte, a
una simple pereza de nuestros distribuidores nacionales.
Véase
el caso una película estadounidense que, a pesar de haber recibido muy buenas
críticas y hasta una nominación al Oscar 2017, no mereció distribución
comercial en pantalla grande en nuestro país. No importa que el filme presuma
un excelente reparto y que, incluso, se trate de una cinta accesible para el
gran público. Por alguna razón que desconozco –pero que, sospecho, en este caso
es simple pereza y la aversión de tomar el mínimo riesgo-, la película no llegó
a México.
La
cinta en cuestión es Mujeres del siglo
XX (20th Century Women, EU, 2016), una sólida película femenina/feminista
que ya está disponible para su revisión en el sitio web de Cinepolis Klic por solo 40 pesitos.
Nominada
al Oscar 2017 a Mejor Guion Original, Mujeres
del siglo XX está ubicada en Santa Barbara, California, en 1979 y tiene como narrador en
off a Jamie (Lucas Jade Zumann), un adolescente de 15 años que vive, sin figura
paterna a la vista, en una enorme casa en perpetua renovación, al lado de su
más que madura madre liberal Doroteha (Annette Benning) que, para completar el
gasto, renta un par de habitaciones a una suerte de chalán hippioso llamado
William (Billy Crudup) y a una joven fotógrafa convaleciente de cáncer, Abbie
(Greta Gerwig). El cuadro de personajes lo completa la aventada adolescente
Julie (Elle Fanning), que no vive ahí, pero que acostumbra escalar hacia la
habitación de Jamie para dormir platónicamente con él. O sea, nomás para dormir.
El
pretexto que detona la acción cómico-dramática de la cinta es la enorme
diferencia generacional entre la Dorothea y su hijo Jamie –ella nació en plena
Depresión, el chamaco a mediados de los años sesenta-, por lo que ella le pide
ayuda a la feminista Abbie y a la precoz Julie que le ayuden a “educar” a su
hijo.
Como
en su anterior cinta, Beginners, así se
siente el amor (2010), el cineasta/guionista Mike Mills se muestra más
interesado en la descripción del carácter moral de sus personajes que en cualquier otra
cosa. Y en este caso, como el nombre del filme lo indica, la película está
centrada en esas tres mujeres del siglo XX de distintas generaciones –la mujer
de la Depresión, la joven baby-boomer
Abbie, la adolescente sesentera Julie- y cómo las ve el hombre que vive en
medio de ellas, el ocasional narrador en off Jamie.
Sin embargo, Mills es demasiado buen guionista para
convertir a Jamie en el único filtro por el que conocemos y analizamos a todos estos
personajes: su voz –que, de hecho, es la voz del propio cineasta, apenas disfrazada- es alternada
con la de Dorothea que, a lo largo del filme, nos informará de su pasado y
hasta de su futuro, cual juego narrativo cortazariano, en el que madre e hijo
funden sus voces para contar una historia común que, por la diferencia de
perspectivas, resultará ser tan diferente. Pero es lo que sucede siempre:
padres e hijos compartimos la misma historia y, al mismo tiempo, vivimos en
épocas muy distintas.
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