Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCLIV
El Brillo de los Días (Der Glanz des Tages, Austria, 2012), de Tizza Covi y Rainer Frimmel. El cuarto largometraje de la pareja de cineastas formada por Tizza Covi y Rainer Frimmel -segundo de ficción después de La Pivellina (2009)- es, para variar, una muy sencilla película interesada más en el retrato humano de sus personajes que en la historia que apenas si alcanza algún grado de desarrollo. El retirado cirquero Walter (el auténtico cirquero Walter Saabel, mejor actor en Locarno 2012) llega a Hamburgo a conocer a su sobrino, el ascendente actor teatral Philipp Hochmair (él mismo), quien vive, goza y disfruta cada obra en la que participa, cada personaje que encarna, sea Woyzeck, Werther o El Gato con Botas.
El viejo con "bigotes de mongol" y el joven actor workhólico son aparentemente muy distintos pero, en realidad, muy similares: los dos se muestran orgullosos de lo que hacían o lo que hacen (Walter de sus épicas peleas con osos de circo, Philipp de que puede cambiar de piel en cuanto sube al escenario), los dos están distantes de la familia (Philipp tiene una relación distante con su padre, que no quiere saber nada de su medio hermano, Walter), y los dos son capaces de un súbito arranque de solidaridad con cierto vecino padre-soltero a quien pretenden ayudar, en el abrupto pero lógico final abierto, a traer ilegalmente a la esposa/madre desde Moldavia. No es de extrañar que esta modesta película haya ganado una mención especial por parte del Jurado Ecuménico en Locarno 2012.
Mea Maxima Culpa: Silencio en la Casa de Dios (Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God, EU-Irlanda, 2012), de Alex Gibney. Acabo de escribir largo y tendido de este documental por acá.
El viejo con "bigotes de mongol" y el joven actor workhólico son aparentemente muy distintos pero, en realidad, muy similares: los dos se muestran orgullosos de lo que hacían o lo que hacen (Walter de sus épicas peleas con osos de circo, Philipp de que puede cambiar de piel en cuanto sube al escenario), los dos están distantes de la familia (Philipp tiene una relación distante con su padre, que no quiere saber nada de su medio hermano, Walter), y los dos son capaces de un súbito arranque de solidaridad con cierto vecino padre-soltero a quien pretenden ayudar, en el abrupto pero lógico final abierto, a traer ilegalmente a la esposa/madre desde Moldavia. No es de extrañar que esta modesta película haya ganado una mención especial por parte del Jurado Ecuménico en Locarno 2012.
Mea Maxima Culpa: Silencio en la Casa de Dios (Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God, EU-Irlanda, 2012), de Alex Gibney. Acabo de escribir largo y tendido de este documental por acá.
El Paciente Interno (México, 2012), de Alejandro Solar Luna. Otro notable documental, en este caso del debutante y egresado del CUEC Solar Luna. El centro del filme está ocupado por un anciano "en condiciones de calle", don Carlos Castañeda, que pasó 23 años en un hospital psiquiátrico sin haber cumplido los trámites legales necesarios. ¿La razón?: porque intentó asesinar al Presidente Gustavo Díaz Ordaz. Mi crítica, en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Tercera Llamada (México, 2012), de Francisco Franco. El tardío segundo largometraje de Franco es una eficaz comedia "detrás del telón" sobre el accidentado montaje del Calígula de Camus. La cinta funciona como una suerte de reunión de amigos y compañeros de Franco, un exitoso director teatral, televisivo y cinematográfico. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Comentarios
En fin, según mis archivos todavía hay como 5 o 6 películas del maestro que no he podido ver y una de ellas es su opera prima, misma que exhibieron la semana pasada en la mencionada cineteca.
Musicalizada con piano en vivo y recién restaurada por el -bendito sea- British Film Institute, sala con un 95% de ocupación y una breve introducción por parte de uno de los académicos de la cineteca, la función fue un lujo que por 80 pesos que me costaron los boletos (2) debo decir, que fue como robar, la verdad.
Cuando se apagaron las luces y empezó a correr la cinta y aparecieron los primeros créditos y vi en la pantalla: "Assistant Director: Alma Reville" fue emocionante y emotivo.
Una vez que acabó la película y se encendieron las luces, el respetable aplaudió emocionado. Contagiado, hice lo mismo.
Una velada increíble.
¿La película? Interesante, a pesar de no tener muchos de los elementos característicos del cine de Hitch, si que tenía uno que es muy importante: sentido del humor. Hay varios gags bastante simpáticos que hacen reir mucho. Otra cosa es que ya desde esos entonces ese Hitch era un pícarón, las muchachas salen bastante destapaditas y las escenas que insinúan sexo son muy ingeniosas, como esa donde un par de recién casados pasan la noche juntos y lo único que vemos es una manzana mordida al siguiente día. Un momento muy Lubitsch si ustedes gustan...
No me pareció taaan mala la película. Es mas, hay mas cine en un fotograma de esa película que en toda la filmografía de Dennis Dugan.
Saludos!