Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXLVII

Ted Bundy: Durmiendo con el asesino (Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile, EU, 2019), de Joe Berlinger. El segundo largometraje de ficción del documentalista Berlinger es un acercamiento a uno de los más letales y célebres asesinos seriales de la segunda mitad del siglo XX: Ted Bundy. Como esta película fue realizada casi al mismo tiempo que la miserie televisiva documental Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy (2019), también dirigida por Berlinger y estrenada hace unos meses en Netflix, las dos obras -la ficción y el documental- se superponen y complementan. Escribiré sobre ellas en los próximos días.

¿Conoces a Tomás? (México, 2019), de María Torres. Escribí de la opera prima de Torres por acá.

Golem: la leyenda (The Golem, Israel, 2018), de Doron y Yoav Paz. Escribí del segundo largometraje de los hermanos Paz (JeruZalem, 2015) por acá, con todo y revisión del clásico El golem (Wegener y Boese, 1920).

No me ames (Love Me Not, Grecia-Francia, 2017), de Alexandros Avranas. Escribí de esta cinta perteneciente a la Greek Weird Wave por acá.

La casa lobo (Chile-Alemania, 2018), de Joaquín Cociña y Cristóbal León. La opera prima animada realizada a lo largo de cinco años por Joaquín Cociña y Cristóbal León fue el auténtico OCNI -Objeto Cinematográfico No Identificado- del pasado 39 Foro de la Cineteca. Se trata de un elusivo largometraje animado en stop-motion -con elementos provenientes del dibujo y hasta de la pintura- que permite hacer conexiones con los cuentos infantiles de los Hermanos Grimm, los delirios imaginativos lewiscarrollianos y el impulso surrealista de Jan Svankmajer.
Una voz en off con acento alemán acompaña una suerte de documental propagandístico acerca de una colonia ubicada en algún lugar de Chile. El mismo narrador -un pastor, nada menos- es el encargado de contar la historia de María (voz de Amalia Kassai), una niña que dejó la colonia por huir de un castigo debido a que, por un descuido, se habían escapado tres puercos. Lo que veremos a continuación es la delirante historia animada de María, que llega a la casa del título, huyendo del lobo que se encuentra en el bosque. En ese hogar, recoger a dos puerquitos (Ana y Pedro), que se transformarán en cerdos con pies y manos humanas y a los que criará como sus hijos.
La animación, realizada como si se tratara de una sola toma sostenida, funciona como un continuo y fascinante work-in-progress en el que las figuras de papel maché se crean y se deshacen, los dibujos de las paredes cobran vida, los personajes se transforman constantemente, en un impulso imaginativo que no parece tener fin pero sí un objetivo muy claro: envolvernos de tal forma en el inabarcable mundo creado por Cociña y León que todo lo demás -incluyendo el contexto social, político e histórico de la anécdota- queda en segundo plano.

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