Avenida Cloverfield 10
Cuando
se anunció el inminente estreno de Avenida
Cloverfield 10 (10 Cloverfield Lane, EU, 2016), opera prima de Dan Trachtenberg, su productor, el influyente J. J.
Abrams, advirtió que se trataba de una secuela “espiritual” de Cloverfield: Monstruo (Reeves, 2008), aquella
curiosa monster-movie que el propio
Abrams produjo hace casi una década. Pero, ¿qué quiere decir, exactamente, “secuela
espiritual”? Ni idea: en todo caso, pareciera significar que no se trata, en
realidad, de ninguna continuación.
En efecto, más allá de la palabra “Cloverfield”
en el título, la película dirigida por el debutante Trachtenberg no se parece
en nada en la forma ni en el fondo al filme de 2008, un disparejo ejercicio estilístico
cuya mayor audacia fue construir toda la historia a través de la mirada
subjetiva de una camarita manipulada por algunos de los personajes.
Avenida
Cloverfield 10 es bastante más convencional en la forma pero, también, más
lograda. Estamos en Estados Unidos, tiempo presente. La joven aspirante a
diseñadora de modas Michelle (Mary Elizabeth Winstead, casi treintona pero
todavía con rostro adolescente) deja su departamento, su novio y sus llaves
tras de sí, y huye en su auto con rumbo desconocido. En la carretera, sufre un
accidente y, al despertar, se encuentra esposada a una cama.
Howard (John Goodman), su voluminoso
salvador/secuestrador, le dice que están varios metros bajo tierra, que allá
arriba Estados Unidos ha sido atacado (por rusos, chinos, marcianos, sepa por quién),
que el aire es irrespirable y que ella está aquí más segura. Michelle no acepta
los dichos de Howard, por más que en el mismo lugar aparece un tal Emmett (John
Gallagher Jr.), un vecino del lugar que confirma lo dicho por Howard. De hecho,
él no está secuestrado sino que entró a ese búnker por propia voluntad,
rogándole a Howard que le diera un espacio.
Durante la primera parte de la
cinta, el argumento escrito por Josh Campbell y Matthew Stuecken juega con la
incredulidad de Michelle, quien no cree una palabra de lo que dice Howard, y
con lo que sabemos nosotros como espectadores. Al inicio de la película vemos que,
en efecto, hubo algún temblor en la ciudad y luego, cuando ella está por la
carretera, Michelle escucha en el radio que ha habido cortes de energía
recurrentes. ¿No será que Howard tiene razón y algo ha sucedido “allá arriba”? Sin
duda el tipo es un paranoicazo, pero incluso los paranoicos pueden tener la
razón.
Avenida
Cloverfield 10 está sostenida pues, en esa primera media hora, en la
incertidumbre argumental de lo que está sucediendo arriba del búnker. Luego, viene la
primera vuelta de tuerca, cuando la duda queda más o menos resulta. Y, al
final, llegará otra más, que no resultará tan sorprendente, porque el propio
póster de la película nos la adelanta. En cuanto a la forma, Trachtenberg
descansa en gran medida en su trío de intérpretes y en una puesta de imágenes
que privilegia los primeros planos, las tomas cenitales y los encuadres
cerrados, claustrofóbicos.
Cuando llegamos al desenlace, cuando todos los
misterios han sido revelados, queda claro que toda la película ha sido apenas
el prólogo para esos últimos minutos, en los que hemos sido testigos de la
transformación de Michelle en otro tipo de mujer.
Si
en un diálogo clave con el buenazo de Emmett, Michelle confiesa que se arrepiente
de haber sido siempre una persona pasiva y apocada –su hermano la defendía de
los abusos paternos, alguna vez fue testigo del maltrato de una niña sin que se
animara a hacer algo, cuando tuvo problemas con su novio lo primero que pensó
es huir-, hacia el final de Avenida
Cloverfield 10 Michelle ha cambiado por completo: se ha convertido en una ingeniosa
y determinada combatiente, capaz de enfrentarse a los monstruos de cualquier
tipo, de cualquier tamaño, de cualquier planeta. Una Ripley para el nuevo siglo.
Comentarios
Creo que fui de los pocos a los que les gustó la versión....como se le quiera llamar, de hace algunos años, y a pesar de ver un hilo que las une, no las meto en la misma caja.
Confieso que si me hizo pensar en algun momento en Ripley, pero se me hizo mas cercana a Sarah O'connor.
John Goodman estupendo.
2046
hoygan hoygan hoygan, ya vimos Hail, Caesar! de los Coen: WOW
Lo que me pareció un poco fallido es el final. Y a continuación voy a citar a mi acompañante, con cuya opinión coincido plenamente:
SPOILERS OJO!!!
Mi esposa me dijo, "tanto trabajo que les costó librarse de John Goodman para que saliendo se deshaga del alíen en tres patadas con una bombita molotov"
FIN DE SPOILER
Claro, Karla fue lapidaria y no le gustó nada la cinta. A mí me pareció muy entretenida y bien lograda, sobre todo en esa primera parte inquietante y opresiva...