A 50 Años de la Nueva Ola Francesa/IV
Para cuando Alain Resnais dirigió su primer largometraje oficial, Hiroshima Mi Amor (Hiroshima Mon Amour, Francia-Japón, 1959) -en realidad se trata del segundo, porque su primer largo, Ouvert pour Cause d'Inventaire (1946), se ha perdido por completo-, el cineasta bretón ya era reconocido como uno de los grandes creadores del avant-garde galo de los 40/50: su cortometraje Van Gogh (1948) había ganado el Oscar 1950; otro de sus cortometrajes, Guernica (1950), había revolucionado el cine sobre arte; su documental Nuit et Brouillard (1950), sobre el Holocausto nazi, había sido unánimemente reconocido por su originalidad.
Sobre un guión excesivamente literario de Marguerite Duras, la cinta muestra el banal y fugaz encuentro amoroso de una actriz francesa (Emmanuelle Riva) con un arquitecto japonés (Eiji Okada) en la Hiroshima del título. La mujer se encuentra ahí filmando una "película de paz" y aunque afirma ser feliz en su matrimonio -el japonés dice lo mismo-, ello no la detiene para hacer el amor con el desconocido arquitecto al que probablemente nunca verá más en cuanto salga de Japón. En varias conversaciones, la anónima actriz le confesará al también anónimo arquitecto un secreto que ha permanecido sepultado durante varios años y que concierne a un amor que tuvo en la ocupación alemana de Francia, en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque casi desde el inicio fue considerada por muchos como la primera obra maestra de la nouvelle vague, debo confesar que, en mi opinión, la cinta ha envejecido mal. Los primeros 15 minutos siguen siendo, eso sí, extraordinarios -se trata de las imágenes de una pareja hablando y haciendo el amor, alternadas con terribles imágenes documentales de los estragos de la bomba en Hiroshima-, pero a continuación, cuando la pareja se encuentra, habla, se vuelve a encontrar, vuelve a hablar y se vuelve a encontrar... Honestamente, llega un momento que todo el asunto me parece tedioso.
El mismo Resnais ha dicho que Hiroshima... es un filme "anticuado" y no podría estar más de acuerdo, si por "anticuado" entendemos como "pasado de moda" o, mejor aún, "sobrepasado". Resnais haría mucho mejor cine a continuación y, de hecho, acabamos de disfrutar de su más reciente obra maestra, Pasiones Privadas en Lugares Públicos (2006). Pero, bueno, si no ha visto Hiroshima, Mi Amor, debería de todas formas darle una revisada. No crea todo lo que lea... mucho menos en este blog.
Hiroshima Mi Amor se exhibe hoy en la Cineteca Nacional.
Sobre un guión excesivamente literario de Marguerite Duras, la cinta muestra el banal y fugaz encuentro amoroso de una actriz francesa (Emmanuelle Riva) con un arquitecto japonés (Eiji Okada) en la Hiroshima del título. La mujer se encuentra ahí filmando una "película de paz" y aunque afirma ser feliz en su matrimonio -el japonés dice lo mismo-, ello no la detiene para hacer el amor con el desconocido arquitecto al que probablemente nunca verá más en cuanto salga de Japón. En varias conversaciones, la anónima actriz le confesará al también anónimo arquitecto un secreto que ha permanecido sepultado durante varios años y que concierne a un amor que tuvo en la ocupación alemana de Francia, en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque casi desde el inicio fue considerada por muchos como la primera obra maestra de la nouvelle vague, debo confesar que, en mi opinión, la cinta ha envejecido mal. Los primeros 15 minutos siguen siendo, eso sí, extraordinarios -se trata de las imágenes de una pareja hablando y haciendo el amor, alternadas con terribles imágenes documentales de los estragos de la bomba en Hiroshima-, pero a continuación, cuando la pareja se encuentra, habla, se vuelve a encontrar, vuelve a hablar y se vuelve a encontrar... Honestamente, llega un momento que todo el asunto me parece tedioso.
El mismo Resnais ha dicho que Hiroshima... es un filme "anticuado" y no podría estar más de acuerdo, si por "anticuado" entendemos como "pasado de moda" o, mejor aún, "sobrepasado". Resnais haría mucho mejor cine a continuación y, de hecho, acabamos de disfrutar de su más reciente obra maestra, Pasiones Privadas en Lugares Públicos (2006). Pero, bueno, si no ha visto Hiroshima, Mi Amor, debería de todas formas darle una revisada. No crea todo lo que lea... mucho menos en este blog.
Hiroshima Mi Amor se exhibe hoy en la Cineteca Nacional.
Comentarios
Recuerdo que me encantó. Quizás por el momento en que la ví, no sé.
Creo que las historias de amor ya no son como antes.
Saludos y gracias por el recuerdo
Nada mas algo, jejeje... ¿antidoto?, jaja.. de plano el cine de verano es una enfermedad?
Saludos
D-47: Pues no, no es veneno, pero sí es empacho. En el Gran Silencio es para des-empacharse. Pero conste: es todo lo contrario a un filme veraniego.
Es pregunta.
Yo leo tu reseña hasta mañana. A ver si me guardaron el Reforma.
Y sobre Resnais...una mentada de madre que su catálogo sea tan inaccesible.