Made it, Ma! Top of the world!
"Los actores son ganado", reza el célebre dictum hitchcokiano. En sentido contrario, el gran James Cagney (1899-1986) pensaba otra cosa: de todos los directores con los que trabajó en sus más de 60 filmes, sólo Raoul Walsh se salva y eso porque a él, a Cagney, lo dejaba en paz mientra el cineasta preparaba la cámara y coordinaba la acción en la obra maestra noir Alma Negra (1949). Cagney despreciaba a los jefes y guardaba su solidaridad y afecto para sus compañeros actores, técnicos, cinematógrafos, escritores... ¿Los directores?: una bola de lambiscones buenos-para-nada.
John McCabe, en la canónica biografía Cagney (Da Capo Press, 1999, 464 pp.) recoge la siguiente declaración del combativo y difícil actor neoyorkino: "direction is implicit in the writing, and if you've got a good script, competent actors, and a fine cameraman you barely need a director".
Para Cagney, Mervin LeRoy era un tipejo que explotaba a todo mundo para quedar bien con los dueños de los Grandes Estudios; Anatole Litvak, un dictador alemán tan engreído que comía solo; John Ford, un borrachales que tuvo que ser sustituido por su aborrecido LeRoy en Mister Roberts (1955) -la versión oficial afirma que Ford tuvo que dejar la filmación por enfermedad, algo que no necesariamente contradice el dicho de Cagney-; Billy Wilder, un obsesivo que obligó a Cagney a repetir unas líneas de diálogo casi 60 veces en la subvalorada sátira anticomunista Uno, Dos, Tres (1961)...
Además de Walsh, el otro director que medio se salva en la diatriba de Cagney es Michael Curtiz, quien dirigió al chaparrín actor en el filme que le dio su único Oscar, Yankee Doodle Dandy (1942): Curtiz "was a pompous bastard... but he sure as hell he knew how to treat the camera... He left me alone because he knew I'd knock him on his ass if he didn't... A bright man. Intelligent. Yet he never learned one of life's -and art's- basic rules: be good to actors, and they'll be good to you".
Cagney perteneció a la generación pre-Actor's Studio y detestaba intelectualizar su trabajo: "How do you become an actor?: Just become one. Don't sit around thinking about it. Do anything that will let you sitck around so you can soak it up".
Dicho de otra manera, los que afirman que Brando es el ejemplo perfecto del actor talentoso, carismático pero difícil de manejar... no conocieron a Cagney.
Comentarios
Y bueno, aunque le pese a Arriaga y congéneres, sin el director, la película es nada. No es posible concebirla nada más en papel y tinta. Lástima.
Saludos,
La definición y ejemplo de a eso, es R-Rated, así que así la dejo.
Un saludote.
Villamelón: En efecto. De hecho, la estrategia de Wilder para "romper" a Cagney fue esa: hacerlo repetir líneas tras línea una y otra vez, para decirle: "yo mando". Nunca se lo perdonó Cagney, por supuesto.
Paxton: Imagínate la opinión de Cagney sobre el cine de autor. Ahora que, autores hay muchos: en general, entendemos que es el director, pero el productor puede tener mucha influencia. O la casa productora: Walden Media en el cine familiar/religioso/infantil, Pixar en la animación del siglo XXI...
Duende: Da ejemplo y definición, hombre.
Profesor: Efectivamente, Cagney sólo tiene elogios para Walsh. Por algo será.
Y es interesante, por lo menos para mí, mucho de este sistema hollywood "intercambiable", fue inspiración para la formulación de la teoría de autor.
De acuerdo con lo que dices, muchas veces el productor es el autor (Arriaga produciendo el bufalito) o la productora.
P.D. No hay Huésped. Oh, iluso de mí. :/
= )
¡Batman!
¿Listo?
Made it Ma! KING OF THE WORLD!!!
(ay, perdón, película equivocada...)
Aunque me falta mucho por ver de Cagney, mi actuación favorita suya es en The Roaring Twenties. Bogart encontró en Cagney al único que podía robarle cámara.
Aunque One, Two, Three es una de las de Wilder que menos me gustan, creo que es un admirable homenaje a ese estilo de comedia de 100 palabras por segundo de His Girl Friday. Cagney es lo mejor de la película, sin duda.
Saludos!