Cuando el destino no nos alcanzó... todavía
Hojeo un Sight and Sound de hace casi una década -marzo de 2000, para ser exactos- y leo el editorial de la página 3. En él se daba cuenta del estreno británico de Toy Story 2 (Lasseter et al, 1999) en proyección digital en una que otra sala elegida especialmente para ello. El DLP Cinema, auguraba el editorialista de Sight and Sound, ha llegado para quedarse: muy pronto todas las salas del mundo exhibirán cine de esta manera y acaso en una década, apostaba el redactor, las latas de cine serán parte de la historia. Todos los cines tendrán proyectores digitales de la última generación, las películas serán enviadas a través de la red, los dueños de las salas fílmicas descargarán el archivo respectivo del filme y, luego, con una calidad prístina, sin rayaduras ni quemaduras de ninguna especie, podremos ver la cinta en una enorme pantalla digital. Y esto no es nada, dice el optimista redactor de hace diez años: esta facilidad para distribuir el cine a través del ciberespacio, hará posible que el cine arriesgado, independiente, no comercial, pueda llegar a más salas a cualquier parte del mundo.
Leo de nuevo el susodicho editorial y encuentro un elemento que se ha cumplido al pie de la letra: la distribución a través de la red de casi cualquier tipo de cine... aunque no siempre de forma legal y sólo en los hogares de los más tecnológicamente adelantados. Y encuentro otro que todavía no se cumple y que, por lo visto, no se cumplirá tan rápidamente como se auguraba: la desaparición del celuloide y el dominio de la producción y exhibición digital. Pero, bueno, ya lo dijo Mark Twain: no es sabio hacer predicciones, especialmente acerca del futuro.
Leo de nuevo el susodicho editorial y encuentro un elemento que se ha cumplido al pie de la letra: la distribución a través de la red de casi cualquier tipo de cine... aunque no siempre de forma legal y sólo en los hogares de los más tecnológicamente adelantados. Y encuentro otro que todavía no se cumple y que, por lo visto, no se cumplirá tan rápidamente como se auguraba: la desaparición del celuloide y el dominio de la producción y exhibición digital. Pero, bueno, ya lo dijo Mark Twain: no es sabio hacer predicciones, especialmente acerca del futuro.
Comentarios
¿Más cine independiente proyectado en salas de cadenas? Cuando los pericos mamen.
Y muera ese fiasco llamado Blue Ray. Larga vida a la Nueva Carne... Y ya, metámosnos viejos VHS's en nuestro cuerpo...
(Josafat, tal vez los pericos sí mamen, pero encontrarle las chichis a las pericas, eso sí no está tan cuichi...)