El Divo


La confusión reina en El Divo (Il Divo, Francia-Italia, 2008), cuarto largometraje del ascendente –y, por desgracia, desconocido en México- Paolo Sorrentino. Pero, aclaro, esta dispersión no es un defecto de la película: es la característica central que la define y que la convierte, de hecho, en uno de las más absorbentes cintas políticas que he visto en mucho tiempo.

Estamos en Italia, a inicios de los 90, en el último periodo del siete veces primer ministro italiano Giulio Andreotti (formidable Tony Servillo). En apretadas dos horas de duración, Sorrentino nos mostrará al inexpresivo e inescrutable político demócrata-cristiano a través de una impresionista crónica acusatoria/analítica/expiatoria del auténtico “innombrable” de la política italiana en el último medio siglo, el hombre que, a los 90 años de edad y desde su escaño de senador vitalicio, sigue siendo hoy en día un punto de referencia en el Estado italiano.

Así, a través de la móvil y elegante cámara de Luca Bigazzi y contrapunteando la avalancha informativa que recibimos (nombres, datos, fechas, rostros) con una ecléctica banda sonora de corte scorsesiano, Sorrentino sigue el deslizamiento –Andreotti no camina: repta- de este desconcertante animal político que, se dice, le daba consejos al Papa sobre el Vaticano; que, se dice, tenía tratos inconfesables con la Mafia; que, se dice, dejó morir a su compañero de partido, secuestrado por las Brigadas Rojas, Aldo Moro; que, se dice, fue el instigador de no pocos asesinatos –o suicidios sospechosos- de políticos y banqueros…

Uno intuye que Sorrentino cree en todas estas acusaciones –que, por otra parte, nunca han sido probadas-, pero su posición personal no interfiere en el fascinante retrato de esta esfinge que no deja que sus emociones salgan a relucir, que mira siempre de soslayo, que respira política por cada poro de su cuerpo y que no carece de un agudo sentido del humor con el que ataca y se defiende de amigos y adversarios.

Sorrentino cita a sus maestros –Coppola, Scorsese, Fellini- con vigor y seguridad. No está copiando nada, sino haciendo suyo lo que otros empezaron tiempo atrás. La envidia corroe: ¿cuándo el cine mexicano se atreverá a acercarse así a nuestros innombrables?

Comentarios

Guillermo dijo…
¿Aventarse una biopic sobre Hank González?

Mmmm no, no creo que Mandoki ni Diego Luna me la quieran financiar.
Christian dijo…
una biopic sobre Fox estaría buenísima

Puro folklor
Guillermo dijo…
"una biopic sobre Fox estaría buenísima"


Nel... sus pendejadas ya ni a la risa mueven.

En su momento les dije a todos que no votaran por ese imbécil. De veras que a veces duele tener razón.
Christian dijo…
como no? Imagínense un plano secuencia que terminara con el mítico "comes y te vas"

Sería legendario carajo!

Jajaja
Guillermo dijo…
Fuera de guasa, el mejor tratamiento cinematográfico de Fox está en Quién es el Sr. López y Fraude: México 2006 de Mandoki. Véanlas.

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