Zapeando/IV
Hace unos días, zapeando en la televisión, me encontré con los minutos finales de Corona de Lágrimas (1968), de Alejandro Galindo. Un melodrama familiar chantajista en su mejor/peor expresión, este filme está basado en una telenovela de éxito de 1964, a su vez basada en la infaltable radionovela.
A estas alturas del juego, el maestro Galindo, ya en franca decadencia, tomaba cualquier chamba que le ofrecieran, con tal de seguir filmando. Sin embargo, como bien señala Jorge Ayala Blanco en las sabrosas páginas que le dedica al Galindo declinante en La Búsqueda del Cine Mexicano (UNAM, Cuadernos de Cine, 1974, pp. 40-53), el director de Campeón sin Corona (1946) siempre trata de "salvar" las películas que hace. Por más mediocres que sea el material que filma, uno puede encontrar joyitas visuales/dramáticas por aquí y por allá.
Esto sucede en Corona de Lágrimas: Juan Ferrara, el hijo delincuente de la sufrida Marga López, cae en el bote por un fraude farmaceútico. Recluido en la cárcel, recibe la visita de su noviecita santa.
La escena está resuelta por Galindo con una admirable vitalidad: agilidad de los cortes entre el pasillo de donde salen los presos y la fila de las mujeres que esperan ver a sus maridos. La ternura y el humor populista de Galindo se dejan ver también de inmediato: las parejas se abrazan como si se encontraran en la plazuela, las miradas de amor se cruzan entre hombres y mujeres y un preso le reprocha a la mujer que se está viendo con algún compadre y cuando el preso le da una cachetada a la hipotética mancornadora y un policía interviene para defender a la golpeada, ésta protesta airadamente ("¡Es mi marido! ¡A usted que le importa!").
La cereza del pastel llega en el momento final de la escena: Ferrara abraza a su noviecita santa en el pasillo, rumbo a verse a solas en una celda. Apenado, Ferrara le dice a la muchacha que es jueves, no martes. Los martes es de visita familiar. Los jueves, de visita conyugal. La muchacha baja la mirada, turbada, penosa. Pero luego, desafiante, dice que ya es su mujer ante Dios. Beso apasionado. Los dos entran a la celda privada y ¿privados?
Visualmente, ese momento es una delicia: el encuadre toma a Ferrara de perfil. Él se encuentra tras la puerta de la celda, en la izquierda del encuadre. No se ve nada de su cuerpo, a no ser su rostro, que se atisba a través de una puertecilla. En la parte derecha del encuadre, la muchacha, anhelante, en plano medio, ve a Ferrara, baja la mirada, dice sus palabras, se interrumpe. Mientras ella no decide entrar con él a la celda, los dos permanecen en el mismo encuadre, pero separados visualmente por la puerta entreabierta. Cuando la novia decide dar el buen paso -en este melodrama el sexo prematrimonial con un preso es algo bueno- el encuadre cambia para fundir a Ferrara y la mujer en una imagen, en un beso.
Cuántos cineastas mexicanos tendrían que aprender de Galindo. Incluso de este Galindo declinante. Yo conozco uno que otro aprendiz que escribe mejor de lo que filma. Y esto es un decir.
Comentarios
Valdrá la pena la nueva de Clint Eastwood que estrenan mañana Ernesto?
es que a veces Morgan Freeman me cansa, como que siempre sale de Morgan Freeman
jo
Ah, esas funciones dobles.
creo que eastwood tendrá que esperar je
por cierto, Rafael menciona algo de que es notable que Jason Reitman tenga 32 años, por lo cual me surgio la siguiente duda Ernesto,
ha habido algún cineasta que haya hecho una gran película, digamos con menos de 30 años? o 25 tal vez?
saludos y perdon por el desvarío del tema de la entrada
Truffaut tenía 27 cuando estrena los 400 Golpes.
En esa línea, Godard tenía 30 cuando estrena Sin Aliento.
Jean Pierre Melville (a hincarse, todos), tenía 32 cuando estrena El Silencio del Mar...
Jim Jarmusch tenía 29-30 años al estrenar Stranger Than Paradise. También cuenta.
Spielberg tenía 29 cuando estrenó Jaws. Pero tenía menos, 25, cuando realizó Duel.
Francis Ford Coppola tenía 29 años cuando realizó The Rain People. 33 cuando hizo El Padrino number one, que no es Up In The Air.
Y así hay muuuuuuchos. De hecho, recuerdo un documental donde se habla de eso, que viene con la versión especial de la película de Lucas, THX, en donde se dice que la juventud precoz cinematográfica inicia en los 60's, que es cuando se dejó fuera la idea del director de cine como ese viejito de traje y mandón. Ahora eran chamacos en shorts y sin camisa, que a más de uno lo hacían poner cara de fuchi.
yo no dije que 'Up In The Air' fuera nada, solo dije que me llamó la atención el comentario de Rafael Aviña en su reseña publicada hoy, sobre que Jason Reitman tiene 32 años y logra una consistencia notable o algo asi...
de ahi me salió la duda
gracias por la respuestas. muy amplias e ilustrativas.
Porque Joel y yo, neeeeh.
Cineastas morros con grandes películas hay muchos.
Rafael Aviña da güeva.
El jocoque es cosa jocosa.
El FICCO se cancela. me gustaria saber quien fue el P***ejo que dejo ir a Paula Aztorga
Loe