Star Wars: Los últimos jedi



En una escena clave de Star Wars: Los últimos jedi (Star Wars: The Last Jedi, EU, 2017), el (dizque) conflictuado villano parricida Kylo Ren (Adam Driver) le dice a su ¿pariente? –bueno, por lo menos a su hermana en “la fuerza”- Rey (Daisy Ridley) que deje todo atrás, que mate el pasado, que abrace lo nuevo.
En una escena posterior, el último jedi que ahora vive como anacoreta, el legendario Luke Skywalker (Mark Hamill), se resiste a quemar los viejos libros sagrados que contienen toda la sabiduría de la orden en extinción a la que pertenece. Sin embargo, por ahí aparece un viejo conocido que le aconseja que deje de atesorar esos papeles que en realidad no son tan importantes.
Y, finalmente, en la última escena de esta segunda parte de esta tercera trilogía de la saga, un niño explotado en un planeta de ricachones vendedores de armas ve hacia el cielo, blandiendo un palo de escoba cual espada láser de juguete que muchos tuvimos en la infancia. Ese chamaco viendo el cielo representa la esperanza de una rebelión temporalmente derrotada a la que, por supuesto, veremos triunfar, qué duda cabe, en el siguiente episodio, programado para el 2019
Más claro ni el agua: el director y guionista Rian Johnson –en realidad, la maquinaria de producción y mercadotecnia llamada Casa Disney- nos quiere dar a entender que estamos ante otra generación de héroes y villanos de la saga iniciada hace 40 años con La guerra de las galaxias (1977). O sea, olvídense de Luke, Han, Leia y Darth Vader.
Es cierto, en esta nueva trilogía tenemos héroes equivalentes –el Poe de Oscar Isaac pretende ser (brincos diera) el nuevo Han Solo, Rey es la nueva Skywalker aprendiendo a controlar “la fuerza”- pero también señales de que los nuevos villanos pretenden enmendarle la plana a los anteriores, pues desde el inicio Kylo Ren se quita “esa ridícula máscara” con la que homenajea a su abuelo –es decir, ya chole con Vader.
Contada así, la película suena interesante y hasta arriesgada en su planteamiento. El problema es una ejecución fatalmente dispareja (por cada buena secuencia de acción hay innumerables escenas en las que los personajes hablan y hablan y hablan, y todo lo que dicen ya lo sabemos), un guion que parte de un McGuffin que no llega a ninguna parte (ese viaje al planeta-casino en busca de un genio decodificador, subtrama que no termina en nada) y una primera hora que avanza a paso de tortuga, con Rey tratando de convencer a Luke que la resistencia lo necesita y blablablá.
Sin duda, Johnson es capaz de realizar algunos momentos notables –la cámara paseándose por el casino de Canto Bight, cual homenaje al clásico Alas (Wellman, 1927); Rey descubriendo su propia imagen reproducida al infinito como si fuera El ciudadano Kane (Welles, 1941); una emocionante y emotiva secuencia de acción de clara raigambre griffithiana en la que pasamos de un escenario a otro y a otro, los diálogos telepáticos entre Kylo y Rey montados anacrónicamente a través del simple corte directo- pero estos chispazos terminan sepultados en escenas repetitivas, diálogos francamente inanes y una duración excesiva (¡152 minutos, la cinta más extensa de toda la saga!) que nos hizo recordar a nuestra santa patrona de la crítica de cine, la sinaloense Cube Bonifant aka Luz Alba, quien en este tipo de circunstancias solía escribir, hace 80 años, “¡tijeras, tijeras, tijeras!”. Una visionaria, ella sí, para que vean.Sta

Comentarios

McCloudKen dijo…
Tengo la sensación de que Disney piensa en el futuro, pero despreciando todo lo antiguo. Esta bien, quieres seguir hacia adelante, solo que le falto contar una buena historia.

El mensaje fue claro: olviden el pasado. Ok, y ¿con que pretendes que sigamos adelante? ¿con esta historia sin sentido?

Hay varios ejemplos de segundas partes que resultaron mejor que la primera, sin despreciar su pasado. Esta película no es una de ellas. Me encantaría que hablaras de la película con todo y spoilers y con tus argumentos sólidos de porque el guion no se sostiene.
Christian dijo…
Tiene unos momentos bien padres, lo malo es que casi todos ellos suceden como a partir del minuto 90 y, para poder llegar ahí tuvimos que tolerar hora y media de hueva absoluta, incluyendo ese pasaje por el planeta casino que por sí mismo podría ser de las peores películas del año. Jijos

Ahora, con respecto a los momentos padres mis favoritos son:

SPOILER ALERT!!!

cuando todo parece perdido y sale el Halcón Milenario quien sabe de dónde y se madrea a medio mundo

Cuando le dicen a Rey que sus papás eran unos imbeciles inútiles buenos para nada. El trabajo de ella es notable ahí.

Cuando Laura Dern se queda, se faja los ovarios, se sacrifica por la rebelión y le avienta su nave a velocidad luz al mega destructor malote que está apunto de acabar con todos los buenos, partiéndolo por la mitad, terminando todo en una mega explosión en el espacio siendo esta la secuencia más memorable de toda la película y del año by the way. WOW

FIN DEL SPOILER

bai
Christian dijo…
Oigan y qué tal Mary Poppins Leia Organa?

jajajajajaja

Ridículo momento de pena ajena! jajaja
Christian dijo…
Oigan perdón, una aclaración, cuando dije que el momento de Laura Dern en Star Wars era el momento más memorable del año, lo que en realidad quise decir (ya soné como vocero de Vicente Fox jajajaja) era que es uno de los momentos memorables del año, no que era el momento más mejorable del año.

Imagínense si así fuera, donde déjamos todo La La Land, Dunkirk, John Wick 2 y tantos otros...
Travsam dijo…
Yo creo que el problema es que si, Disney quiere que las nuevas audiencias tengan su Star Wars y que los chavorrucos que vamos a ver las nuevas entregas lo aceptemos mientras intentan despedir a nuestros heroes.. pero no lo saben hacer, Luke el irreverente y Leia Yondu Poppins no logran terminar la tarea tan bien como Han Solo, vamos, Chewbacca y R2D2 son mal aprovechados y parecen ahora solo decoracion del Halcon Milenario (seguramente Chewie ahora solo come comida organica tras ver que comer pollos delante de otros pollos es cruel y ahora si el Millenial Falcon si es el MILLENIAL Falcon)... Y aun con eso, no veo la razon para seguir a Finn, veo a Poe como un incompetente y a Rey como un heroe mal desarrollado y como lo he dicho en inche mil reseñas..., Disney ya no sabe hacer villanos desde Avengers.
McClouden: Híjole, tampoco da para tanto. Pero, vaya, es obvio que la definición de los nuevos personajes está calculado con un ojo en la taquilla más que en una construcción dramática. El ejemplo es la compañera de Boyega, una mujer y asiática. Falta el mexicano, por cierto (bueno, Rogue One ya tuvo a Diego). Y hay grandes momentos que no llegan a nada o a muy poco (toda la secuencia del casino). Y personajes y actores desperdiciados (Benicio). Y poderes de los Jedi que se los sacan de la manga (eso de aparecer en otro lado como viaje astral). En fin.

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