31 Foro de la Cineteca/I



Va mi confesión en prenda: no sé qué hacer con el desenlace de La Mujer que Cantaba (Incendies, Canadá-Francia, 2010), cuarto largometraje del cineasta canadiense desconocido en México Denis Villeneuve. El filme, nominado al Oscar 2011 como Mejor Película en Idioma Extranjero, está impecablemente actuado y la puesta en imágenes de Villeneuve -sostenida en la excelente cámara de André Turpin- logra sortear los momentos más dificiles -es decir, los más chantajistas, los más violentos- con una mezcla de elegancia y funcionalidad. La película podría haber sido una obra mayor -por lo menos para quien esto escribe- pero está ese desenlace que no me convence... aunque entiendo su sentido.
Estamos en el Canadá contemporáneo. La inmigrante Nawal Marwan (Lubna Azabal) acaba de morir y le ha dejado un rompecabezas existencial a sus dos hijos gemelos, la matemática Jeanne (espléndida Mélissa Desormeaux-Poulin) y el arisco Simon (Maxim Gaudette). Sucede que además de legarle todos sus modestos bienes, Nawal les deja sendas cartas para el papá de ambos -que no conocen- y para un medio-hermano que ni siquiera sabían que existían. Jeanne viaja a la ciudad de Medio Oriente de donde salió su madre 20 años atrás -Beirut, aunque en la película se llama inexplicablemente Daresh- para cumplir la última voluntad de Nawal. Casi al final del filme, Simon le hará compañía y juntos descubrirán la verdad encerrada en cierta fórmula matemática: "uno más uno no son dos... uno más uno es uno".
Dividida en diez episodios, la trama adaptada por el propio cineasta Villeneuve a partir de la exitosa obra de teatro casi monologal de Wajdi Mouawad -montada en México como "Incendios" y producida por Diego Luna-, se convierte en un absorbente woman's film por partida doble, paralelo y asincrónico: mientras Jeanne ha regresado a Líbano a desenterrar el pasado de su madre, empezamos a ver varios flash-backs objetivos a través de los cuales conocemos la trágica vida de Nawal, de tal manera que, como espectadores, nosotros vamos adelante de Jeanne en su incansable búsqueda. Se trata de una estructura tan inteligente como eficaz, pues le permite a Villeneuve crear un genuino suspenso dramático: ¿cuándo descubrirán los muchachos lo que nosotros ya sabemos?
Pero viene el final del que ya escribí antes y que, por cierto, no sólo me ha molestado a mí sino a otros cinecríticos como David Edelstein (su reseña, publicada esta semana, aquí). En ese desenlace, La Mujer que Cantaba se convierte de un sólido melodrama femenino por partida doble en una tramposa alegoría sobre las víctimas de la violencia que pueden ser -hombre, ni se me había ocurrido- también los victimarios. No sólo resulta chocante, dramáticamente hablando, esa vuelta de tuerca del final sino que, además, si uno lo piensa un momento, no tiene demasiado sentido. En todo caso, en ese final uno entiende por qué el autor teatral Mouawad decidió no usar los nombres reales de Líbano y Beirut sino otros, de su cosecha, inventados. La idea, supongo, es trascender el momento histórico particular -la guerra civil del Líbano de los años 70- para lanzar un mensaje de paz y reconciliación urbi et orbi. No tengo nada contra el mensaje y el filme, hasta que llega el final, es más que notable... Pero ese final, ese final...

Comentarios

Rackve dijo…
Estoy de acuerdo con Ud. A mi no me molesto tanto el final, pero como vio se me hace una falla del director que cuando los gemelos saben, otra vez no los repita, no necesitaba hacer eso ya era muy obvio. Muy bie estructurada que apesar de sus casi dos horas media sigue teniendo ese suspenso mezclado con un melodramon que ni Lo que callamos las mujeres ha tenido. Solo he visto dos del foro esta y Marimbas espero pronto si critica. Por ultimo alguien de los colegas no le pareció tan buena que hasta roncando estaba.
Creo que lo mejor de la cinta es su estructura y algunas piezas -la secuencia del autobús, por ejemplo. Lo que me molestó en lo particular es que cuando estaba más enganchado en ese melodrama femenino por partida doble, el asunto se resuelve de una forma simbólica que sirve para el "mensaje" aunque dramáticamente me parece tramposo. Y, bueno, eso de no usar los nombres reales (Beirut, Líbano) me parece innecesario. De todos modos, un buen filme.

PS. El respeto a los ronquidos ajenos es la paz. Estaría cansadito..
Christian dijo…
si se durmió en esta no quiero saber que hubiera sido en Leyenda del Tío Boonmee.
Anónimo dijo…
También de acuerdo.
El desenlace (además de alegórico) me resulta tremendista. Creo que el punto era lograr el descanso de esa mujer y se ahorraron una que otra explicación extra. Aún así me parece relevante la forma en que logra suspenso y tensión en una historia que se mueve a través del tiempo, de las ciudades, las creencias y las culturas.

Saludos!
Javier C
Abraham dijo…
Oh que la canción, a usted que no le gustan las tragedias griegas onda Coppola en Tetro. Seguro tampoco le gustó cuando nos enteramos que Darth Vader es el padre de Luke. Será que me esperaba ese final que a mi no me molestó, de hecho me agrada el concepto del final, no tanto su ejecución. Creo que le falló firmeza a la dirección para poder salirse completamente con la suya, pero hasta eso que a mi me recordó una de sus favoritas, "A la orilla del cielo". Lástima que Vileneuve no sea tan bueno como Fatih Akin.
Abraham dijo…
P.D. Ya dejen en paz a Joe, les va a venir a cobrar el karma. Ommmmmmmmm
Javier: La cinta no es mala, de ninguna manera... Nomás que ese final me saca ronchas.

Abraham: No, Akin está en otra liga. (El chango de Joe no me dura ni pa'l arranque. A ver los simios de la precuela de El Planeta... Apuesto que son más entretenidos).
Christian dijo…
el changuito de ojos pachecos de Joe tiene onda, el pecesín travieso no tanto...
Joel Meza dijo…
¡¿Darth Vader es el papá de Luke???!!!
CLNY dijo…
El final es terrible! Y no hay que olvidar que a veces parece una gran telenovela (con una manufactura y ritmo, increíble); aún así se mantiene. Quizás el final funciona e impacta mucho mejor dentro de su base original, en el teatro que en el tratamiento Villeneuve le dio. Saludos!
Lata dijo…
Uy, me late que me va a gustar... "ese final"... ya me dio curiosidad y seguramente a) estaré de acuerdo contigo o b) te alegaré.

Ya ves que ni me gusta.
Abraham dijo…
Caray y a mi mientras más lo pienso más me agrada ese desenlace. Carajo don, si hasta la escena inicial se justifica con ese final. Le voy a echar al Catfish, al fin que todos somos Diezmartinez!!!!!

Y nada más por andar de ominoso, que la Lata le venga a echar bronca!!!!!
Abraham dijo…
Joel: Sí y Edipo se merienda a su mamá, inches griegos orates.
Christian: No he visto el montaje teatral pero, aparentemente, está basado más en los monólogos de los personajes. En un medio tan directo como el cine, en el que hay que transformar ideas en imágenes, esa alegoría de la víctima/victimario me parece, en efecto, demasiado forzada. A lo mejor en el teatro funciona.

Lata: Por lo que ví, te gustó mucho.

Abraham: El final funciona como concepto dramático, como alegoría incluso. En el contexto de la película, no tanto. No conmigo, en todo caso.
Sol Mary dijo…
A mi me gusto el film, el final me parecio algo fuerte, y apesar de lo que varios comentan si me sorprendio e incluso me costo un poco de trabajo asimilarlo

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