Críticos y blogs
El número de octubre de Sight and Sound -espero que me llegue en estos días- lleva en su portada varias de las preocupaciones recurrentes entre los que nos dedicamos de manera profesional -es decir, pago de por medio- a la crítica de cine, especialmente aquellos que escriben en diarios y/o revistas estadounidenses y europeas: ¿la crítica de cine ha perdido la importancia que alguna vez tuvo -si es que la tuvo?, ¿de qué manera la Internet y la blogósfera ha tranformado la crítica fílmica -si es que lo ha hecho? Curiosamente, en estos días apareció el más reciente número de Cineaste que lleva como artículo central un largo texto/simposio que trata más o menos los mismos temas.
La gente de Cineaste entrevistó a varios críticos -la mayoría, estadounidenses- que escriben en revistas, diarios y que, algunos de ellos, también tienen sus propios websites o blogs. Mentiría si les dijera que leí cada palabra. Revisé lo que contestaron la gente que conozco y respeto: Hoberman, Jones, Kenny, Koheler, Rosenbaum, el políticamente incorrecto Schickel y Amy Taubin. Las preguntas que les hicieron en Cineaste fueron estas:
1) ¿La crítica en Internet ha hecho una contribución significativa a la cultura cinefílica? ¿Cubre el mismo terreno que la crítica publicada en papel? ¿Qué críticos de Internet y/o blogeros lees regularmente?
2) ¿Prefieres los blogs escritos por críticos profesionales o por cinéfilos?
3) ¿Crees que el caracter participativo de los blogs ha ayudado a crear una nueva comunidad cinematográfica?
4) Se dice que en la era de Internet los críticos de cine tradicionales han perdido influencia, ¿creen que esto sea cierto?
Mis respuestas a estas preguntas, a bote pronto, esperando que algunos de ustedes entren a la conversación, están aquí abajo. Y si hay algún(a) colega que lea esto, hombre, pues es hora de comentar algo:
1) No sé si la crítica que se escribe en la red esté contribuyendo "significativamente" a la cultura cinematográfica, pero sí creo que hay muchos textos que nunca podría haber leído sin la red -por ejemplo, los ensayos y meditaciones de David Bordwell. Para los que publicamos en papel, el tener un espacio en la red y/o un blog nos libera de los espacios limitados de nuestras columnas periodísticas así que, por lo menos en este aspecto, sí hay alguna novedad en escribir en Internet y no en papel. Por lo demás mis lecturas cotidianas son obvias: mis blogs preferidos están listados.
2) Por mi lista, se verá que hay una ecléctica muestra de ambos. Creo que hay textos interesantes que leer en los dos tipos de blogs. Lástima que en el caso mexicano no hay críticos profesionales blogeando.
3) Sí, creo que sí.
4) En México -ya lo escribí alguna vez- nunca hemos tenido tanta influencia. En Estados Unidos, por lo que algunos críticos afirman, parece que sí, que su influencia ha decaído, pero no necesariamente debido a la Internet o a la blogósfera. Si el mercado fílmico que importa, económicamente hablando, está formado por adolescentes que, por definición no leen nada -y menos crítica de cine-, pues entonces alguien como Sarris o Rosenbaum o Hoberman no influyen gran cosa... Y, sin embargo, un consenso crítico a favor o en contra de un filme sí puede significar mucho a la hora de repartir premios que, a la postre, puede terminar en más taquilla. Por lo mismo, tengo la sensación que en Estados Unidos y Europa la crítica de cine conserva algo de influencia en algunos sectores de cinéfilos.
Comentarios
El segundo beneficio, que hasta hace relativamente poco era inexistente (excepto por la lata que te daba por correo electrónico antes del blog), es la interacción con el crítico. Saber que los dos críticos que sigo leen personalmente mis comentarios y además los responden ocasionalmente es muy gratificante.
---
Y hay un feliz efecto secundario. El intercambio de opiniones con los demás visitantes, que de paso se descuelgan a mi blog.
Últimamente me tiene más fascinado la comunidad de bloggers cinéfila del Perú, y mucho se debe a la intervención de críticos profesionales con blogs como Paginas del Diario de Satan o La Cinefilia no es Patriota.
Abrazos!
Yo, por ejemplo, no conocería el trabajo de Diezmartínez de no ser por Internet... porque creo que va a tardar un buen tiempo para que Reforma salga de su oscurantismo y admita el acceso on-line a no suscriptores.
Slds!
Quizá desde la invención de la radio no había existido un fenómeno comunicativo-informativo tan interesante. Cada persona que abre un blog, que se pone a escribir y que logra acaparar un público, se convierte, irremediablemente en un líder de opinión. Y dicha democracia de la información, por llamarla de una forma, por otro lado, es tan volatil como recomendable o, digamos, hasta mezquina.
De hecho, el sólo asunto de que se haga revalorar qué es la crítica, ya está diciendo qué tan importante ha sido el impacto del chunche este. Y eso que apenas comenzamos. Vaya cosa.
O en otras palabras: pocos y güevones...
Para mí es más una vergüenza que el único crítico profesional de cine de México que tenga blog sea Ernesto. Su blog es muy bueno, pero ¿y el resto? ¿son acaso demasiado buenos -o arrogantes, o huevones- como para mantener un blog?
De pena ajena.
Y yo como Juan Carlos Romero, también leo más pantallas que papel ahora (aparte de que es más ecológico). Ya saben quienes están en mi club de apestados.
Los que se pueden leer en la red son mi compañero Aviña (aunque con la suscripción de por medio) y Bonfil y Tovar en La Jornada. Por supuesto, también Fernanda Solórzano, en el sitio de Letras Libres. Por desgracia, hasta donde sé, a Gustavo sólo lo podemos leer en papel, en RECORD. Y a Ayala Blanco, sólo en papel, aunque ocasionalmente El Financiero deja libre su columna de los lunes.
Los medios tradicionales no trabajan eso, sólo les interesa hacer un producto llamativo que pueda ser lucrativo económicamente, y no intentan de verdad crear espacios de crítica o de influencia en el arte y en la cultura.
Hay de blogs en blogs. Los magníficamente realizados como David Bordwell, que elabora textos completos e impecables, hasta el Green Cine Daily que es sólo una edición de links a lo más "relevante" de la información de cine en Internet u otros medios. Pero lo curioso es que la mayoría de estos autores se conocen, tal vez no personalmente, pero sí a través de sus textos y críticas. Casi todas las páginas de críticos en EU están linkeados entre ellos y han confesado ser ávidos lectores de ellos mismos, desde los más "superficiales" hasta los más "profundos".
En México la situación que plantea el Cineaste parece no darse, no sólo porque la crítica en México languidece de carácter crítico desde hace mucho tiempo, sino, al parecer, por los guerrillas que existen en los críticos de nuestro país que no les permiten justamente crear el "tipo de comunidades" que el blog apela.
La verdad es que me llama la atención que la mayoría de los bloggers mexicanos de cine son de, digamos, 35 años para abajo, no sólo porque los más jóvenes tienden a apropiarse más fácilmente de las nuevas tecnologías, sino porque se supondría que permitiría un reformulamiento por la cuestión generacional de la crítica mexicana a partir de estos encuentros. Es decir, la interacción crítico-lector ya no debería ser, como lo describe Carlos, que le escribo a mi crítico favorito y a ver si éste se digna a contestarme. Pienso que la principal aportación del Internet es la posibilidad de ya no ver a los críticos desde abajo, adulándolos en un pequeño pedestal, sino generando una comunicación más horizontal de conversación y aportación sobre los temas que son de interés.
Creo que hay temor de muchos críticos (obviamente la excepción es Ernesto), de enfrentarse a sus lectores por la supuesta idea de que el Internet no va a generar un "verdadero" análisis y crítica y la fregada. ¿Y? Si un lector no tuviera la capacidad de análisis del crítico, ¿por eso ya no merece que le escriba, comunique, comparta, etc?
Creo que el artículo de Cineaste plantea temas pendientes: cómo hacerle para capitalizar financieramente la información que se genera en Internet sin perder el carácter crítico, cómo hacerle para sistematizar toda la información que se sube a la red y cómo se pueden generar espacios públicos de reflexión con mayor influencia e impacto en el campo y que el blog no se quede meramente como bitácora de proyección personal.
En México todavía falta: cómo hacerle para que la gente de verdad se apropie de las herramientas útiles de Internet y no se quede únicamente en el feisbok, mesenger y demás guarradas; y cómo hacerle para que haya más gente interesada en leer/escuchar/ver textos interesantes sobre cine.
Creo que en cuestiones de audio hay cosas interesantes. Desde Internet se pueden escuchar varios programas de radio muy interesantes: pienso en Cinema Red con Gustavo García, El cine y... de Radio Ibero, y CinemaNet, con su formato podcast y en vivo. En video prácticamente no existe referencias de divulgación de la cultura cinematográfica en nuestro país. Tal vez los videos de Canal TCM en youtube, pero son de España.
Bueno, ya estoy divagando así que me callo, que la mejor reflexión sobre la crítica es en la acción misma.
Saludos.
Creo que una razón fuerte es el verdadero atraso que tenemos en el país para el uso de tecnologías de la información. 1) Mayores de 35/40 años somos minoría entre los usuarios de computadoras e internet, simplemente por la educación que recibimos. 2) Como la mayoría de los usuarios de estas tecnologías son adolescentes y veinteañeros y como ya lo hemos comentado antes, el 80% de los adolescentes y veinteañeros en este país son analfabetas que cuando mucho apenas teclean frases tan complejas como "k pex"; por otro lado, como hay pocos críticos profesionales, el universo de críticos que tengan/usen blogs se reduce a... ¿Diezmartínez, nuevamente?
(Chin, o sea que si consigo que me vuelvan a pagar por rebuznar -de vez en cuando tocar la flauta- en el periódico, sería el segundo...)
¿Por qué la sociedad encuentra más sentido en el anuncio de la Cheyenne, que en una exposición de pintura?
Sencillo... Porque los que deciden las políticas de Estado en materia de promoción de la cultura, cualquier cosa que eso signifique, andan en Cheyenne (o en cualquier otro auto tirándole a lo güarumo), y les gusta, y les compran rines, y las mandan lavar y aspirar y no se bajan de ellas; pero sólo van a las exposiciones de pinturas a cortar el listón, salir en la foto y beberse el jodido vino. Ah... Y si nos toca mala suerte, a recetar un discurso en el que o apantallan por lo imbéciles que son, o sólo aburren por su soberana pedantería.
E igual está la gente: al chamaco o chamaca promedio, le importa más tener una Cheyenne, trabajar o robar para conseguirla, que, digamos, comenzar una carrera. Es más... Hasta comienzan carreras por la Cheyenne.
De igual forma, que en México no exista más que un solo crítico con blog es respuesta sencilla: en otros lugares, ni modo, la crítica cinematográfica es una forma de vida. En México es una chamba. Y la chamba, todos lo sabemos, es por horarios. De ocho a tal hora, se checa tarjeta, se cumple las labores, a veces hay trabajos que requieren más tiempo... A veces hasta se tienen que llevar el trabajo a casa. Pero nada más.
Afortunadamente esto sólo es una generalidad. No es la ley, ni la regla. Pero se nota a leguas la diferencia, quién es crítico, quién trabaja como crítico... ¿No?
Sencillo y trágico.
N'ombre, si hasta parece guionista de Cantinflas, o del secretario de gobernación, mi buen Duende.
Precisamente ayer coloqué un breve post sobre la muerte del crítico, en este caso del crítico literario, pues el profesor y crítico inglés, Rónán McDonald publicó un librito con el provocador título (o ya no tanto) de "The death of the critic" (2007). Y uno de los blancos a los que McDonald dirige su reflexión es la crítica que se hace en los blogs, pues considera que hoy en día, con la facilidad y gratuidad de las bitácoras, TODOS SON CRÍTICOS. Por lo mismo, ya no se requieren, con la importancia de antaño, los críticos informados, metódicos, expertos, etc.
Yo creo que los blogs han desencadenado una gran conversación literaria, cinéfila, política, etcétera (una especie de "critique parlée"), y han creado también comunidades culturales. La calidad de la crítica me parece que no depende del medio, blog o papel, en que se publique. La calidad de la crítica descansa, en todo caso, en el compromiso y talento del crítico.
¿Qué ya no tenemos críticos "popes" como el Dr. Johnson o Sainte-Beuve, que conmocionaban lectores? Pues claro, ya no estamos ni en el siglo XVII ni en el XVIII.
Saludos cordiales!!
Irad, concuerdo en que la calidad de la crítica depende de la persona y no del medio.
Saludos
La crítica se lee donde sea, en pantalla o en papel, aunque, claro, la libertad (¿libertinaje?) que da el blog es enorme, comparándolo con las restricciones del número de caracteres, el espacio o la temática que prefiere en determinado mes la prensa o las revistas. Y, sin embargo, estas restricciones hacen que uno se entrene en el rigor. No es lo mismo que te digan: haz la reseña de tal película como quieras a que te den un nùmero de caracteres específico. Cuando uno tiene un espacio medido (2500 caracteres en Reforma) uno tiene que entrenarse hasta para elegir el tamaño del sustantivo o adjetivo que se va a usar. No es mal ejercicio hasta para conocer el propio idioma que, se supone, uno ya conoce.
Tocas un punto importantísimo que muchas personas desconocen hasta que se vuelven reseñistas en algún periódico o revista: las restricciones del espacio. El reseñista que colabora en diarios y revistas está obligado a jugársela con su opinión en espacios muy reducidos que lo entrenan, como dices, en la síntesis y otras argucias como la provocación (tan necesaria en los periódicos). No se le puede pedir a este tipo de críticos que escriban ensayos como los de James Wood o John Updike en el New Yorker. Las palabras, la extensión del texto, el tono, etcétera, están condicionados sin duda por el espacio que te ofrece el medio de comunicación. Por si faltara poco, el reseñista compite no con académicos de la Sorbona o de Yale, sino con la tostadora del pan o el aceite que hierve en la sartén, pues la mayoría del público lector de diarios lee mientras desayuna, apurado por irse al trabajo. Si el reseñista no logra captar su atención, está perdido.
Saludos!!
Yo si leo siempre una critica antes de ver una cinta, me importa lo que dicen y también juzgo con un poco más de elementos (aunque eso creo que no es el motivo de una critica) No se que tan influyentes sean en México, cualquier critica, si uno siempre lee el nombre del autor y desde ahi le toma en cuenta o no. y aunque sigo pensando que los criticos de cualquier medio nunca desapareceran, creo que si das un ejemplo con el blog.